prólogo

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Ellos se acercan a pasos rápidos donde me encuentro escondido y rezo mentalmente para que no me encuentren, pero de nada me vale.
Ella me jala del cabello y me da una bofetada y mi cara arde

- maldito mocoso, debí haberte abortado

Ella ha dejado de ser mi madre para convertirse en mi verdugo junto con su proxeneta, él me golpea y apaga los cigarrillos en mi pecho, me obligaron a trabajar en las calles para cubrir sus vicios, he aprendido a valerme por mi mismo porque deja de estar en casa por varios días dejándome solo y sin comida.

¿Qué hice para merecer esto? Siempre he sido un niño bueno que le tocó una mala vida y una mala madre. La odio.
Lloro en silencio la perdida de algo que en realidad nunca he tenido. Amor y una familia.


***

Ellos han matado a mis padres y mi hermana, y de paso a mí, han acabado con todo lo que me importaba y algún día les devolveré el favor.
Escucho como las cosas que destruyen a su paso chocan contra el suelo pero sé que también están robando las de mayor valor. Están buscándome para terminar lo que empezaron y no dejar testigos.

- no está aquí tampoco - gruñe. si lo estoy, en el pequeño escondite del armario de mis padres

- vámonos. Quema todo, que no quede ni un solo cimiento de pie - dice un hombre

Cuando salen me quedo donde estoy, acurrucado sin mover un solo músculo.

Sigo estando perdido...


-¡Christián! - escucho que gritan mi nombre a lo lejos - Christián ¿Dónde estás hijo? - es la voz de mi abuelo

- aquí - susurro, es obvio que no me escuchará a menos que grite. Trato de coger aire pero siento que falló, me estoy ahogando - abuelo...


***

Los molestos pitidos que emite la máquina me están taladrando el cerebro y quiere estallar.
¿Qué ha pasado? ¿Dónde estoy?

- casi lo perdemos pero logramos estabilizarlo. Y... lamentablemente no creemos que pueda volver a caminar

- Teo - la abuela llora. ¿Porque llora? Estoy bien... Eso creo

- ¿Y con terapia? Tiene que haber posibilidades Samuel

- es muy poco probable pero al menos logrará tener más sensibilidad. Deben ser fuertes por él, y... Tal vez necesite asistir a un psicólogo, ha pasado por mucho y no es fácil lidiar con ello.

- lo sé, no le gustará pero lo convenceremos...

***

- no puedes hacerme daño ahora... Mamita. Tú y tu maldito proxeneta se pueden ir al infierno - sin pensarlo dos veces mi arma se descarga en el cuerpo de ambos dejando paso a la sangre que se derrama y deja un charco a mis pies.

Ellos acabaron con parte de mi infancia, la mujer que me dio la vida no era más que una asquerosa prostituta y ahora he acabado con su miserable vida, no merecía otra cosa de mi que desprecio.


***

El lugar está a reventar, algunas mujeres se pasean de aquí para allá semi desnudas, mujeres con un cuerpo espectacular pero con demasiada pintura en el rostro. Soy el socio mayoritario del club pero me mantengo anónimo ante la cámara de comercio, lo último que quiero es a la policía metida en mis asuntos. Aquí consigues mujeres para follar, drogas, y algunos otros favores, por ello alguien más lo administra. Yo tengo a mi mando la empresa de mis padres la cual si es totalmente legal.

- tienes que conocer a la nueva, esa mujer si es hermosa. - manda a la rubia por ella

Pero mi mejor amigo Elliot se ha quedado corto, esa mujer que viene hacia nosotros es una diosa, alta, delgada pero con curvas, castaña e increíbles ojos azules, tan azules como el cielo.

- hola preciosa. Aquí mi amigo quisiera conversar un rato contigo, tratarlo bien. - le guiña un ojo.

Me tiende su mano tímidamente y no puedo apartar los ojos de ella cuando se la estrecho. Es cálida, emana calor, un calor familiar que hace mucho tiempo no experimento y una corriente eléctrica que me deja estático

- soy Christián Grey

- Anastasia Steele...

Sombras Que Me Atormentan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora