¿Ves?

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Por estas calles pasaba cuando me sentí observada. Continué moviéndome como si no notara nada, pero recorría con mis ojos el ambiente buscando el causante de aquella sensación, mas entre las sombras de los árboles de la vereda y la pobre iluminación, no podía distinguir mucho. Un par de cuadras más tarde, juro haber visto una silueta negra justo detrás de mí reflejada por una ventana de las casas por las que pasaba. Sentí un miedo intenso en mi corazón y un nudo en mi garganta. A pesar de esto, ya no quedaba mucho para llegar, por lo que apuré el paso e ignoré mis pensamientos sobre ello; después de todo, estoy acostumbrada a hacer eso.

Cuando mis piernas ya estaban cansadas y el roce de mi carta en el bolsillo comenzaba a irritarme, escuché risas y el característico tintineo de copas de un restaurante. Había llegado al barrio del parque, y la fiesta ya había empezado. Al pasar por aquel local, di una mirada hacia adentro, fijándome en los detalles de esa algarabía; grupos de gente riendo, parejas mirándose con tiernas sonrisas, el público delante del escenario cantando malamente al unísono con la banda, pero todos pasándolo bien. ¿Por qué no podía ser como ellos? Normal, digo. Disfrutar una noche sin preocuparme. Al menos tener la ilusión de felicidad, como tantos otros.

Dejé atrás aquel lugar y me abrí paso entre los borrachos semi-conscientes que se encontraban en la vereda, todavía con botellas de alcohol barato en sus manos y con algunas mujeres que tampoco se veían en muy buenas condiciones. Traté de ignorar sus lascivas y asquerosas miradas al verme, pero no pude evitar sentir miedo y rabia. Aceleré el paso encorvándome ligeramente, con unas ganas de correr casi incontrolables, mas no lo hice, quizás eso los podía provocar. Tratando de ver algo que no fuera los ojos de aquellos hombres, miraba hacia el suelo, escuchando sus delirantes voces pero forzándome a ignorar sus comentarios, sólo viendo en el piso sus zapatos, botellas y latas vacías, colillas de cigarros y... Vi algo como una sombra viviente a mi lado. Levanté la mirada y no había nada. Qué extraño. Había pasado a los borrachos, estaban ya a una cuadra de distancia; me había ensimismado y ni siquiera me di cuenta de cuándo los pasé.

  "El infierno está vacío, y todos los demonios están aquí" - W. Shakespeare

Punto y Coma (;)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora