I.

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Bueno, ni siquiera dije como me llamo y creo que eso tambien es necesario. Me llamo Abigail pero mi apellido es irrelevante.
Hoy hace justo tres meses desde que Dani me dejo, para no volver. Días llenos de lagrimas y de estar metida en la cama sin querer salir nunca mas.
Dias en los que solo queria llorar.
Dias sin mas.
Y como siempre, me levanto y lo primero que veo es a Jesús dormido como el niño mas feliz del mundo y obviamente, no puedo evitar sonreír. Me acurruco aun mas en el y este me abraza con fuerza porque siempre es así. Cada día.
-¿Como estas?
-Vaya, si has despertado de tu mágico sueño.
-Eh, idiota.- Me despeina el pelo.- ¿Como estas hoy?
-Mi vida sigue siendo la misma mierda todos los días.- Me mira triste y me siento culpable porque el, el sigue aquí y dios, no sabes como se lo agradezco.- Aunque bueno, tu sigues aquí así que muy mal no van las cosas.- Le doy un beso en la mejilla y me incorporo mirando el despertador.- ¡Dios! No llegamos ni de coña. Vete a vestirte y en diez minutos te quiero aquí.
Jesús se levanta a toda prisa de mi cama y se va, no sin antes acariciarme la mejilla. Siempre es igual, cada uno se viste en su habitación aunque el duerma en mi cama. Duerme conmigo porque no quiere que pase la noche sola, ninguna. Desde que se fue Dani, no ha habido día en el que no estuviese Jesús y claro, por mas que se lo diga, se que el se niega a que me tenga que enfrentar a ese sentimiento de soledad pura aunque eso conlleve un montón de esfuerzos por su parte.
Bueno, tambien te habras dado cuenta de que empiezo hablando de algo y termino hablando de otra cosa pero supongo que con el tiempo, te acostumbraras.
Lo que te decía, Jesús se viste en su habitación y todos los días tiene exactamente 10 minutos para ponerse el uniforme obligatorio y venir a mi cuarto a buscarme.
Y si, siempre viene porque vamos a clase juntos y obviamente, nos sentamos juntos. Debes de estar pensando que debe de ser agobiante, pero te juro que nunca me he sentido tan libre, tan yo, tan viva.
Oigo dos toques en la puerta y sonrio porque apenas he terminado de peinarme.
Jesus me mira durante un segundo y le sonrio.
-Abi, tengo que ir a otra habitación a cambiarme y venir y resulta que tu, ni siquiera has terminado. Vamos a llegar tarde.
-Relájate ¿no?- Me mira y se acerca un poco, lo suficiente como para rodearme la cintura con sus manos.- Al final con tanto abrazo tuyo, se me va a decir difícil superar que un día te vayas.
-Yo no me voy a ir.
Sonrio y me siento mal porque creo que estoy empezando a olvidar que Dani se ha ido para siempre. Y me siento mal porque creo, que hay algo que me dice que lo que de verdad me preocupa en este momento es su hermano gemelo.
Suena el timbre y Jesús coge mi mochila y la suya mientras yo me hago el moño por el pasillo. Esquivamos a todo el mundo mientras intento que no se me escape ningún pelo rebelde y mientras el lleva dos mochilas. Me trata tan bien, que creo que no me merezco que lo haga.
Entra en la clase que nos toca y se sienta en nuestro sitio de siempre. Termino de colocarme la ultima orquilla y me siento a su lado.
-Con esto de llegar tarde no me has dicho como estas.- Suspiro y asiente porque sabe que quiero que siga hablando.- Hace tres meses, Abi. Se fue y joder, se que es duro. Pero tu no tuviste la culpa de que se fuera como si no le importara nada, cuando tu deberías haber sido su mayor prioridad. Y yo tampoco lo entiendo, porque se fue sin decirme nada pero no puedo estar destruyendo mi vida porque el me haya excluido de su decisión.- Le cojo la mano porque se que para el es duro porque joder, es su hermano y se ha preocupado tanto por mi que ni siquiera me he parado a pensar que el, debe estar hecho mierda.- No te valoró y ojala pudiera hacerle entrar en razón para que no estuvieras hecha mierda pero no puedo.
-¿Sabes que eres el mejor amigo del mundo?
-¿Sabes lo que se? ¡Que te quiero, pequeña!
Sonrio de la forma mas real hasta ahora y me asusto, porque quizás todo esto empieza a ser algo mas que un simple sentimiento de amistad. Y no quiero joder la amistad mas increíble que he tenido nunca.
Comienza la clase de historia y me doy cuenta de que quizás tiene razón. No puedo estar estancada toda la vida por una persona que se fue. Sin mas. Sin decir siquiera adiós o suerte o te echare de menos. Se fue y después de 3 meses, de 12 semanas y de casi 100 días, no se ha dignado a volver.
Llevo 3 meses de mierda y la única persona que ha aguantado hasta los peores silencios, ha sido Jesús. Y creo que no se merece que este mal ni un día mas.

Siempre aquí (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora