My Little Cat. (L.S)

| Capítulo 4 |

—¿A dónde vas, Louis?—

Se detuvo cuando estaba a un paso de abrir la puerta, giró sobre sus talones y chasqueo la lengua al ver a Charlotte con los brazos cruzados queriendo intimidarle ¿ahora se creía su madre?.

—A follar.— respondió con simpleza.

—No a Harry, lo dije ¿recuerdas?—

Sonrió burlón antes de acercarse a su hermana y acariciar las mejillas de la más baja.

—Lottie.. ¿quién es él hermano mayor?.. dime si puedes ordenarme algo, no verdad, ahora ve a dormir y deja de molestar ¿quieres?—

Soltó a la menor esperando esta subiera las escaleras para poder irse con su gatito puro.

No bastó más que esas palabras para que la menor hiciera lo ordenado, y poco importaba si estaban en una modernidad nueva, donde los menores podían levantarle la voz a los mayores, Louis se había encargado de dejar en claro quien era él mayor, quien podía ordenar y quien no, así funcionaba.

[• • •]

Entró a la habitación del menor donde parecía haber llovido mierda rosa por todos lados; pero solo ers la decoración. Harry estaba de rodillas acomodando sus juguetes en la pequeña mesa donde habían varias tazas, platitos y cubiertos, al igual que dos peluches sentados en sillitas donde estaba seguro su culo no entraría.

Su culo era una bendición y maldición a la vez.

—¿Qué mierda haces, mocoso?—

—¡Lou!— chilló de emoción ya que no había notado la presencia del mayor, hasta ahora. —Jugaremos al té—

Louis negó. Estaba maldidamente negando.

Harry hizo un puchero.

—Ni loco voy jugar contigo, yo solo vengo a una cosa—

—¿qué cosa?—

—por tú pureza, pequeño.—

Harry no entendió aquello, miró a Louis con notable confusión en sus facciones. Quizás no era muy pequeño, pero sus padres no habían hablado de eso con él, jamás le habían mencionado sobre su pureza o sobre como se perdía ¿tenía una pureza? ¿la podía perder? ¿Louis sería bueno y le ayudaría a perderla? no quería una pureza si eso era malo.

Tenía la poca información de tener sus orejitas y cola de gatito hasta los 18 años, después de eso sabía que entonces esas se irían, pero antes no, su mami le había enseñado a cuidarlas.

—¿Como te doy mi pureza, Lou?—

Él mayor caminó hasta quedar a pocos pasos del menor, se inclinó levemente mirando directamente los ojos verdes del otro, relamió sus propios labios y luego juntó estos con los del menor en un beso; Harry abrió sus ojitos al máximo sin saber cómo seguir a Louis, él mayor no se rindió y siguió moviendo sus labios en un vaivén, Harry pronto comenzó a seguir el beso del ojiazul con mucha torpeza, pero le había gustado sentir aquellas cositas en su pancita de bebé.

Louis era su primer beso.

—Pronto aprenderás— murmuró él mayor separándose del otro, tomó a Harry de la cintura para comenzar a hacerlo caminar de espaldas hasta la cama de este. Lo empujó dejándolo caer, no sería amable con él menor, nunca lo había sido y no era la excepción.

Volvió a besarle con más pasión,
la erección del mayor ya era un bulto en sus pantalones, comenzó hacer fricción contra la pelvis del otro escuchando un gemidito bajo del lindo gatito a quien estaba por seducir.