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-No la toque pobrecita que del susto se le caen las tetas. No la toquen, pasen y vean. 

El viejo respiraba fuerte porque no le alcanzaba todo el espacio del mundo para acortar su existencia. Entonces, la seguía. 

-La Batato, carne de perros de jauría. La Batato, sin zapatos, sin bombacha, sin comida. 

Relatos de una hembraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora