El Fin.

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Normalmente los intentos fallidos ocurren al ser descubiertos en el acto, así que fue una decisión lógica no hacerlo en mi casa. Le dije a mis padres que iría a quedarme donde mi mejor amiga, y a ella le hice corroborarlo, con la excusa de que realmente pasaría la noche con el chico que me gusta. Supongo que ella debería conocerme mejor como para saber que mentía; a él no le agradaría pasar ni un minuto a mi lado; menos aún una noche entera.

Con mi coartada lista, caminé por la ciudad. No planeaba hacerlo en ese mismo momento, quería esperar hasta que fuese seguro, tenía que ser todo matemáticamente perfecto. Aprovecharía de mirar de verdad lo que sólo veía sin pensar en mi rutina diaria. Simplemente caminé lentamente hasta el parque.

Realmente era un barrio bastante lindo. En mi infancia me fijaba en esas antiguas e interesantes casas, y me maravillaba cuando mi madre me contaba lo antiguas que eran; ¡cuántas historias contarían si pudieran hablar! Aquella intriga y pasión por cosas que estaban tan cerca habían desaparecido hace tanto tiempo de mi vida. Miré a las casas de nuevo, las que quedaban, claro, ya que algunas habían sido reemplazadas por edificios; el inevitable poder del "progreso". La pintura estaba desteñida, las rejas oxidadas, las ventanas sucias, y simplemente tenían una tangible aura de negligencia. ¿Era mi mente que las veía así, o realmente empeoraron con el paso de los años? Probablemente era sólo el filtro de melancolía (¿o cruel realidad?) a través del que veía.

Seguí mi camino con mi mente en blanco por un rato.Revisé mi celular: recién las once de la noche. Esta sería mi noche más larga, y al mismo tiempo, la más corta, me dije a mí misma. Levanté mi mirada de la pantalla, y noté que el barrio por el que iba caminando ahora era el de mi antiguo colegio. Calles por las que corríamos, el paradero, la plaza en la que jugaba con mis amigos y amigas seguía allí, con la gran diferencia de que estaba enrejada totalmente, y que los juegos habían sido removidos por ser demasiado peligrosos. Buenos recuerdos. Ya no hablo con nadie de esa época: así es la vida, dice mi madre.    

Punto y Coma (;)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora