El despertador sonó, me levanté algo cansada y suspire mirando la hora. Era demasiado temprano, pero al menos me daba tiempo para bañarme y relajarme un poco.
Luego de minutos bajé a tratar de desayunar algo para irme sin esperar a mi hermano.
- Buenos días, ¿como amaneciste? - saludó mi madre leyendo un diario, me senté y tomé un vaso de jugo.
- Bien mamá- susurre algo frustrada.
-No te duermas en la mesa Leila ya te dije miles de veces, ¿Despertaste a John?-dijo mi madre poniendo sus manos en su cintura mientras me miraba con el ceño fruncido.
-Este, no lo desperté todavía -dije tomando un trago de mi jugo-pero ¿Por qué tengo que ir yo y si esta con una chica haciendo cosas pervertidas?-mi madre rueda los ojos e hizo señas con la cabeza para que vaya a despertar a mi hermano-okey, okey ya voy, ya voy-dije levantándome de la mesa.
Solo rogaba que mi hermano este solo para no encontrar una escena no apta para todo público, cuando llegué a su habitación toqué la puerta dos veces y sentí unos pasos dirigirse hacia ella.
-¿Qué quieres?-pregunta John apoyándose en el marco de la puerta.
-Mamá me mandó a buscarte para que desayunaras y vayamos a la universidad-él bostezó y arquee una ceja-¿Qué quieres que le diga?-suspiró y pasó una mano por su cabello negro, este chico parecía un vampiro de lo blanco que era.
-Sabes Leyla anoche estudié mucho y lo que necesito es un buen desayuno, y un baño, solo dile que ya bajo-con eso cerró la puerta en mi cara dejándome parada como idiota y yo más furiosa no podía estar.
-¡Si creo que estudiaste mucho anoche pero de follar maldito idiota!-grité golpeando su puerta, solo eso bastó para que saliera enojado y se parara frente a mi.
-¿Qué dijiste maldita enana?-era cierto, a John le llegaba a los hombros, claro pero él siempre se abusaba de mi estatura, era un maldito.
-Que te cansaste de follar anoche hermanito-con eso doy la vuelta dejandolo callado y esta vez yo ganando la victoria.
-¡Ni se te ocurra decir una palabra!-gritó, pero yo solo le muestre el tercer dedo de mi mano.
***
-¿Hablaste a tu hermano?-esa era mamá que servía un café.
-Siq, si lo hableq pero ya sabes cómo es mamá...-ella solo me miró no entendiendo lo que le trato de decir-Es un idiota.
-No hables así de John, de seguro lo molestaste y él se enojó-dijo mi madre defendiendolo.
-No lo creo es un idiota y para mi siempre lo va a ser - dije con voz chillona.
-Ya cállate enana de seguro estuviste mintiendo cosas que no son verdades-dijo John sentándose a mi lado.
-Si, le dije a mamá que estuviste cachondo toda la noche con tu novia-le susurre bajo para que mamá no escuchara, él me miró con sorpresa y luego frunció el ceño.
-¿Acasi estuviste escuchando?-bufé rodando los ojos- No te creo Leyla jamás lo dirías, a no ser que quieras que yo cuente los secretos sobre tus notas-susurró riendo, ¿Estuvo en mi habitación?
-¿Estuviste en mi habitación?-dije enojandome.
-Pues tu pared está llena de fotos de chicos, ¿Acaso eres una obsesionada?-dijo riendo con más ganas miestras yo por dentro quería matarlo.
-Eso a ti no te importa...idiota-mamá nos estaba viendo de brazos cruzados, luciendo enojada.
-¿Qué esta pasando?-preguntó mamá.
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La última carta
Teen FictionLeyla Foster, sabe que a veces su vida no es fácil si no que es algo que la está matando por dentro. Podemos ver que no cualquiera es fuerte, sabemos que cada uno tiene su manera de luchar. Solo sigamos. Luchemos una vez más.