III. Enojado (¿realmente?)

195 24 0
                                    

Publicado originalmente: 02/octubre/2017.

Aclaraciones: «Pensamientos». Voz de Cordelia dentro de la cabeza de Ayato.

─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

III. Enojado (¿realmente?)

Ayato Sakamaki volvió a mirar su cuerpo en el espejo del cuarto de baño, sus dedos tocaron el lugar que supuestamente tenía que estar marcado, ese pedazo de piel que fue rodeado por quién sabe qué cosa. No había nada, ni una pequeña mancha. Estaba limpio.

«¿Por qué no hay nada? Yo lo vi, tenía algo en la cintura», pensó mientras continuaba examinándose. Él no estaba loco, por lo tanto, no pudo haber imaginado nada, e incluso si ese hubiera sido el caso, Leila tampoco debió ser capaz de ver la "marca", ¿qué demonios ocurría?

Hace un día se había terminado su castigo en el calabozo, nada más oír la voz de su madre recordándole que tenía que ser el mejor de todos o de lo contrario no sería más su hijo, Ayato había asentido y caminado rápido hacia la cocina.

Mientras se atragantaba de emparedados y bolsas de sangre (ya que no tenía energía para cazar), se puso a pensar en todo lo que sucedió en el lago, trató de encontrarle una explicación lógica, pero no lo consiguió.

No se rindió, sin embargo, no lo hizo porque haya escuchado la voz estricta de Cordelia en su cabeza (El mejor Ayato, no puedes perder, tampoco desconocer ni la más mínima información), sino porque en esta ocasión se hallaba involucrado de primera mano, tenía una maldita marca roja en la piel, de un "animal" que aparentemente vivía dentro de las aguas del lago que pertenecía a su familia.

Además, a pesar de ser un vampiro, no le agradaban los caminos a los que estaba llegando mientras buscaba una respuesta.

Ayato no tenía ningún interés en dar pasos sobre tierras que lo llevarían a sitios donde los vampiros no son lo más fuerte e invencible.

Sin embargo, la respuesta nunca la descubrió debido a que ni en todos los libros sobre animales (clasificados por humanos) y criaturas del mundo del Makai que tenía la biblioteca de su familia, pudo encontrar a los "monstruos" del lago. A su vez, ¿cómo podría explicar el haber estado en los terrenos de su casa y al librarse de morir ahogado, estar en otro lugar completamente diferente? A esto, se le sumaba que al ir a ducharse después de pasar tres días enteros sin la posibilidad de bañarse, al estar por ponerse una camisa, notara que ya no tenía la "marca".

Por esta razón, después de otro día más se hallaba dentro del cuarto de baño, examinado su cuerpo entero por si volvía aparecer la "marca" u otra cosa por la que preocuparse.

El mayor de los trillizos prefería pensar que todo se lo imaginó después de perder la consciencia, y que su "amiga" al ver que no salía del agua decidió ir a salvarlo, desafortunadamente esta opción no era plausible porque Leila sabía que fue lo que vio él y además, fue ella la que le dijo sobre la "marca".

Y volviendo a pensar en Leila, Ayato no sabía qué sentir, no quería verla porque por culpa de ella casi murió ahogado (otra vez), más que las preocupaciones que tenía aumentaron, al punto de que el niño creía que en cualquier momento perdería la cabeza.

Todo chocaba con los sentimientos de calma que Leila le generaba cada que se veían. Antes de que ocurriera el incidente del lago, Leila lograba que Ayato se sintiera como cualquier otro niño.

Ella le daba la normalidad que Cordelia tanto le prohibía.

— ¿Y ahora, qué hago? —se preguntó en voz alta, antes de terminar de ponerse la camiseta y apoyar sus manos en el lavabo. Observó su reflejo por varios minutos hasta que una voz que conocía muy bien, lo asustó:

Ver para creer [Diabolik Lovers | Ayato Sakamaki & OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora