(01)

126 1 0
                                    

El despertador sonó, me levanté algo cansada y suspire mirando la hora. Era demasiado temprano, pero al menos me daba tiempo para bañarme y relajarme un poco.

Luego de minutos bajé a tratar de desayunar algo para irme sin esperar a mi hermano.

- Buenos días, ¿como amaneciste? - saludó mi madre leyendo un diario, me senté y tomé un vaso de jugo.

- Bien mamá- susurre algo frustrada.

-No te duermas en la mesa Leila ya te dije miles de veces, ¿Despertaste a John?-dijo mi madre poniendo sus manos en su cintura mientras me miraba con el ceño fruncido.

-Este, no lo desperté todavía -dije tomando un trago de mi jugo-pero ¿Por qué tengo que ir yo y si esta con una chica haciendo cosas pervertidas?-mi madre rueda los ojos e hizo señas con la cabeza para que vaya a despertar a mi hermano-okey, okey ya voy, ya voy-dije levantándome de la mesa.

Solo rogaba que mi hermano este solo para no encontrar una escena no apta para todo público, cuando llegué a su habitación toqué la puerta dos veces y sentí unos pasos dirigirse hacia ella.

-¿Qué quieres?-pregunta John apoyándose en el marco de la puerta.

-Mamá me mandó a buscarte para que desayunaras y vayamos a la universidad-él bostezó y arquee una ceja-¿Qué quieres que le diga?-suspiró y pasó una mano por su cabello negro, este chico parecía un vampiro de lo blanco que era.

-Sabes Leyla anoche estudié mucho y lo que necesito es un buen desayuno, y un baño, solo dile que ya bajo-con eso cerró la puerta en mi cara dejándome parada como idiota y yo más furiosa no podía estar.

-¡Si creo que estudiaste mucho anoche pero de follar maldito idiota!-grité golpeando su puerta, solo eso bastó para que saliera enojado y se parara frente a mi.

-¿Qué dijiste maldita enana?-era cierto,  a John le llegaba a los hombros, claro pero él siempre se abusaba de mi estatura, era un maldito.

-Que te cansaste de follar anoche hermanito-con eso doy la vuelta dejandolo callado y esta vez yo ganando la victoria.

-¡Ni se te ocurra decir una palabra!-gritó, pero yo solo le muestre el tercer dedo de mi mano.

***

-¿Hablaste a tu hermano?-esa era mamá que servía un café.

-Siq, si lo hableq pero ya sabes cómo es mamá...-ella solo me miró no entendiendo lo que le trato de decir-Es un idiota.

-No hables así de John, de seguro lo molestaste y él se enojó-dijo mi madre defendiendolo.

-No lo creo es un idiota y para mi siempre lo va a ser - dije con voz chillona.

-Ya cállate enana de seguro estuviste mintiendo cosas que no son verdades-dijo John sentándose a mi lado.

-Si, le dije a mamá que estuviste cachondo toda la noche con tu novia-le susurre bajo para que mamá no escuchara,  él me miró con sorpresa y luego frunció el ceño.

-¿Acasi estuviste escuchando?-bufé rodando los ojos- No te creo Leyla jamás lo dirías, a no ser que quieras que yo cuente los secretos sobre tus notas-susurró riendo, ¿Estuvo en mi habitación?

-¿Estuviste en mi habitación?-dije enojandome.

-Pues tu pared está llena de fotos de chicos, ¿Acaso eres una obsesionada?-dijo riendo con más ganas miestras yo por dentro quería matarlo.

-Eso a ti no te importa...idiota-mamá nos estaba viendo de brazos cruzados, luciendo enojada.

-¿Qué esta pasando?-preguntó mamá.

La última cartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora