Sentí como una ola de sentimientos al sentir sus suaves labios, sabían a licor pero eso no arruinaba lo que sentía, nunca lo había experimentado. Nunca me había besado con un chico; nunca con uno que tuviese labios tan perfectos.
Luego ambos nos tiramos al suelo y nos miramos, me quedé dormido profundamente. Soñando con esos deliciosos labios del chico mas hermoso que he visto y de quien me he sentido atraído de hace tiempo.
Desperté y trate de no hacer ruido para despertar al ángel que tenía a mi lado, sus labios se veían hermosos desde cualquier ángulo, ¿Quién no lo quisiera cuando él luce asi? Seguía acostado pero lo observaba como si se tratase de Dios.
Él me vió y al instante se sonrojó, recordaba perfectamente lo de ayer.
—Y bien, ¿Tan temprano despierto?— me preguntó y asentí.
—Me tengo que ir, adiós, fue un gusto, gracias por todo, hermosura.— vi de reojo como se sonrojaba, me fui porque me sentí incómodo sabiendo que el chico que estaba al frente mio se había besado conmigo, me gustaba pero no sabía que hacer.
No esperé ni una despedida, solamente me arranqué de allí.