Amor ❥Bad End Friends

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Amas la manera en la que te ves y en la que ves a los demás.

Solo tenía 12 años cuando esto ocurrió, ahora estoy solo, bueno casi.

-Y dime Pino ¿Qué harás ahora? – Vi a mi izquierda en donde ese triángulo flotaba junto a mí en la desolada carretera.

Hace unos pocos años había aceptado un trato con ese demonio, un trato que nos beneficiaria a ambos, él tendría a su marioneta y yo tendría los secretos del universo, sencillo. Nunca pensé que la marioneta seria yo, aunque la laptop había sido destruida no pude quejarme, no era como si me escucharan. Bill hizo un desastre en Gravity Falls, los árboles quemados, las casas destruidas, la gente huía despavorida a las afueras del pueblo, Mabel trató de detenerlo, no sirvió de nada. Lo único en pie fue la cabaña, irónicamente, cuando no quedó nadie Bill empezó a aburrirse y decidió hablar conmigo, aún estaba conectado a él de alguna manera, aún seguía ahí, pero solo él podía verme.

Solo Bipper podía verme.

Comenzamos hace poco una pequeña amistad, o algo así. Bill siempre andaba hablando conmigo, algunas veces se burlaba, otras solo susurraban sobre algo en algún idioma antiguo o al menos eso pude deducir. Más de una vez intenté volver a mi cuerpo, pero Bill no me dejaba, según él mi cuerpo era muy cómodo como para dejarlo. Ridículo.

Cuando ya no había mucho que hacer ahí Bill tomó la decisión de irse y esparcir el caos por el mundo entero.

Han pasado años desde eso y aun mantengo mi edad.

No he crecido ni cambiado, es como si el tiempo se hubiese detenido solo para mí. Bill suele decir que eso es normal, aunque no estoy muy convencido.

La tierra está como hace unos millones de años, sin vida.

No hay personas, ni animales. Nada.

No hay nada de nada.

De todo esto solo quedaron las edificaciones de las civilizaciones que alguna vez hubo, ya no hay corrupción o si acaso algún presidente que destruye poco a poco la vida. La única forma de vida existente son las plantas y nosotros dos.

Hubo un tiempo en que me asustaba por no ver a nadie, pero Bill siempre estaba ahí, hablándome y tratando de animarme, parecía ser lo único interesante para él, y eso es lo único que me anima. Actualmente estamos en lo que parecía ser una ciudad enorme, era extensa y estaba cubierta de puros edificios, no podía asegurar si era Las Vegas o China, aunque cualquiera de las dos parecía probable.

Nos manteníamos en lo que era antes la casa de alguien de clase media, había fotos de una madre y dos hijos, deduje que era la casa de una madre soltera de clase trabajadora. Nos quedamos ahí a causa de desinterés, no teníamos a donde ir, no había con quien hablar, solo estábamos nosotros. Ahora mismo recuperé mi cuerpo y Bill solo es un espíritu que solo yo puedo ver por el momento, estamos juntos siempre, nos la mantenemos en esa casa solitaria y polvorienta.

Solo somos nosotros contra lo que quedaba del mundo.

-No lo sé.

-Debes tener alguna idea, digo, tú eres el cerebrito. – Estábamos volviendo a 'nuestra' casa después de encontrar algunas provisiones en un supermercado, o lo que quedaba de él.

-Tú debes tener alguna idea, digo, tu eres el ojo que todo lo ve.

-No uses mis chistes en mi contra, Pino.

-No hay ley que me lo impida.

Era irónico el estar consiguiendo comida cuando en realidad no necesitaba de ella, ya no necesitaba comer, beber o dormir, era un ser inmortal después de todo, pero las costumbres eran difíciles de dejar.

-De todas formas creo que deberíamos irnos pronto de aquí. – Lo voltee a ver sin entender a la perfección lo que decía.

-¿Por qué quieres irte? Tenemos todo lo que necesitamos aquí. – Señalé mientras llegábamos a la casa.

-No lo sé, sabes muy bien lo fácil que me aburro.

-Hay pastillas para eso. – Yo solo pude reírme después de decir eso mientras Bill me mandaba el mal de ojo. – No te esponjes, es la verdad.

Durante lo que restaba de camino, que no era mucho, no articulamos palabra alguna. No era un silencio incomodo, más bien ya estábamos acostumbrados a estos silencios, no había ser en la tierra capaz de romperlo a excepción de nosotros, era relajante.

Estar solo en su totalidad no parecía ser lo mejor, pero el vivir en esa soledad con alguien más es relajante.

Amo lo que veo, y no lo cambiaría por nada.