Chapter 01

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Tres exquisitas tartas de limón brillaron bajo la mirada de Marinette, se puso guantes y retiró las delicias del horno, levantó la bandeja y el relleno verde limón de las tartas tembló como si se alegrara de que lo liberasen del horno de piedra.

Mari sujetó la bandeja con la misma veneración que se le podría reservar a la corona del Rey.  Se negó a quitarle los ojos de encima a las tartas, estaba llena de satisfacción, agregó en ellas algunas cáscaras de limón rizadas y se retiro un poco para admirar su más reciente obra.

Las tartas le habian llevado toda la mañana, cinco horas de pesar la mantequilla, azucar y la harina, cocinar a fuego lento, colar yemas de huevo y jugo de limón hasta que estuvieran espesos, cremosos, del color más maravilloso que se hayan preparado en el... Gran Reino... de Corazones... (Ah)?

Una pequeña criatura en forma de gatto apareció en el hombro de Mari, enrollando su cola hacia el otro hombro de ella. —plagg se quedo viendo fijamente las tres tartas.... —.

- Maravilloso! —dijo en ese tono que siempre la hacia dudar de si estaría burlándose de ella.– pero ¿dónde está el Camembert?
- No hay camembert.
- ¿No hay camembert? ¿Entonces que sentido tiene?
- El sentido es alcanzar la perfección.

Plagg desapareció de sus hombros y reapareció sobre la mesa y sus garras flotaban cerca de las tartas a lo cual Mari sobresaltó hacia delante para ahuyentarlo

- ¡Ni siquiera te atrevas! ¡Son para la fiesta del Rey!

—plagg hizo una mueca retorciendo los bigotes. – ¿el Rey? ¿de nuevo?

Mari arrastra el asiento hacia la mesa
- pensé en guardarle una, las demas pueden servirse en el banquete. Su Majestad se pone tan contento, ya sabes, cuando le horneo pasteles. Y un Rey feliz...

- Contribuye a un reino feliz. —dijo plagg bostezando sin siquiera molestarse en taparse la boca.


En ese momento Mari se apresuró a tapar los pastellitos de cualquier alimento apestoso de camembert.

- Un Rey feliz también es una buena carta de presentación. Imagina si me fuera a declarar la repostera oficial de tartas del reino. La gente haría kilómetros en fila para probarlas.

- Tienen un aroma ácido.
- Son tartas de limón. Dijo Mari mientras acomodaba la cascara del limón en una tarta para darle buena presentación. Alya siempre decía que sus pasteles eran mejores que los que hacía el mismísimo chef y postreros reales.
     Ella sentía que en esa noche, sus pastelillos recibirían mucho elogios, los cuales son los que necesitaban Alya y Marinette para poner una pastelería, un sueño que habían planeado por años y que ahora tenía una gran probabilidad de hacerse realidad.

- ¿Es temporada de limones?. —Preguntó plagg, observando detenidamente los detalles y cascaras de los limones—.

- No exactamente. —dijo sonriendo para sí.........

- ♟️ -

Sin corazón [corrigiendo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora