Dos, tres, cuatro apneas en el sueño de la Batato, que ya sin aborrecer la rugosidad de la vereda se hundía en sus extremidades e intentaba besarse los pies con descaro. La vista no le escondía su sexo húmedo, entumecido, inmutable recuerdo de una identidad forzada. Quiere cubrirse el estigma, y arruga el vestido, lo mete, lo estira.
Balbucea.
La Batato reniega, calla, fabula. Rasca sus manos, las rasguña, las observa. Está presa.
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Relatos de una hembra
ПоэзияParida en el horror, se escapa de la realidad para siempre y emprende una búsqueda desesperada por la identidad, el cuerpo, la dignidad y el amor.