Realmente a ese beso no lo entendí y mi hermano no volvió a casa durante toda la noche y mucho menos Gabriel. Volví sola a casa con miedo pero rápido.-Bien pequeña-dijo mi madre dándome un beso-cuando tú hermano llegue dile que tengo que hablar con él- asenti.
-¿Y dónde está?-pregunté.
-Me informó que quedaría en casa de Eithan o de su nuevo amigo...-contestó ella.
Mi madre tenía doble turno hoy, desayuné y salí de casa tomando mi mochila, caminé con calma y tranquilidad. Llegar a la universidad fue algo que odié por un instante.
-Hola muñeca-odiaba a esta mujer porque siempre recibía una humillación.
-Hola-saludé sin ganas.
-Ayer te vi en la fiesta Leyla.-me detuvo paseandose por mis lados mirándome de pies a cabeza.- Pero nadie te invitó y te quedaste solita toda la noche ya que mis hermosas amigas distrajeron a tú pareja y hermano-agregó mientras mordía mis labios de nervios.
-¿Y qué?-pregunté mirándola, elevó una ceja y tiró de mi cabello con fuerza.
-Que tú hermano es un completo imbécil- apreté mis ojos- Y Eithan por supuesto que es otro idiota. ¿Sabes por qué? Porque dice ser tuyo pero no, no lo es, ese chico me hizo suya esa misma noche que te besó. Que lindo de su parte decir que él no pertenece a nadie y mucho menos a una niñata disfrazada de Barbie.
-No tengo nada que decir-sentí mis ojos aguarse y detestaba cuando eso pasaba.
-Que gratitud de tu parte Leyla-soltó mi cabello parándose en frente-es muy raro en ti muñeca-en eso sentí un golpe haciendo sangrar mi labio-que te quede claro que aquí en esta universidad no eres nadie.
Me empujó haciendo que tropezara y cayera al piso.
-Vaya niña, eres un estorbo-toqué mi labio y luego vi mis dedos, tenían un poco de sangre y apreté mis ojos sintiendo mis lágrimas, esto era vergonzoso, todos estaban mirándome con pena y algunos con burla.
Logré ponerme de pié para luego salir corriendo al baño, choqué con varios estudiantes hasta que logré llegar, bajé la tapa del retrete para luego sentarme y ponerme a llorar nuevamente...
Sentí que alguien entró y escuché la conversación que hizo que mi corazón se partiera en mil pedazos.
-Eithan-escuché la voz de Katy-no puedo creer que seas tan atractivo.
-Joder nena- sentí besos salivosos-eres hermosa-dijo, puse una mano en mi boca para no soltar un sollozo.
-¿Es cierto qué te gusta esa niñata?-preguntó Katy.
-No, claro que nunca me gustaría esa nerd-mis lágrimas cayeron de mis ojos-además es una niña que no sabe nada del amor. No tanto como tú- ella largo un chillido, limpié mis lágrimas, solté un suspiro y salí del baño como si nada pasara, me miré al espejo notando mi labio roto, un poco inflamado, mojé mi rostro sintiendo ambas miradas en mi.
-¿Estuviste todo éste tiempo allí? -preguntó Eithan mirándome sorprendido y algo arrepentido, mientras que Katy solo me observaba con burla.
-Sigan en lo suyo, no me importa-salí del baño totalmente destrozada, me sentía mal esto se estaba poniendo terrible, encontré a John por el pasillo y me detuvo del brazo, me observó y bajó la mano de mi boca que cubría de sus ojos curiosos.
-¿Qué te pasó? -preguntó tomando mi mentón para luego mirar mi labio.
-¿Quién se atrevió a golpearte?-preguntó.
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La última carta
Novela JuvenilLeyla Foster, sabe que a veces su vida no es fácil si no que es algo que la está matando por dentro. Podemos ver que no cualquiera es fuerte, sabemos que cada uno tiene su manera de luchar. Solo sigamos. Luchemos una vez más.