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Padmè yacía inconsciente en el suelo del oscuro planeta que era Mustafar. Anakin, el propio Anakin se lo había hecho. Aunque ahora ya no era él, ya no era Anakin. Ahora él era Vader.

Obi Wan observó cómo la joven caía al suelo tras que su propio marido la hubiera estrangulado usando la fuerza. No se lo pensó dos veces, no podía dejarla ahí en ese estado, pero el nuevo sith ,que una vez había sido su aprendiz, su amigo, su hermano, se acercaba a él. Obi Wan caminó hasta bajar de la nave.

-Tú la has vuelto contra mí.-Le recriminó Anakin.

-Eso es algo que has hecho tú mismo.-Respondió Obi Wan.

-¡No vas a arrebatármela!

-Tu ira y tus ansias de poder ya lo han conseguido. Has permitido que ese lord tenebroso corrompa tu mente y ahora... Ahora te has convertido precisamente en lo que jurando destruir.

El jedi dejó caer por completo su capa y comenzó a caminar en círculos junto a su antiguo padawan.

-Ahorrate el sermón Obi Wan.-Le recomendó.-Conozco todas las mentiras de los jedi, no tengo miedo al lado oscuro como tú. ¡He traído la paz, la libertad, la justicia y la seguridad a mi nuevo imperio!

Obi Wan tocó la frente de Padmè, que todavía seguía tendida inconsciente en el suelo.

-¡¿Tu nuevo imperio?!-Preguntó a las espaldas de nuevo sith.

-No me obligues a matarte.-Respondió sin dejar de darle la espalda.

-Anakin, yo le debo lealtad a la República... ¡A la democracia!- Le recordó.

-Si no estás conmigo, eres mi enemigo.

-Solo un sith es tan extremista...-Dijo antes de volver a mirar a Padmè.

Él seguía dándole la espalda a Kenobi, que aprovechó eso para concentrarse por un momento, sintiendo que la fuerza estaba de su parte, y, reuniendo toda su energía y su poder, lanzó a Anakin lo más lejos que pudo, dándole tiempo a subir junto con Padmè a la nave. Obi Wan salió con la nave de la senadora rumbo a Polis Massa, donde el maestro Yoda y el senador Organa los esperaban.

***

Habían pasado ya 4 años desde que todo había cambiado en su vida. Padmè estaba sentada en una cómoda hamaca mientras miraba al cielo.


Ella vivía su vida, pero ya no era la misma desde que Obi Wan le comunicó que Anakin había muerto, y un día más tarde, sus hijos corrieran la misma suerte. Había pasado un tiempo recluida en su casa familiar de Naboo, escondida hasta que las cosas se calmaran un poco, había fingido su muerte, pues según Obi Wan y Bail Organa ella estaba amenazada por el nuevo imperio que regía la galaxia. Y no había bastado con eso, habían hecho un entierro multitudinario con un cuerpo falso, aunque muy logrado.

No había vuelto a ver a Obi-Wan ni a Organa desde aquel día. Padmè decidió informarse lo más mínimo posible de todo lo que tuviera que ver con la política, demasiados recuerdos, demasiado dolor. También decidió dejar Naboo e ir a algún sitio donde no se la conociera y pudiera salir a la calle, necesitaba seguir con su vida. Entre los planetas pensados estuvo Tatooine, pero fue descartado por motivos obvios. Finalmente decidió que se iría a Jakku. También pensó que sería prudente usar un nombre falso, y tras pensarlo mucho, acabó decidiendo que su nombre desde ese momento sería Della, aunque en el fondo, siempre sería Padmè.

Y allí se encontraba. Hacía poco había tenido la visita de su hermana, Sola, que cuando podía se pasaba por allí.

Al principio solo esperaba que Sola llegara para desahogarse, pero ahora estaba bien. Aunque era verdad que cuando veía una pareja, muchas veces no podía evitar pensar en Ani, y cuando veía a unos niños, pensar en sus pequeños Luke y Leia.

***

Vader se encontraba en la nave rumbo a una de las misiones que le ordenaba el emperador. Ese hombre... En el fondo lo odiaba. 

Entró en su habitación, cerró la puerta tras de sí con un movimiento de su mano en el aire, se sentó sobre la cama y se sacó el casco. El casco no era más que un accesorio más del traje que usaba para infundir miedo. Cerró los ojos. Pronto llegarían a Jakku.

Vuelve (Star Wars alternativo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora