Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada.
Giovanni Boccacio.Su departamento olía a rosas de colores, hermosas, perfectas, a sus amantes les fascinaba la atmósfera que creaban decían que era ella una romántica lo que ignoraban era que aquellas rosas en realidad era una pesada carga porque cada que las veía su corazón daba saltos descoordinados.
Observo su hogar no entendía porque se sentía más vacío que nunca, tomo su chamarra para salir de allí encaminándose a aquel bar que le había enseñado Karina, ingreso sentándose en la barra estaba por pedir alcohol pero recordó que su nueva vida no se llevaba bien con él, era una ironía que debiera aprender a disfrutar incluso de su propio dolor.
-Hola coqueta - se giro viendo aquellos ojos azules profundos - ¿Un lunes por acá? No es buena señal - sonrió suavemente al escuchar aquello.
-Digamos que tengo mucho que pensar - sonrió observando cómo tomaban asiento a su lado enfocándola con interés- Nunca había disfrutado tanto mi vida y sin embargo siento que me falta algo…
-¿Supongo que pediste disculpas y fueron aceptadas? - asintió suavemente - ¿y ella te ama también? - volvió a asentir - ¿pero sigues con eso de no querer sufrir?- un nuevo asentimiento - la intentaste alejar, pero no se deja, aunque no entiendes porque esta semana ni siquiera te ha llamado…
-¿Lees mentes?- cuestiono mirándola con intensidad - Porque de verdad asustas - rió quedamente mirando alrededor con abatimiento antes de negar suavemente con la cabeza - tome mi decisión nunca doy un paso cuando lo hago, todo cuanto tengo en mi vida se lo debo a mi capacidad de seguir adelante siempre y nunca jamás arrepentirme de una decisión pero…
-Ella es diferente porque no respeta tu decisión - asintió suavemente - el amor es un sentimiento que evoluciona y se convierte en una habilidad - la miro confundida unos instantes - amar es el primer paso el desarrollo de la habilidad que viene después es la parte realmente complicada de todo el asunto, el amor el sentimiento es hermoso y lo embarga todo es el que te da la fuerza ante la adversidad, el amor la habilidad es lo que desarrollas que te permite determinar esos puntos críticos a los cuales darles cara, la habilidad es la que te dice como seguir adelante por esa persona que amas, la habilidad es la que te enseña que a veces lo más sano es retroceder y retractarse de una decisión mal tomada….
-No fue una decisión mal tomada_ la miro con algo de molestia - fue la correcta porque ella no… no…. Se suponía que ella no….
-No te amaba- desvió los ojos hacia la barra al escuchar aquello - hiciste un supuesto, actuaste en base a eso y simplemente le abriste los ojos a lo que ella quizás sabía pero no lograba descubrir… yo creo que si te ama no tiene nada de malo.
-Lo tiene porque yo no la…
-No te atrevas a decirme una sola mentira y menos una tan grande - cerro la boca sorprendida ante el tono severo que habían empleado con ella - nunca niegues un sentimiento es un pecado imperdonable, si no lo deseas entonces simplemente recházalo y bórralo de tu interior deja de amarla y díselo de frente cuando ya no lo sientas… dile que no la amas cuando no la ames… dile que la odias cuando realmente la odies… ¿Acaso no sabes el daño que las palabras mal intencionadas pueden generar en un corazón sincero? ¿Acaso piensas que al infligir dolor el tuyo será menor?
-Yo…yo…- la miro con consternación al escuchar aquello- nunca… simplemente…
-No tienes claridad y la falta de claridad te hace hacer estupideces, vive tu vida como quieras, disfrútala al máximo tienes el derecho y la libertad de hacerlo, con la verdad por delante y recordando que tus libertades terminan en el momento en que destruyes las de los demás. Ella te ama y es feliz haciéndolo, déjala amarte… no significa que tu le correspondas…coqueta no vayas a decir nada de lo que te arrepientas luego - Andrea miro boquiabierta como la joven se alejaba de ella dejándole un remolino de pensamientos que amenazaban con desbordarse.
Herendira tenía la cara pegada a la mesa del comedor mientras miraba por la ventana con pereza, cada tanto escuchaba la respiración pesada de Tormenta a su lado, la lluvia parecía estar haciendo su debut de despedida revolvió su cabello con suavidad… ya llevaba dos horas sola en casa porque Vanessa había anunciado que saldría con Virginia en lo que parecía una vieja costumbre de ambas de salir solas - Tupida Virginia - murmuro quedamente; para fundirse literalmente con la mesa.
La verdad la joven Villafiel tenía ciertos problemas con su mujer perfecta, básicamente que dejo las duchas frías a las dos de la mañana por carreras a las cinco por el enorme paseo frente a la casa, porque cada que la veía entrar en la mañana sonrojada y agitada, con el cuerpo sudado y aquellos pantaloncillo tenía ganas de lanzársele encima y devorarla por completo, claro todo eso antes de razonar que ella había salido a correr así, que sus ojos no eran los únicos en contemplar una parte de aquella perfección que la hacía delirar en sueños y arder de deseos cada mañana entonces toda su lujuria y deseo se convertía en celos e ira, esa que carcome el alma hace que te gires en la cama, te cubras con la sabana e ignores cuando pregunta si hiciste su desayuno, que ignores ese te quiero tan suave y delicado, los pasos en el umbral de la puerta de la recamara el “hasta luego” que queda en el aire esperando una respuesta igual que nunca llegara.
Porque la realidad es que Herendira tenía claro que esas mañanas no era más que una chiquilla de dieciocho años con todas la inseguridades que había dejado crecer dentro de ella con cada comentario cruel de su padre, con todas aquellas que se creó… la misma chiquilla que a pesar de dormir prendada al cuerpo de Vanessa temía despertar en la mañana viviendo un sueño, esa mocosa idiota que pensaba que quizás solo quizás ella llegara agitada y sudada en las mañanas pero no precisamente de correr…
Y era una tortura estar fundida con aquella mesa, privada de su olor, de su calor, de sus palabras que venían reduciéndose notablemente a un simple te quiero de ella y aquel profundo silencio de su parte, la única culpable era su insondable estupidez, esa que no le permitía verse como un objeto deseable, como una mujer, como…. Como una mujer hermosa, sintió aquella lágrima traicionera resbalarse por su mejilla antes de golpear la mesa con fuerza deseando que ella entrara por la puerta y la mirara preocupada, pero ella no estaba… esta vez no vendría.
Sasha Montenegro miraba a la joven de cabellos rubios que la miraba como si viera algo delante de ella que nunca imagino, levanto el mentón intentando no sentirse intimidad ante una niña de la edad de su hija y su intensa mirada azul profunda - Disculpe la hora ¿Señorita del Valle?.
-Es correcto - vio a la chica estirar la mano invitándola a sentarse en un cómodo sofá_ ¿Gusta té?
-De frutar rojas, por favor - miro a la chica parecía la elegancia personificada, se cuestiono fugazmente si Herendira era así en el instante fugaz en que no sintió aquella intensa mirada sobre ella - ¿Sucede algo?
-Disculpara mi descortesía pero me recuerda profundamente a una amiga - escucho la pausa que hizo la joven como meditando lo dicho a continuación - De hecho creo que es como una vista al futuro de ella, un brillante futuro si no le incomoda que halague sus envidiables dotes físicos - se sonrojo profundamente ante ello escuchando una risa algo contenida - discúlpeme de nueva cuenta pero el gesto ha sido idéntico.
-Si a la amiga a la que se refiere es Herendira, entonces me ha dado una gran alegría - la sonrisa se esfumo de golpe y supo que aquello no era buena señal, pero había sido una cobarde tiempo atrás y no pensaba volver a serlo nunca más - es mi hija…. Mi viva imagen según decían cuando aun la tenía conmigo.
-Entonces me temo señora - vio a la chica ponerse de pie con imponencia - que debo pedirle que abandone mi hogar, puesto que la madre de mi amiga está muerta para ella… murió en sus propias palabras el día en que la abandono….
-Disculpara mi temeridad al intentar explicar algo que supongo que considerara inexplicable - se levanto intentando imponer en aquel espacio su presencia y la experiencia vivida - me case cuando era una niña que aun creía en el amor eterno y sincero, ceguera de amor me dijo mi madre el día que me enrumbaba hacia el altar, que esperaba que nunca sufriera por mi ceguera de amor - levanto el mentón con orgullo sintiéndose algo contrariada de explicar aquello a una niña de la edad de su hija, pero lo suponía un buen ensayo y el primer paso para llegar a Herendira - pero mi error fue claro con el paso del tiempo porque sus juramentos se esparcieron como la arena en el viento, de una forma poética te diría que me regalaron una rosa por cada cama que no compartió conmigo - noto como la joven del Valle tomaba de nuevo asiento por lo que hizo lo mismo - luego de eso vino lo interesante, luego de Miguel y Georgina antes de Herendira… vinieron los golpes - vio los ojos cambiar de expresión a una agresiva e iracunda, le maravillada aquella mirada tan expresiva - pero yo lo perdonaba, ceguera de amor…. Le creía todo cuando decía “perdona no volverá a pasar” - carraspeo un poco incomoda por lo que diría a continuación, pero la verdad por delante ante todo.
-No es necesario que me…-vio a una mujer dejar el té y retirarse por lo que tomo una pausa aliviada.
-Lo es- sonrió con suavidad tomando la taza y sintiéndola temblar en su mano- con el paso del tiempo era difícil decir ya que me caí en el baño, los niños nunca se enteraron porque maquillaba muy bien todo… entonces conocí a Eduardo, pecho fuerte y espaldas anchas, tan hermoso y pasional con cabellos tan rojos como los míos- vio a la joven delante suyo revolverse en el sofá como rogándole con la mirada que no confirmaba lo que ella pensaba- el padre de Herendira era un hombre muy dulce- la escucho toser con fuerza por lo que rio algo aliviada al verla comportarse como una chiquilla- pero nunca comprendió porque me quedaba con Víctor finalmente furioso juro marcharse para siempre…
-¿Pero?- enfoco los ojos azules unos instantes antes de sonreír suavemente.
-Regreso años después como profesor de arte y fue evidente para él, lo que yo tan perfectamente había ocultado, estaba tan feliz con Herendira tan compenetrado con ella y se llevaba de maravilla con mis otros dos hijos, la tomaba en sus brazos para sentarla en sus piernas mientras le decía que cocinar era como pintar… todo corazón….
-Dios del cielo bendito- vio a la joven tomar aire con fuerza- ¿Comprende usted la pesada carga que me acaba de encomendar?
-Lamentablemente sí- admitió quedamente - y yo soy la única que la puedo liberar de ella y para eso necesito hablar con mi hija- vio la sonrisa asomarse.
-Bastante maquiavélico de su parte - negó con la cabeza con fuerza el escuchar aquello algo asustada antes de escuchar la risa de Stefani - por esa cara sé que no miente es igual a la de Herendira cuando dijo algo como no debía - vio a la joven hacer un breve pausa - comprendo su situación, pero comprenderá que debo primero meditar esto con Herendira para determinar si es indicado o no que le de la información que me requiere.
-Comprendo pero ¿Me puede decir si está bien? - la miro con pesar - sus hermanos al parecer no tienen mucho contacto con ella y no saben dónde está o con quien, vine porque pensé que la encontraría aquí.
-Ella está bien - escucho otra suave risa - se queda en casa de su novia - agrego suavemente no sabiendo si esa era la palabra adecuada pero a falta de una mejor, antes de enfocar la cara boquiabierta de la mujer delante suyo… - ¿Es eso un problema?
-Yo… no - vio como la mujer reía quedamente -¿Es bonita?
-Es un monumento - dejo escapar Stefani - créame un verdadero monumento de mujer…
-Eres un monumento de mujer - Virginia mirando a Vanessa - la pobre niña debe tener un colapso hormonal cuando te ve entrar sudada en la mañana.
-Colapso nada - vio a Vanessa cruzar la pierna con esa sensualidad natural en ella - se da vuelta y se tapa con la estúpida sabana - escucho el tono entre desesperado y molesto - en general se caería de la cama, intentaría levantarse o se estrellaría en alguna parte… taparse créeme no es buena señal.
-Bueno quizás, no sé es su forma de controlar sus hormonas - dejo escapar Virginia quedamente mientras veía la mano de Vanessa pasearse por su rostro.
-No quiero que se controle - la miro con sorpresa al escuchar aquello - no quiero que lo haga, necesito que se me tire encima y…y…y
-Te coma completa – viendo los ojos negros llenos de pesar - es obvio que a la niña algo le pasa, digo tu ropa deportiva y sudada, joder, te juro que haces a cualquiera replantearse su orientación sexual, digo no te vas a pasear en ropa interior, es que…
-Me alegra que seas solidaria - escucho un suspiro pesado - quizás ya se le paso la novedad.
-¿Eh?- se levanto tomando el rostro entre sus manos con fuerza - Vas a ir a casa y vas a agarrar a esa jovencita hasta hacerla delirar de placer ¿entendiste? - en tono demandante - Herendira solo tiene ojos para ti, se le nota en la cara de idiota que pone… yo creo que necesita una sobredosis de Savedra termina de intoxicarla hasta los huesos y veras… pero antes pregúntale que le pasa….
-¿Y si responde algo que no quiero escuchar?
-Le haces el amor igual para que sepa lo que se pierde_ vio la media sonrisa de Vanessa asomarse y se la regreso como un espejo - y Vane cómetela ¿entiendes?, déjala devastada como la primera guerra mundial devasto Europa….
-Tiene dieciocho años Virginia - volteo los ojos en blanco al escuchar aquello - sería inadecuado y…pues… es virgen_ escucho que le decían por lo que miro con la boca entreabierta.
-¿Qué la revisaste allí abajo para saberlo? - antes de recibir un fuerte golpe en la frente.
-No idiota conteste su móvil por accidente el otro día - vio como Vanessa miraba alrededor - su amiga…eh… creyendo que era ella saludo diciendo “ya perdiste la virginidad” - casi escupe el liquido de su café al escuchar aquello y ver el intenso rubor en el rostro de Vanessa.
-Vaya con las niñas- dejo escapar riendo quedamente antes de ver el gesto de molestia delante de ella por lo que intento contenerse lo mejor posible- Bueno mejor que tú que alguien más o ¿No?
-No es eso- la vio desviar los ojos - no quiero ser el chisme de moda de un grupito de niñitas o el trofeo de la niñita con la que vivo - Virginia se llevo la mano a la cara al escuchar aquello - era normal que Vanessa saliera con eso, porque básicamente siendo lo bonita que era ya la habían exhibido como trofeo antes, si bien su enorme ego le ayudaba era de las cosas que más detestaba.
-Dudo que te vaya a exhibir como trofeo - la miro con seriedad - le dijo a sus amigas que era virgen y si la chica que la llamo pregunto eso, es porque obviamente la pobre niña muere de ganas que te lleves tu lo que le queda de inocencia - rió suavemente viendo el rostro sonrojado de nueva cuenta - ahora señorita ego del tamaño del universo ¿Es usted consiente del mujeron que tiene?
-¡OHHH SII!- escucho decir a Vanessa quizás con demasiada emoción por lo que levanto la ceja impresionada - ¿Por qué crees que me doy baños de madrugada y salgo a correr?- rió bajamente al ver la carita de desesperación - Herendira es uff…. Tiene un cuerpazo increíble, es pelirroja así que es un imán para las miradas, es dulce, atenta, amable, generosa y paciente… tiene un carácter explosivo como incendio cuando quiere y… y….y…
-Seguro cuando camina por la avenida todas la voltean a ver - agregó mirando a Vanessa fijamente - la diferencia entre ella y tú, es simplemente amiga que tú eres consciente de lo hermosa que eres… a ella… pues… quizás en casa nunca la hicieron sentir así, tal vez solo tal vez es una niña muy insegura y asustada…
-¿Insegura?- sintió la mirada profunda de los ojos oscuros que le creó un escalofrió y un aumento momentáneo de temperatura.
-¡NO ME VEAS ASI!- le grito enfadada provocando que Vanessa desviara la mirada - me jode tengo desde que cumplimos quince diciéndote que si me miras así me alborotas la lujuria - escucho la risa algo divertida de Vanessa.
-¿Perdón?- escucho el tono irónico por lo que volteo los ojos en blanco.
-Perdón un carajo lo haces al propio - le acuso con el dedo como si fuera una niña pequeña - Lo haces siempre que sabes que tengo razón para desconcentrarme… tu remedo de amiga.
-Sí, pero una muy sexy - escucho que le decían tono cadencioso por lo que carraspeo con fuerza.
-¡YA!- le dijo quedamente incomoda - seré breve la niña es insegura, por lo que sabemos de su padre y lo que ella dijo no la trataba muy bien, tienes que enseñarle a ser una jodida egocéntrica como tú, y que mejor forma digo yo que ayudarla a descubrirse mostrándole que es el objeto de tus deseos más puros y oscuros.
-Puede ser - escucho que le respondían con cierto escepticismo.
-A ver lo hare simple - tomo el rostro de Vanessa con ambas manos con fuerza mirándola a los ojos - ves a Herendira salir en pantaloncillos a correr en la mañana una hora, regresa transpirada empapada en sudor - vio las pupilas negras dilatarse por lo que sonrió victoriosa - pero imagina que en lugar de la Savedra que eres, eres una chica de dieciocho que no se ve a sí misma como una mujer y por tanto no se considera atractiva ¿Qué pensarías?
-Yo- los ojos negros bailaron momentáneamente de izquierda a derecha como meditando profundamente aquello, Virginia seguía sujetando el rostro a sabiendas del ego sano que tenía Vanessa le impediría razonar la situación con rapidez - Sería una tontería - noto como la enfocaban con intensidad - pensaría que sale a correr con alguien que si le atrae.
-Ahí tienes - soltó la cara con suavidad antes de apartar unos mechones negros - lo que para ti es una tontería para ella es una realidad y que no le metas mano no hace más que aumentar sus temores.
-Tengo que irme- le escucho decir suavemente.
-¡Oh, dios mío! sabia que llegaría el día que me cambiaras por otra mujer - dejo escapar con fingida pena antes de sonreírle suavemente a su amiga.
-No cariño, tú tienes un lugar irremplazable en mi corazón - rió quedamente al escuchar el tono profundo y cariñoso en que le habían dicho aquello.
-Y tú en el mío, anda yo invito… pero arregla las cosas y quiero detalles…
-Pervertida…
Stefani caminaba por las calles de la ciudad con sus guardaespaldas a una distancia que los hacía casi invisibles a su vista, necesitaba aire después de la visita de la madre de Herendira, espacio para meditar lo que haría con ese asunto y ante todo algo que la distrajera de sus ganas de ir a ver a Andrea, la primera parte de su plan era colmarla de atenciones, la segunda alejarse de ella, para luego volver a colmarla de atenciones y finalmente intentar que aceptara lo que sentía, pero el jodido ejercicio de paciencia se le empezaba a hacer demasiado largo.
-Hola- dio un salto al escuchar una voz suave que le llamaba para girarse dando con unos ojos cafés profundos que le miraban con intensidad - ¿No son horas no crees? - sonrió algo incomoda mirando a izquierda y derecha algo confundida.
-¿Te conozco?- suavemente mirando a la jovencita que ladeaba la cabeza mirándola mientras movía la cascada negra que representaba su cabeza con suavidad - y si no son horas para mi menos para ti…
-Puede- vio la sonrisa aumentar provocándole carraspear y mirar hacia otra parta incomoda del todo con aquella mirada - yo solo digo que no es bueno estar solita en lunes… y menos frente a un bar como este- señalo el letrero generando que Stefani abriera los ojos sorprendida - a menos que vayas a entrar…
-¿Entrar? - dijo con confusión.
-Recuerda que el primer paso siempre es esencial - miro a la chica a pasos de ella algo incomoda - un primer paso en la dirección correcta - trago grueso nerviosa al ver la intensidad de la mirada que la hizo dar un paso hacia el escalón antes de escuchar una risita traviesa - Stef… los planes siempre pueden variar - la vio despedirse con la mano y marcharse dando saltitos… Yo no le dije mi nombre o ¿sí?
Subió las escalera algo aturdida ingresando al lugar viéndolo medio vacío, lógico un bar un lunes suponía se vería así, noto al algunas chicas y chicos en las mesas conversando sin decidirse a dar una leve inspección o no, la música era suave y algo melancólica dio dos pasos antes de negarse girándose para salir estrellándose con alguien en el acto.
-Discul…- se quedo sin voz al dar de lleno con los ojos cafés intensos de Andrea que le miraban con confusión_ ¿Qué?_ parpadeo mas aturdida aún.
-¿Estás bien?- noto como se le acercaban con preocupación -¿Rocky?- miro a Andrea sorprendida, no solía llamarla así… pero a veces lo hacía y la verdad le agradaba bastante.
-Creo que necesito sentarme - sintió como la apretaban con fuerza dirigiéndola a una mesa para ayudarle a sentarse - es que paso algo raro y… Yo…
-Calma - sintió las caricias suaves y preocupadas sobre su cabello - te traeré algo de tomar, no te muevas - la vio levantarse en dirección a la barra y regresar con dos copas de refresco - Anda creo que sufriste una baja de presión y una gaseosa te vendrá bien, Anda Rocky tómatela toda - la vio sonreírle suavemente - Cobalt informe fisiológico - escuchaba la voz cibernética sintiendo la cercanía del cuerpo de Andrea, y cayendo finalmente en que estaba con ella… con una muy preocupada Andrea ¿Quizás debería desmayarme?...
-¿Cómo te sientes? - Señor que estas en los cielos, perdóname porque voy a ser una jodida mentirosa.
-Muy mal- dijo con fingida agitación llevándose la mano al pecho - siento que apenas y puedo respirar ¿Quizás me vaya a dar otro ataque de esos de ansiedad? - movió los ojos nerviosa antes de tomar un fuerte bocanada de aire llevándose la mano a la oreja para apagar a Cobalt disimuladamente.
-Cobalt - llamo Andrea sin obtener respuesta - Cobalt - repitió.
-¡Oh, no! Andy se acabo su batería - mentira… soy una jodida mentirosa pero qué demonios - No me siento bien.
-Tranquila ven - sintió como Andrea la recostaba suavemente en ella - los ataques de ansiedad son porque precisamente estas muy ansiosa o algo te altero, solo debes relajarte ¿sí?
-No me quiero morir amor - dijo suavemente como si de verdad le estuviera dando muchísimo trabajo respirar - Andy.
-¡Shhh! calma - escucho el tono sereno conteniendo las ganas de sonreír ante las suaves caricias que recibía en la espalda - no te vas a morir Rocky, solo tienes que concentrarte en algo más - le afirmaron besando su frente para esparcir un agradable calor por todo su cuerpo - ¿Qué haces aquí?
-Dando la vuelta - admitió regresando su respiración a la normalidad - vi el lugar y como no me sentí bien pensé en entrar y tomar asiento en alguna parte.
-¿Y tus guardaespaldas?- escucho el cuestionamiento, Andy siempre era tan aguda…
-Salí sin ellos, sabes que a veces lo hago - sintió la mano ciñendo con fuerza su cintura, apretándola cada tanto… sin duda esas caricias no eran tan inocentes ya…
-Es una fea costumbre ¿Qué tal si no te hubiera visto? - se separo mirando los ojos cafés enfocarla con preocupación “oww mi amor me encanta tu cara de preocupación, perdóname por ser una jodida mentirosa”.
-Ya me resigne a que puede que nunca estés - admitió tomando una gran bocanada de aire dolorida separándose de Andrea viendo la expresión de los ojos cambiar a una de pesar_ así que me cuido yo sola - se llevo las manos al pecho como si este le doliera, notando como Andrea se acercaba de nuevo a ella con preocupación - Te amo… - dejo escapar quedamente sin poder evitarlo más - creo que mejor me voy…
-Rocky no espera - sintió como tiraban de ella con delicadeza -no te vayas - la miro extrañada unos instantes - Stef… yo también te amo - parpadeo sorprendida sin poder creerse del todo lo que acababa de escuchar - yo… de verdad te amo - se sentó como si fuera una niña obediente mordiéndose el labio algo nerviosa “debí mentir antes” se reprendió mentalmente - ¿Todavía te sientes mal?
-No - respondió casi sin voz notando como ella bajaba el rostro buscando las palabras adecuadas.
-Te amo- sonrió suavemente al escuchar aquello - pero no dejare que nadie me lastime - la miro confundida unos instantes - no dejare que me vuelvan a lastimar, que tú me lastimes de nuevo… por eso decidí olvidarte y quiero que me olvides…
“Maldición, bien decía mi madre que mentir era malo, ahora si siento esa fea presión en el pecho”, respiro hondo mirándola e intentando calmarse observando la intensa mirada café situada en ella con infinita tristeza.
-Yo nunca quise lastimarte- dejo escapar quedamente - no lo sabía, sé que no es una excusa…. Pero no lo sabía… y no quiero olvidarte… no podría…. Sé que entiendes lo que te digo…
-Yo… Stef hay que ser realistas - escucho el cambio en el tono de voz - tu eres clase alta y yo clase baja - la miro extrañada - tú andas en moto y autos lujosos y yo… bueno el autobús en un buen día, eres una de las princesas de la ciudad ¿entiendes? y yo…
-La de mis sueños- la vio sonrojarse suavemente sonriendo para tomar la mano con suavidad - No me olvides…. Yo no podría… anda no me importa bájame cuatro peldaños en el escalón social…
-Rocky- escucho el suspiro algo derrotado - yo… no.
-No te voy a lastimar - repitió quedamente - seré paciente y te lo demostrare, no te pediré que dejes de ver otras chicas, ni que dejes de hacer lo que haces… simplemente te demostrare que no te voy a lastimar, no te voy a olvidar… entonces no me olvides a mí y dame la oportunidad…
-Te amo- escucho decir quedamente a Andrea como si de verdad aquello le generara un profundo dolor por lo que simplemente tomo el rostro entre sus manos con suavidad mirando los ojos.
-Anda amarme, no es tan malo - hizo un enorme puchero notando la suave sonrisa aparecer - déjeme demostrarte que no es malo… sobre todo porque yo también te amo - escucho la suave risa antes de besarla con suavidad brevemente para de separarse ladeando la cabeza y cerrando los ojos con fuerza
-¿Pasa algo?- escucho que le cuestionaban.
-Espero la cachetada- admitió suavemente escuchando una risa divertida para sentir un beso en la mejilla, y las caricias en su rostro, percibiendo el “tonta” sobre los labios acompañado de un beso cálido y entregado, uno embargado de un sentimiento que con alivio sabía correspondido.
Herendira dio un salto ante el sonido tan brusco que género la puerta de la cocina mientras levantaba la mirada sorprendida poniéndose de pie y apartándose de la misma antes de chocar con un gabinete a sus espaldas al enfocar la mirada oscurecida de Vanessa y su cuerpo empapado por completo al parecer por la lluvia que aun caí en el exterior, su cerebro le decía que preguntara que pasaba pero simplemente le era imposible.
La vio avanzar rodeando la mesa por lo que se movió dando un rodeo en la dirección contraria, generando con ello una sonrisa tan sensual y traviesa que hizo sus piernas flaquear con intensidad - ¿Estas huyendo? - escucho el tono suave y sensual que le genero un calor intenso en su interior - No vas a escapar… solo haces que me excite más - se sonrojo de pies a cabeza al escuchar aquello sintiendo el corazón dar un salto… parpadeo suavemente, seguramente escucho mal Vanessa no le diría algo así y menos de aquella manera.
-Va…Vane - trago grueso viéndola a ella dar la vuelta a la mesa por lo que se movió a su vez dejando aquel mueble entre ellas -¿Estás bien?- respiro con cierta agitación, no comprendía bien de donde le nacía pero si sabía que la culpable era aquella mirada que le prodigaban.
-No- la miro algo sorprendida sonreírle de nuevo con sensualidad- lo estaré cuando te atrape y te tenga desnuda en mi cama gimiendo mi nombre- retrocedió de golpe sujetándose del mueble de la cocina con dificultad- cuando me asegure que solo pienses en mi y todo ese cuerpecito tuyo… sea solo mío.
-Hay Dios- dijo con suavidad.
-Ningún Dios aquí solo estoy yo…
-Solo tú- había dicho aquello por inercia haciendo la sonrisa aumentar con intensidad, se estaba hiperventilando lo podía sentir vio a Vanessa avanzar y estaba por repetir el movimiento cuando su adoración al parecer decidió que la mesa ya no sería un impedimento, la vio saltar sobre la madera con agilidad pero ella no fue tan rápida cuando se dio cuenta estaba atrapada entre el mueble de la cocina y el cuerpo de ella.
-Tendrás que disculpar mi rudeza pero ya no lo soporto más - le escucho decir sobre sus labios - no me diriges la palabra en las mañanas y ya correr no me alcanza, no puedo trabajar bien me la paso pensando en ti - Herendira sentía la cara arder de golpe - en tu cuerpo, en mil escenas diferentes, en tu cuerpo sobre la mesa y el mío sobre él, tu sobre la cama y yo en ti… Herendira - escucho el suave gemido que dejaban escapar sobre su oído - Dime que también me deseas…
Era su momento de la verdad, tenía a sus dudas de un lado cuestionándole ¿Por qué ella había salido y regresado de aquella manera?, repitiéndole que si la veía desnuda se decepcionaría que su cuerpo no era lo suficientemente bonito… que… que…. Observo los ojos negros oscurecidos mientras sentía la respiración agitada sobre su boca… -Herendira- escucho su nombre escapar casi como si fuera una excitante súplica y a esa otra voz dentro de ella hablar y repetir una sola frase-Te deseo- dejo escapar antes de devorar los carnosos labios delante de ella con intensidad…
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No me olvides. ( por sombra 234)
RomanceEl amor se vive de distintas maneras, el amor no distingue ni repara en nada.. Herendira una joven de 18 años aprendió esto de una manera bastante poco común. ----------------------------------------------------------------- Historia de la autora "s...