Primer libro de la trilogía Híbridos
Brooke una chica lobo normal con una vida normal, que odia a los vampiros tendrá un gran cambio en su vida con la llegada de su mitad vampiro ya que la que la crió no es su verdadera madre su madre era la Reyna...
Hoy es el día de mi boda aún no me lo creo bueno si pero por la diosa estoy súper nerviosa creo que ni cuando fue mi coronación estuve tan nerviosa.
- Vamos Brooke llevas una eternidad en esa bañera-
- Tranquila Tamar aún tengo 2 horas para alistarme-
- No me importa o sales o entrare a sacarte- solo tengo una dama de honor, tenía más pero me cancelaron, ellas son miembros de la corte en Inglaterra pero al parecer iban a tener problemas para venir pero me alegraba que mi casi hermana mayor sea mi dama - Muy bien, te lo advertí- dijo mientras abría la puerta de una patada sin que la puerta llegara a romperse.
- Cálmate Tamar ya termine- dije mientras me ponía la bata y una toalla en la cabeza pero abajo de la bata ya tenía puesta la lencería blanca que me había comprado el sostén no tenía tirantes, se ajustaba por enfrente Tamar me saco del baño corriendo y me sentó frente al espejo y comenzó a maquillarme.
- ¿Cómo te sientes?-
- Nerviosa pero muy muy decidida y emocionada-
-Esa es la actitud amiga- reí - no te rías o vas a tener la boca pintada como el guasón- sentí cómo empezó a delinear mis labios para luego pintarlos con labial - Muy bien pero siento que te falta algo- me miró pensativa - Sombra de ojos eso es- tomó algo lo paso por la paleta de sombras y me dijo que cerrara los ojos, los cerré y comenzó a pasar el objeto por mis párpados ( no me miren así yo solo acostumbro a pintarme los labios y las pestañas) - Muy bien pero ahora un poco más de rímel- pasó el cepillo del rímel por mis pestañas - Abre los ojos con sumo cuidado para no mancharte- los abrí con cuidado de no mancharme.
- ¿En serio esa soy yo?- había aplicado casi los mismo que yo a excepción de las sombras y un poco de rubor, la sombra era de un color beige con un poco de brillos y el labial era rojo.
- Si, ahora el vestido- di brincos, me senté para ponerme los tacones blancos, me levanto y me puso la falda que tenía una enorme cola, después el corsé que pedí que no llevara ningún adorno, al contrario de la falda que tenía bordadas unas flores, me ajusto el corsé.
- Tamar no tan apretado- dije apenas audible pues me costaba un poco de trabajo respirar.
- Oh, lo siento- aflojo un poco el amarre.
- Gracias- dije respirando con normalidad.
- ¿Qué haremos con tu cabello mujer?- abrí los ojos muy asustada la ultima vez que la deje hacerme un peinado sofisticado me enredo todo el cabello.
- Lo quiero llevar suelto solo marca más mis ondas-
- ¿Segura?-
- Oh, si completamente segura- conectó la plancha y comenzó a hacerme pequeñas ondas, cuando termino, me levante y fui a mi armario por mi corona y el ramo.
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