Despertando en llamas.

Capítulo 4.

La noche estaba completamente llena de pequeñas estrellas,bueno,a mi vista eran tan pequeñas e inalcanzables.

El camino se estaba haciendo eterno,Theo tenía la vista en la calles pero de vez en cuando sentía sus ojos intimidantes mirándome aunque fuera por un segundo.

Abrí la ventana de la camioneta y al momento de hacerlo,sentí la brisa con pequeñas gotas de lluvia sobre mi rostro,por lo visto la lluvia estaba por terminar.Al momento en que las gotas hicieron contacto con mi cara una sonrisa leve se posó en mí.

Cuando dejé la distracción por la lluvia,Theo me miraba plenamente,como si fuese una flor exótica en medio del desierto,al darse cuenta que lo descubrí haciéndolo,giró su cabeza rápidamente y continuó manejando.

¿Qué fue eso exactamente?

Unos minutos después de dicho momento,Theo rompió el silencio.

-¿Cuántos años llevas de casada?-preguntó curioso sin alejar la vista del camino.

-Hmmm,el mes pasado fue nuestro tercer aniversario.

-Interesante.

Me quedé boquiabierta,estaba a punto de preguntar el porqué era interesante pero un suspiro fue lo único que pudo salir de mi boca.Empecé a mover mi pequeños pies impacientemente, de alguna u otra forma su comentario me había dejado confundida y algo incomoda. Por lo visto el notó mis torpes movimientos porque su mandíbula se tensó y mostro una sonrisa torcida cuando volteo a verme rápidamente,¿qué carajo? ¿Acaso era un fetichista de los pies?

Eso me hizo quedar aun peor de confundida,pero ¿Qué esperaba? Era un completo desconocido,no sé en qué estaba pensando cuando le di las llaves de mi camioneta y dejé que me trajera de regreso a casa.

Necesitaba dar ya por terminada esta noche.

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Theo.

Llegamos a su gran casa,en verdad era grande para una chica tan joven,un hijo y un...un suertudo esposo.

La casa es de dos pisos pero tiene esa agradable ilusión donde crees que es mucho más inmensa a la realidad, el revestimiento de las paredes exteriores es hormigón y piedra,le da un toque elegante y sostificado ,la puerta principal es enorme,aparentemente de madera sólida y color totalmente negro,las rectangulares y algunas también cuadradas ventanas que se encontraban en la planta de arriba están adornadas con persianas de un gris plomo,el caminito que te lleva a la puerta de entrada es estrecho pero lúcido, está hecho de pequeñas piedras y lámparas solares en el jardín,además de un gran árbol de maple que ocupa casi la mitad del enorme área verde que tienen como jardín.Me agrada su estilo moderno de decoración.

Después de admirar su hogar,desabroché el cinturón de seguridad y bajé rápido para abrirle la puerta,lo hice y le ofrecí mi mano para que se apoyará en ella ,al hacerlo me miró alzando sus cejas pero con una sonrisa confiada, la aceptó y bajó de un corto salto de su camioneta.

-Espero no haberte puesto incómoda o algo así porque si fue de esa manera de verdad te pido discul...

-Shhh-elevó su dedo índice a la altura de sus brillosos labios y negó con la cabeza-No hace falta,debo admitir que si desconfié por un instante,pero mírame,llegué completa a casa,gracias por eso-Vale,el que no llegaría completo a casa era yo,su sonrisa me estaba matando.

Si la miraba un minuto más no dudaria en tomarla en mis brazos y...¿Por qué mierda no la conocí antes que su esposo? Encuentro a la mujer perfecta y es casada,¿algo peor que eso? No lo creo.

-¿Mañana nos podríamos ver a eso de las 2 pm? Tengo cosas del trabajo que hacer,ya sabes,lo normal de siempre,¿Estas ocupada a esa hora o le pido a Isaac una ci...-No me dejó terminar la frase,bajó su mirada a los pies.

-Te he dicho que soy casada,es imposible que eso suceda.- Tomó un mechón de pelo y lo acomodó detrás de su oreja.

-Me refería a que nos viéramos en el consultorio, por Dexter.-Sonreí como todo un cretino.

-Oh,cierto-tapó su cara con ambas manos-creo que debería entrar antes de hacer el ridículo otra vez.E-Eh,¿te iras en taxi?

-Sí, tomaré uno.Creo que aquí es donde nos despedimos,buenas noches,Doctora Davis.-Me acerqué lentamente hacia ella,la tomé por los costados ligeramente y le di un beso en la mejilla.No podía quedarme con las malditas ganas.

-Buenas noches,Maxwell.-Contestó y giró sobre sus talones para dirigirse a su hogar,con su familia.

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Eva.

Me estremecí,me estremecí al sentir sus húmedos labios en mi mejilla,estaba al grado de empezar a temblar con su fornido cuerpo en frente del mio,a solo unos centímetros de distancia.Tenia que dejar de pensar en Theo de esa forma,era un paciente más,solo eso.

Al entrar silenciosamente a casa,a mi verdadera vida,sentí tranquilidad pero también que la monotonía se acercaba inevitablemente.

Cuando estaba a punto de subir las escaleras,dispuesta a dormir,una voz ronca me hizo llevarme una mano al corazón.

-¿Dónde mierda estabas Eva?-Sebastian estaba esperándome en el sillón y con una botella de whisky en la mano.

Oh no.