Toqué el timbre de la casa y segundos después escuché la interferencia que producía el altavoz antes de escuchar de nuevo la suave voz del Omega que me había contestado antes, e intenté averiguar de qué país sería por ese acento peculiar.
- ¿Hola?
- Hola -saludé con una sonrisa sin importarme que nadie me esté viendo-, soy Vincent.
- ¿Eres el primo de Cilly y Gi, verdad?
Si ya estaba sorprendido de que un Omega esté en la casa de los gemelos, fue aún mayor mi sorpresa al escuchar como los llamó. Porque sólo existía una persona en el mundo que tenía permitido llamar a mis primos de esa manera y era mi tía, la madre de los gemelos.
No estaba mal suponer que este Omega era una persona importante para los gemelos.
- Así es -respondí a su pregunta.
- Espera un momento.
Escuché el click del seguro y la puerta se abrió dejándome ver una pequeña cabeza sobresalir de esta.
Supongo que era el Omega, con su cabello rubio y ojos marrones. Era pequeño y parecía débil, pero la mirada que sus ojos mostraban te hacia creer lo contrario.
- Pasa -abrió completamente la puerta con una sonrisa y me permitió adentrarme en la casa-. Están en la sala.
Sabiendo que hablaba de los gemelos me dirigí allí preparando mi cara de ustedes hicieron algo que no me contaron y sus caras de diablos me dieron unas grandes sonrisas.
Los dos morenos estaban sentados en el sofá de 4 personas con un espacio entre los dos que fue ocupado por el Omega.
La forma en la que ambos se recostaron por el chico rubio no pasó desapercibida para mis ojos.
- Así que... -empecé a decir con una sonrisa pícara.
- Primero nos dices para que viniste -me cortó el gemelo de la izquierda.
- Y luego te diremos eso que quieres saber -terminó su sentencia el gemelo de la derecha.
- Estaría agradecido si me dicen quien es quien -miré a un gemelo y luego al otro, pero es que ambos tenían la misma cara de estúpidos que era imposible diferenciarlos.
- Cilian.
- Gian.
Ambos gemelos recibieron un pequeño golpe del Omega acurrucado entre los dos y una reprimenda.
- No sean mentirosos -los retó mirando de uno a otro y ganándose un beso de cada moreno en la mejilla, junto con una sonrisa de diablos-. Paren de poner esas caras y digan la verdad.
Los gemelos volvieron a nombrarse según lo que el Omega decía que estaba correcto.
- ¿Cómo los diferencias? -pregunté como si hubiera descubierto nomos danzantes en su jardín.
- Simplemente lo sé... es extraño pero puedo sentir quien es quien.
No lo diría en voz alta, pero me dolió ver el amor que mostraron los gemelos en ese momento hacia su Omega. Ambos le dieron un beso en los labios al chico rubio, turnándose, sin importarles o si quiera notar mi presencia, pero no podía decirles nada pues yo hacia lo mismo con Liu tiempo atrás.
Intenté hacer un sonido de tos con mi garganta para mostrar mi incomodidad, pero se convirtió en ahogo al notar algo que no había visto antes.
El Omega tenía dos marcas de dientes en su cuello, había sido marcado por mis primos.
- Chein, amor, es mejor que ahora vayas a la habitación -habló con dulzura Cilian, con su boca pegada al cuello del Omega.
- Tenemos que hablar de algo importante con Vincent -terminó Gian.
Chein, como lo había llamado Cilian, se levantó de donde estaba y me dirigió una pequeña sonrisa avergonzada por el espectáculo que yo se la devolví divertido.
Vi algo cambiar en los ojos del Omega en ese momento pero no pude averiguar qué pasó con exactitud.
Cuando Chein salió de la sala los ojos de mis primos parecían brillar con maldad cuando se posaron en mí y eso no me agradaba.
Sabía que venir aquí y preguntar sobre la peor noche de mi vida me traería el dolor de 30 abejas picando mis ojos, pero no creí que comenzaría tan rápido al ver como mis primos tenían a su Omega con ellos y no en alguna otra parte del mundo con quien sabe que persona.
- Ahora sí -habló Cilian- ¿Para qué viniste?
- Quiero que me cuenten todo -pedí-. Quiero saber con detalles lo que ocurrió esa noche.
Ambos gemelos compartieron miradas y las regresaron hacia mi con pena.
- Hay un problema en que te contemos todo -Gian cruzó sus piernas y se acomodó sobre el sofá- y es que no sabemos todo.
- Fuimos a la fiesta de Camy los tres juntos, pero en un punto de la fiesta desapareciste -explicó Cilian.
- ¿No saben a dónde fui o con quien... -tomé una gran bocanada de aire antes de continuar-... con quien estuve?
- No sabemos nada, primo -negó con la cabeza Cilian para confirmar lo que dijo su hermano.
- Lamentamos no saber nada.
- No es su culpa -refuté-. Ustedes no eran mis niñeros ni nada por el estilo.
- Pero tuvimos que haberte cuidado -dijo Gian.
Miré a ambos y sonreí con tristeza- Soy el mayor, tuve que haber sido el responsable.
No dejé que dijeran nada más y procedí a levantarme para irme lo más rápido que podía, mis ojos ya picaban y sentía mi corazón contándose.
- Vincent -llamó uno de los gemelos.
- Podemos ayudarte -continuó el otro.
La idea se paseó por mi cabeza pues no era mentira que los gemelos eran conocidos por ser unos grandes detectives y sabía que ellos se sentían aunque sea un poco mal por reírse de mi aquella vez que fueron a mi departamento.
Acepté la ayuda... y no tuve que haberla aceptado.
- Tienen que ser discretos.
- ¿Alguna vez escuchaste de alguien que nos haya atrapado en nuestras misiones? -preguntó altanero Cilian.
- No -afirmé-, pero sigo creyendo que en algún momento cometerán un error y se arrepentirán de creerse superiores.
Ellos no hicieron caso a mi comentario y me echaron de su casa con la excusa de que casi no pasaban tiempo a solas con su Omega.
Al llegar a casa recordé que no pregunté sobre Chein.
[Corregido]
ESTÁS LEYENDO
Infiel (Omegaverse) [Yaoi]
Short StoryEl Alfa... fue infiel. El Omega... lo descubrió. El Alfa escribió cartas. El Omega nunca las recibió. [RIMÓ LOL] [Espero que esta historia te guste ^-^] TODOS LOS DERECHOS RESERVADITOSSSSS.