Carta final #31

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Liu:

Sucedieron tantas cosas en tan poco tiempo, cariño, que ya ni sé por donde comenzar.

Supongo que lo haré por el hecho de que estoy escribiendo esto en la camilla de un hospital, esperando que salgas de bañarte y vuelvas a acostarte a mi lado para darme fuerzas.

¿Cómo llegué aquí?

Todo empieza con la salida con los gemelos, los cuales me obligaron a salir de la casa e ir a un bar a tomar.

Quien diría que todo se iría a la basura, otra vez, por beber de más.

Comencé a hablar tanto sobre ti que supongo que eso les dio a los gemelos la alarma de que ya estaba lo suficientemente borracho para empezar todo.

Uno de los gemelos dijo que iría al baño y, con el alcohol fundiendo mis neuronas, no noté que estuvo 1 hora sin aparecer. Mientras que, el otro gemelo, continuó riéndose de mis estupideces.

Quien diría que siempre fui un estúpido con ellos riéndose a mis espaldas.

Los gemelos son tan buenos actores que fingieron preocupación al ver las noticias.

Las palabras del periodista relatando el incendio de una casa.

Nuestra casa.

Gracias al cielo no había ningún policía controlando las rutas porque me hubieran multado por exceso de velocidad y por conducir en estado de borrachera.

La casa ardía como si estuviera en el mismísimo infierno y yo entré en el.

Todo estaba en llamas.

Los muebles colocados de forma que te gusten, las fotografías colgadas con tanto amor, tus libros ordenados por abecedario y mi alma; todo ardía.

El final del libro estaba en llamas.

Empecé a respirar mal por la falta de oxígeno y aún así avancé hasta la librería para buscar el libro.

Debía saber si terminaban juntos.

La desesperación por saber si aún tenía una oportunidad de tenerte de vuelta en mis manos me llevó a quemar éstas para poder abrir el libro cuál portada decía "Vuelve".

En ese momento pude escuchar en mi cabeza tu voz gritándome que salga, que vuelva. No entendía que en verdad eras tú desde fuera de la casa.

Grité en medio del llanto que me provocó el hecho de que el libro tenía las últimas hojas hechas cenizas, lo cual me dejaba sin un final.

Unos brazos me agarraron antes de caer al suelo y tiraron de mí hasta salir del lugar.

Por un momento pensé que era la muerte, pues me estaba llevando hacia una puerta donde escuchaba tu voz llamándome.

Creí que sería algún demonio engañandome con la voz de un ángel.

Cuando el bombero me dejó en el suelo con cuidado te miré y pensé en que el infierno no era tan malo.

Cuando te arrodillaste a mi lado llorando y tocaste mi rostro con tus suaves manos fue cuando entendí que todo era real.

Tú estabas tan vivo y tan real.

Lamento si te asusté cuando te empujé hasta hacerte caer en el suelo y me coloqué sobre ti.

Recuerdo la desesperación de mi voz al preguntarte como terminaba el libro, si el Alfa y la Omega volvían a ser una pareja.

Liu, cuando me dijiste que sí mi mundo se iluminó con la luz de la esperanza.

La esperanza de poder volver a estar juntos.

Luego de eso, según lo que me dijiste, me desmayé sobre ti y así es como acabamos en la habitación de un hospital.

Pero la historia no termina allí.

Amaba la calma que me traía tu simple presencia, pero ésta duraría poco.

Hablamos sobre aquella noche y te juro que mis manos comenzaron a temblar cuando te conté mi parte de la historia.

Sé que lloré como un bebé, aunque tú me digas que no, cuando me contaste todo el dolor que sentiste.

En mi cabeza aún no entra el hecho de que me hayas perdonado.

Sin duda eres un ángel al cual hice sufrir y le quité sus alas, pero te juro que construiré nuevas para ti.

Shasa y Dacel fueron los que tuvieron que contarme el resto de la historia.

Los gemelos fueron los culpables de casi todo.

Ellos me mostraron esas fotografías falsas sobre ti con otro hombre y esperaron a que esté lo suficientemente hundido en mi miseria para seguir con el plan.

Me emborracharon y fue uno de ellos a quemar mi casa.

Quien diría que durante toda la catástrofe irían a robarme.

Al principio no le creí a Dacel cuando me contó todo, pero con la grabación de la cámara bajo mi escritorio y la declaración de Shasa sobre que varias veces vio a los gemelos ingresar al edificio donde yo trabajaba terminaron haciendo que creyera todo.

Me rompió el corazón ver a Chein llorar cuando descubrió que sus sospechas eran ciertas.

Sabía que mandar a los gemelos a la cárcel terminaría destrozandolos al separarlos de su omega, pero no podía dejar pasar lo que me hicieron.

El Alfa dejó de escribir cuando vio a su Omega salir del pequeño baño del cuarto de hospital.

Vincent sintió una alegría inmensa cuando Liu le sonrió y se acercó para darle un pequeño beso.

- Los bomberos me dijeron que recuperaron varias cosas del incendio -comentó mientras se recostaba al lado de su Alfa-, entre esas cosas hay un caja que estaba debajo de tu cama.

Vincent rió- Supongo que ya leíste todas las cartas mientras estaba dormido.

- Eres un Alfa estúpido -dijo Liu entre una pequeña risa que alegró a Vincent.

- Lo sé.

Firma Vincent, el Alfa que más te ama.

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[Corregido]

Infiel (Omegaverse) [Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora