Puntos cardinales

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  El olor de tu piel,
intenso...

me embriagaba
al tocarla,
al seducirla ,
erizarla,

entre roces,
entre labios
y cantos,
entre letras
y notas.

La sensación de tu cuerpo,
perfecto...

me llenaba
al sucumbirle,
al pertenecerle,
tenerle,

con excusas,
bajo luces
y sombras,
entre negaciones
y sobras.

La ternura de tu alma,
misterio...

un poco enamorada
al escucharla,
al sentirla,
encontrarla,

entre secretos,
entre vacíos
y silencios,
entre adivinanzas
y miedos.


Tú,
justo a quien le escribo...

te amaba
al tenerte,
al perderte,
sin ser tuya,

con todo,
con nada
y aun mas,
a la par tuyo
y sin ti

te amaba.  

Poesía para demonios... y otras criaturas realesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora