Capítulo II

413 47 12
                                    


—No puedes seguir así, Stiles. Debes de salir de estas cuatro paredes amigo. Mateo te necesita, todos aquí te necesitamos. —Murmuro Scott palabras alentadoras al joven pecoso que estaba echo una bolita dentro de las sabanas.

—Sólo vete de aquí Scott, tú no entiendes, vete, vete de aquí. —Fue la débil respuesta del joven de cabello castaño quien le dedicó una mirada rota y apagada.

No, no era justo maldita sea. Ése estúpido idiota pagaría todo el daño que esta causando. Pensó Scott enojado para sus adentros.

Suspiro tirando de su cabello azabache y miro de soslayó al padre de Stiles quien se encontraba con Mateo entre sus brazos. La pequeña criatura estaba pagando las consecuencias de aquel mal nacido.

—Sti, vamos llevas un mes en esa cama sin moverte. Hueles peor que un muerto y Mateo necesita de su papi, Sti. Piensa en el bebé. —Susurro con una mirada aflijida pero solo noto como el bulto bajo las sabanas se sacudía, a sus oídos llegaron los débiles sollozos impregnados de dolor. Sufría, diablos, como sufría este chico.

—Sti..  —Intento el moreno pero fue violentado con palabras toscas por el mismo chico que estaba tan roto como se veía.

—¡Dejame maldita sea!—Grito entre lágrimas. —Sólo deja que muera encima de esta cama y dejaré de ser una maldita carga para ustedes. —Gritaba enfurecido mientras se sacudía entre sollozos.

—No puede estar diciendo eso...
—Soltó haciendo ademán al sheriff para que se retirará junto al bebé el cual reventó en llanto al escuchar los gritos de Stiles. Cerró la puerta de la habitación y se sentó a los pies de la cama.

—Tu no lo entiendes...— Continuó el castaño con sus manos cubriendo su rostro. Como si se hablara así mismo —Siento que  estoy muriendo Scott. —Susurro con  su voz rota. —Siento algo rompiendome por dentro y duele tanto que es insoportable...—Murmuro entre hipidos. —No tengo fuerzas para soportar esto, Mateo necesita aún padre fuerte y ese no soy Scott.... Ese... No.. Soy yo..—Dijo al final entre llanto.

—Stiles...—Intento calmar a su amigo.

—No lo intentes. —Gruño con la mandíbula tensa. —No lo intentes maldición. —Espeto limpiando sus lágrimas. De un momento a otro el de piel pecosa se retiro sus sabanas y se levanto de la cama, pensó que éste había tomado consciencia pero lo que no espero fue que Stiles se quitara con rabia la camiseta que traía puesta y la aventara a la cama.

—¡Mirame Scott!—Espeto con sus ojos desorbitados señalando la notable palidez en su cuerpo y las lineas de sus costillas, que fácilmente se notaban en su pecho ante su delgades. —¡Mirame, joder!— Le dijo al notar que el moreno desviaba la mirada. —¡Mira lo que a causado! —Bramo ladeando su cuello, la parte la cual desde hace un mes traía cubierta con enormes suéteres cuello tortuga.

joder. Scott violentado ante la escena trago amargamente las lágrimas que se aglomeraban en sus ojos. Eso era imperdonable...

—Dijo que esto... Que esto era nuestro sello de unión, que era nuestra marca... —Susurro el castaño limpiando de mala gana  lágrimas  que bajaban por sus mejillas. —Que esta porquería nos unía de por vida... Mira, mira lo que a hecho... —Sollozo al final dejando deslizar por la pared hasta llegar al suelo.

No era el hecho de mostrar la mordida que tanto pavoneaba a sus amigos con orgullo. Era mostrar enardecido la marca que se convirtió en una herida prudefacta,  el vivo recordatorio  del hombre quien le robo el corazón con miradas juguetonas, era el mismo hombre que lo abandono a el y a su hijo por otra... por sólo ser un simple mortal.

El hedor de la herida en carne viva causaba nausas al de ojos avellana.

—Debemos... Debemos curar eso... Stiles puede morir por una  infección. —Divagaba Scott con los nervios encrespados.

—Ni si quiera lo intetes. —Dijo el castaño negando, cansado. —Ya lo hice.

—¿Eh?

—Trate de curarla tres  días después de que me dejó. —Se encogió de hombros. —Pero no cierra, no cura. —Murmuró mirando a la nada.

Esos cambios de emociones era muy fuertes interpretar, pensó el de ojos avellana frustrado.

—¿Quieres decir que has durado todo este mes con esa herida abierta? — Exclama exasperado. —¡Acaso quieres morir de una letal infección! ¡¡Acaso olvidas que tienes a un bebé de seis meses que depende de ti!!—Y Scott no quería recriminarle, en verdad, no ahora en el estado que se encontraba, pero no pudo aguantarlo por más tiempo.

Era su mejor amigo de toda la vida, el chico que siempre estaba ahí, el chico pecoso que al ser  convertido en un hombro lobo nunca penso en abandonarlo,
ahora ese mismo chico necesitaba de su ayuda, de todo el que quisiera darle apoyo en realidad.

Ya no soportaba ver a su mejor amigo como un muerto viviente, decaído y melancólico, ver  sus ojos hinchados de tanto llorar por las noches, de que ni siquiera prueba un bocado de comida en todo el día. Un mes ya era suficiente, no podía dejar que su amigo se dejara llevar por sus pensamientos suicidas o por su estado voluble. Necesitaba al Stiles  hiperactivo y enérgico, al Stiles que daría todo por su pequeño bebé Mateo. No dejaría que el mal nacido de Derek Hale le robara el pequeño soplo de vida que aún quedaba en su mejor amigo, infiernos, no. No lo permitiría y se necesitaba reprenderlo con palabras duras, lo haría.

—¿Y qué quiera que haga? El tiene razón, no soy fuerte, no durare toda una vida para cuidar de mi Mateo, solo soy un simple y estúpido humano que moriría mañana mismo si así lo decidiera el destino. —Susurro el pecoso dedicándole una  mirada vacía en sus cuencas.

—¡¿Te estas escuchando?! —Exploto con los dientes  apretados. —¡¡Deja de decir que eres maldita mierda  Inservible!!—Gruño con sus ojos amarillezcos. —¡Escuchate Stiles!—Gritaba mientras le sacudía para que reaccionara. —Escuchate...—Susurro después limpiando la lágrima malcriada que bajaba en su mejilla.

—Tu eres el hombre más fuerte que he conocido. —Murmuro tragando el nudo en su garganta. — Eres el chico que nunca tiene un no como respuesta... Y ni se te ocurra abrir la bocota para decir lo contrario. —Advirtió en un ademán. —No puedes dejar que ese idiota acabe contigo, escuchame Stiles. No puedes permitir que ese hijo de puta te termine de quebrar.—Susurro pinchando su pecho a la altura de su corazón. —Porque tu no vales eso, no vales que aquel desgraciado te hiera de esta manera. —Susurro besando su frente. —Sti, eres fuerte y debes ser aún más fuerte por Mateo, Mateo es muy pequeño y necesita de ti. —Inspiró. —Se fuerte por aquella criatura que te añora. Piensa lo que vas hacer, no quiero que cargues en tu consciencia en un error que puedes prevenir. —Dijo después de soltar una bocanda de aire. —Vendré mañana en la mañana, traeré a mamá para que te cure la mordida.

Y no dijo nada más, no necesita nada más. Sabía a ciencia cierta que sus palabras habían colado muy profundo dentro el corazón marticho de su amigo.

—Descansa, Sti...—Se despidió ante de cerra la puerta al salir.

____________________________________

Perdón la demora :'c esperó que les haya gustado el segundo capítulo de SSP.

Nos vemos!

Marie.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 30, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sólo son palabras. •|Sterek|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora