Qué oscuridad tan perfecta
recae en tu cuerpo,
me provoca sin duda
más que pensamientos,
tu silencio enardece
mis sentidos
y acelera los impulsos
de mi débil piel,
penetras con fuerza
sin tocarme
un solo instante,
en la sutil bajeza
de mis fieles instintos.Válgame pues la mirada
que somete e impregna,
olvídese el tiempo
que me encara de frente
entera por completo
a tu hiel cuando te anochece
sin siquiera amarme,
saboteada en besos confusos,
en silencio inquietante,
doblegada a tus ritos.
El ritmo tu cuerpo
esconde discreto el más puro infierno,
y yo bajo y me enredo pecando,
cuanto más ahogas
más me aferro
bestial hombre
a tu hambre voraz,
olvidando mi nombre
y haciendo el tuyo.
Impaciente me suelto,
me colapso
en el fugaz murmullo
de tu extraño brío,
huyo y renuevo mi fe
y me quedo contigo, en la oscuridad tan
perfecta de tu ser consumiendo el mío.
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Poesía para demonios... y otras criaturas reales
شِعرProsa que atestigua diversos sentimientos, desde el más romántico hasta el más oscuro y excitante.