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Los rayos del sol que se colaban por la ventana se posaban sobre el rostro del moreno, fastidiado por el repentino ardor de su piel quemándose gracias a los rayos solares, el moreno se removió incomodo sobre la cama entre abriendo un poco sus ojos para adaptarse a la iluminación y no quedar cegado. Tanteó con una de sus manos aun costado de él y se percató de que estaba solo en cama, frunció el ceño y abrió completamente sus ojos, se sentó sobre la cama y los recuerdos de la noche anterior se proyectaron en su cabeza como si de una película se tratase. Sonrió como un estúpido por un par de segundos y se dejó caer sobre la cama para quedar de nuevo acostado.

Había pasado una noche maravillosa junto a su novio y no le cabía la felicidad en su cuerpo, sin embargo, recordó aquellas palabras «Lo siento tanto Taehyungie, de verdad lo siento tanto» y entonces su sonrisa se borró por completo, no sabia si había sido parte de un sueño o si el pelinegro realmente se lo había dicho. Estaba realmente confundido por que no tenia ni la mas mínima idea de que era lo que lamentaba Hoseok. Intentó convencerse de que lo que había escuchado solo había sido parte de un sueño y entonces se levantó de la cama para caminar a su armario y buscar ropa que colocarse.

Después de haberse vestido con unos pantalones holgados y una camisa estampada, se dirigió al cuarto de baño para hacer sus necesidades y cepillarse los dientes. Miró su reflejo en el espejo y vio unas marcas rojas en su cuello, sabia lo que eran y sintió sus mejillas enrojecer, no eran mas que evidencias de como había sido poseído la noche anterior por su amado novio.

Terminó de lavarse el rostro y salió del cuarto de baño dispuesto a bajar a buscar a Hoseok, pero no había ni bajado el primer escalón de las escaleras cuando la puerta principal se abrió y el pelinegro apareció en su campo de visión sosteniendo una bolsa en cada mano. Supuso que el pelinegro había salido a comprar el desayuno, entonces recordó que la comida del día anterior ni siquiera había sido tocada y se encontraba en el refrigerador.

Bajó rápidamente las escaleras llamando la atención de Hoseok, quien rápidamente desvío la mirada y caminó hacia la cocina, Taehyung lo siguió de cerca y mientras el pelinegro dejaba las bolsas sobre el desayunador, lo abrazó por detrás sintiendo como el cuerpo de Hoseok se tensaba bajo su tacto, pero no le tomó importancia y entonces colocó su mentón en el hombro del chico que adoraba.

-Buenos días cariño- Suspiró como un adolescente enamorado y río por lo bajo ante ese pensamiento.

-Buenos días TaeTae- La sonrisa del pelinegro no tocaba sus ojos, parecía mas bien una sonrisa forzada, pero eso Taehyung no lo había notado.

El pelinegro no sentía mas que culpa, haber despertado a lado del chico que amaba recordando lo bien que lo habían pasado juntos la noche anterior, solo lo hizo sentir terriblemente mal. El peso de la culpa caía sobre sus hombros y lo primero que hizo fue salir huyendo de la cama. El dolor en su pecho era indescriptible, si el moreno se enteraba de lo que había hecho entonces todo se iría a la mierda, pero, solo por esa noche quiso ser egoísta, solo por esa noche quiso olvidarse de sus errores, solo esa noche se permitió acariciar el cuerpo de su pequeño novio, solo esa noche quiso creer que todo estaría bien. Y sentía como si esa fuese la ultima vez que iba a tocarlo, como si esa fuese la ultima noche en donde el podría besar sus labios, acariciar su rostro mientras dormía, por que Taehyung era como un ángel, sus facciones eran hermosas, sus pequeños ojos eran perfectos, su nariz era perfecta, sus labios eran perfectos, todo en el era perfecto y Hoseok tenia miedo, sentía demasiado miedo, temía tanto perderlo.
Un nudo se instaló en su garganta, impidiéndole decir algo.

«El no lo sabrá, si tu no se lo dices»

¿Estaba seguro de ocultárselo? No tenia una mejor idea, sabia que si lo decía probablemente el moreno lo mandaría a freír espárragos, pero ¿Podría continuar estando al lado de Taehyung incluso cuando la culpa no lo abandonaba en ningún momento? Cada vez que el moreno lo tocaba o le hablaba sentía como si le colocaran un costal de arena en los hombros, ese costal de arena llamado "Culpa" y se sentía tan devastado, no era capaz de hacer algo al respecto, era un cobarde, el cobarde mas grande del mundo.

Entre las sombras - KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora