Capitulo 29

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Capítulo 29.

Al estar de frente al ascensor, un escalofrío se apoderó de mi.
Un temor me recorrió desde la columna hasta la punta de los pies, erizándome la piel.
No me atrevía a subirme a esa caja magnética de metal ni por todo el oro del mundo....no después de enterarme que era claustrofóbico.
Miré las puertas abiertas dos veces, me di la vuelta, y fui a las escaleras.
Por más que deba subir quince pisos, no volvería a subirme a esa cosa JAMÁS.
Al subir los primeros escalones, mi corazón se estrujó y mi boca quedó en seco.
Recuerdos y recuerdos atormentaban mi cabeza <<Culpable>> era lo único que decía mi cabeza.
Avancé unos escalones más, y por alguna extraña razón en mi mente resonó tres palabras <<Te Amo Kendall>>
seguí mi camino...y me dejé llevar por mis pensamientos.


Flash-Back.
Recuerdo haber estado en la playa.
Kendall: tengo algo para ti... -dije sorprendiéndola por detrás y besándola en la mejilla.
Ella sonrió, y se dio vuelta, mirándome con esos ojos profundos que me llevan al delirio.
Tu: ...solo con tus besos soy feliz Kendall...no tienes porque...
Kendall: Sssh!- la callé sobre sus labios- debo hacerlo....sería un pecado no llenarte de regalos mi amor.
Tu: con que me llenes de besos soy feliz.
La besé, hasta dejarla sin aliento. Era tan simple y sencilla pero a la vez era maravillosa y hermosa.

Saboreé sus labios. Los mordí hasta que ellos pedían piedad. Ella solo sonreía, y jugaba sobre mi labio con su lengua....seduciéndome.
Kendall: espera pequeña seductora....quiero darte algo.
Ella me miró inquieta con esos ojos profundos, y sus pestañas largas que me volvían loco.
Saqué de mi bolsillo un par de llaves y ella me miró sorprendida.
Tu: ¿un auto?
Si bien nos hacía falta...no era necesariamente eso.
La tomé por la cintura, y nos sentamos en la arena, ella sentada sobre mis piernas, y yo rodeándola.
Tu: Ya...dime que son estas llaves.
Le acaricié la mejilla con mi mano libre, y le susurré en el oído.
Kendall: es la llave de tu nuevo hogar....de nuestro hogar.
Ella me miró con los ojos llenos de lágrimas y volvió a mirar las llaves.
Tu: ¿qué quieres decir, Kendall?

Le di un pequeño beso en la oreja.
Kendall: ¿quieres vivir con migo amor?
En ese momento, se abalanzó sobre mí, y caímos en la arena.
Tu: ¿es enserio? ¿En verdad quieres vivir a mi lado?
Susurró en medio de una emoción al borde del llanto.
Nos enderezamos.
Kendall: no hay nada que quiera más en el mundo, que vivir junto a ti. Despertar todas las mañanas y verte en mis brazos, despeinada y dormida. Desayunar, almorzar, merendar y cenar junto a ti. Hasta podría decirte que quiero bañarme contigo- dije riéndome.
Tu: Kendall yo...
Kendall: solo dime que sí.

Posé mis labios sobre los suyos.
Tu: claro que si Kendall....te amo.
Y me abrasó para luego besarme. Dejándome quizás en el momento más traumático para mi...me había dicho te amo. ¿lo sentía realmente? O peor aún ¿lo sentía yo?
No le contesté nada, no sabía qué. Y tenía miedo. Pero luego, unos días más, me lo volvió a decir. Y notó con más certeza que yo no le contestaba.
En ese momento se largó a llorar. Ya estábamos viviendo juntos. Iba todo perfecto, hasta que se tocaba el tema de quien amaba a quien.
No podía contestarle, porque no sabía que contestarle.
Yo me sentía mal, al saber que la hacía sufrir.

Fin Del Flash- Back.

¡Maldición! La hacía sufrir desde los 19?
Mientras más me ponía a pensar, más me maldecía. ¿Habrá algún momento en el que la hice feliz?

Subí, y subí quinientos setenta malditos escalones!
Estaba exhausto, aun que tenía mucha curiosidad.
Mi mente quedó en blanco, al quedar en frente a la puerta.
<<Bien, ya estás aquí...ahora solo golpea la puerta, y espera su puñetazo. Recuerda fingir que te duele, y por ultimo bésala...si!>>
~aquí vamos....

Narra ______.

Hacía cuatro horas que miraba por la ventana. No quería comer, ni beber. Solo recuerdo haberme parado una vez para ir al baño.
Me sentía absurda, y dolida.
<<Sola>>.
Unos golpes en la puerta me sobresaltaron.
Fui hasta quedar lo bastante cerca y dije.
Tu: No necesito nada....gracias.
Pero al parecer no entendieron muy bien, ya que golpearon nuevamente.
<<¿Qué mierda quieren?>>
me pasé la mano por mi pelo, arreglando el desastre e intentando parecer que sonreía.
Abrí la puerta, y quedé petrificada, ante la viva imagen de Kendall....de mi marido.

Tomé aire, e intenté rápidamente cerrar la puerta. Pero era imposible ya que James a de más de tener mucha fuerza, tenía buenos reflejos.
Lo miré, y sus ojos me mostraban tristeza.
Tu: ¡Vete de aquí!
Intenté calmarme.
Él empujó la puerta de un golpe, yo retrocedí, y el cerró la misma de una patada.
<<Oh Dios Es Mi Fin>>
Avanzó hacia mí, sigiloso como él solo.
Llevaba la misma ropa que cuando lo dejé, y tenía la cara cansada....
supuse que yo no estaba mejor...no había podido dormir mucho.

Lentamente comencé a acercarme al teléfono, pensé en marcar el numero de recepción pedir ayuda, y que saquen a Kendall antes de que me mate. Aun que su ceño no era muy legible, no sabía si quería matarme, o pedirme perdón. Eso me frustraba.
Moví mi mano hacia el teléfono.
Kendall: ¡quédate quieta!
Eso fue una ¿amenaza?
Temblando lo miré y traté de descifrar su mirada.
Kendall: No, no, no _____ NO.
Tu: no sé qué mierda quieres pero ya te voy abriendo la puerta.
Kendall: yo no me iré a ningún lado sin aclarar las cosas. -Dijo serio.
~ Já. ¿Aclarar las cosas? ¿¡Qué mierda quieres aclarar!? ¿qué quieres aclarar? Ya se terminó, no hay mas nada que hablar...creo habértelo dicho todo en la carta.
Él me miró y se sentó en el sillón.
Tu: ¡vete!
Le grité irritada.
Las lágrimas comenzaron a salir. El se percató de ello, y amagó a levantarse. Pude ver que sus ojos también estaban casi en el mismo estado que los míos.

Tu: quédate ahí, ni te atrevas a tocarme! ¡Quiero que te vayas! Quiero que desaparezcas de mi vida Kendall! Quiero que te mueras y no me jodas más!!
Grité en llanto sin darme cuenta de lo que decía.
Kendall: tienes....tienes derecho a decirme todo lo que quieras...anda. Desahógate.
Se levantó y se acercó.
Yo me dirigí hacia él enfadadísima.
Tu: ¿Que me descargue?- dije golpeándole el pecho con mis puños, él solo cerraba los ojos- ¿quieres que me descargue maldito seas? ¿Quieres que te haga saber todo el dolor que sentí?- seguí golpeándolo- eres un maldito egoísta que solo piensa en sí mismo. No te importó mi amor por ti, ni nuestro matrimonio. No te importó nada, eres un idiota!
Me alejé y lo miré a los ojos...estaba llorando.

Tu: y ahora vienes como si nada, pretendiendo que te perdone!! ¿Sabes? ... ¿tienes una idea de cuantas veces te eh perdonado? Y MÍRAME! A penas sanan las heridas...y las de mi corazón es posible que nunca más...-tragué saliva, y me sequé las lágrimas-...nunca más sanen, porque tú... Kendall Schmidt, el gran empresario y ejemplo de hombre, además de partirme la cara...me partiste el corazón.

Hubo un silencio. Y decidí decirle todo en la cara...debía quitarme ese peso de encima.
Me miré las manos y dije irónicamente.

Tu: que irónico...ahora sé cómo te sentías cuando me golpeabas. De seguro me pegabas para pensar que era tuya ¿no? Pero por más que me pegues, y me desfigures, nunca más....volveré a ser tuya....Pero, por favor deberías ponerte feliz. Al fin podrás revolcarte con Cindy y Lupe cuando se te dé la gana...como perros en celo. Oh! Ya entiendo, no tiene gracia ¿no? Porque si bien recuerdo, me dijiste que te acostabas con ellas porque te hacía sentir bien engañarme....bueno, te tengo una solución. Dame el divorcio y cásate de nuevo.

Kendall: YA BASTA!- dijo agarrándose la cara- ya basta por favor ______.
Tu: ¡NO TIENES VERGUENZA...TU NUNCA TUVISTE PIEDAD DE MI. LLORABA, GRITABA, PATALEABA Y TÚ SEGUÍAS Y SEGUÍAS. ESTO QUE PASÓ ES POR TU CULPA! ASÍ QUE AHORA MISMO TE VAS!

Él me lanzó una mirada acusadora.
Kendall: ¿por qué nunca me dijiste que perdiste un hijo?
Esa pregunta me hizo tambalear. No me la esperaba era una total sorpresa ¿cómo se había enterado?
Tu: no sé de qué hablas.
Su cara se transformó, y me tomó por los hombros.
Kendall: Sabes perfectamente de lo que estoy hablando!!- me sacudió- estabas embarazada y no me lo dijiste!
Tu: traté de decírtelo...a de mas fue hace mucho tiempo no tiene importancia.
Kendall: ¿no tiene importancia?- me apretó los hombros y apretó los dientes- ¿que no tiene importancia? Maldita sea _____ perdiste un hijo....MI HIJO...NUESTRO HIJO.

En ese momento no dijo nada más, y las lágrimas corrían por sus mejillas. Era impresionante ver a Kendall en ese estado de debilidad.
Kendall: por Dios _____ siempre deseé verte con la pancita, acompañándote a las ecografías, cuidarte, estar ahí en el nacimiento de nuestro hijo.... ¿por qué no me lo dijiste?
Tu: el día en el que iba a contártelo....lo perdí.
En ese momento se sentó en el sillón, y acunó su cara entre sus manos.
Kendall: por favor dime que no fue mi culpa.
Tu: no. Mi útero no estaba preparado. Y...pasó.
Él siguió sentado, ahí. Y el silencio nos invadió otra vez.
Un aire tibio y denso se apoderó de la habitación.
Por Dios la tensión sexual no cesaba.
Tu: ¿cuándo vuelves a la ciudad?
Él levantó la vista.
Kendall: no sé sí no entiendes, pero sin ti no me voy.
Tu: no sé si tú eres tonto...pero nosotros terminamos. Mañana llamaré a mi abogado para iniciar los trámites de divorcio. No estamos más juntos, y yo me quedo aquí.
Kendall: ¿ya no me quieres?
Tu: no se trata de querer...

Él se levantó.
Kendall: yo no sé si no lo esperabas, o si desde que crucé la puerta lo estás esperando. Pero lo cierto es que, yo llevo esperando por esto desde que subí a la habitación y descubrí que te habías ido. Pensé en ti, me arrepiento de todo, te vengo a pedir perdón, sé que fui un idiota. Pero ¿crees que no estaría aquí si no te quisiese? Lloré como un idiota estas últimas horas más que en toda mi vida, y créeme _____ que te necesito más que el aire en esta vida.
Y de un tirón, me estrechó en sus brazos. Me quedé sin habla y sin aliento.
Kendall: por más que lo niegues....te amo.

Sus labios tocaron los míos, casi como un roce. Sus manos me envolvieron muy delicadamente la cintura, y con un gemido de satisfacción, abrió sus labios y empujó contra los míos. Mis manos se enredaron en sus cabellos, y me aferré más a él. Su lengua sutil recorrió mi labio inferior y pidió permiso. Abrí mas mi boca aceptándola.
Por un momento solo importaba él, y su calor corporal. Su movimiento bucal sobre el mío, y ese suave roce que hacía sobre mis caderas.
Nos besamos. Con necesidad y furia.

De su parte, con tristeza y ¿cariño?
Me sorprendió cuando mordió mi labio superior y tiró de él.
Ahí puse mis manos sobre su pecho, y lo aparté.
El miró sorprendido, mientras respiraba con dificultad al igual que yo.
Tu: ...no...
Fue lo único que pude decir.

Un Marido Golpeador&quot; [Kendall & Tu]♥' adaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora