"Una noche contigo"
Quien diría que ya se estaba acercando el momento en que por fin podría nombrarse a ellos mimos como "Graduantes" Eso pasaba claramente pos las mentes de cada joven de aquel lugar. Sus enormes sonrisas hacían que el lugar brillara, opacando las diversas y extravagantes luces de colores. Se habían reunido casi todas las facultades de la universidad, celebrando el día de San Valentín que había sido organizado principalmente por los del último año de cada carrera con mucho entusiasmo. Porque dentro de muy poco llegaría el momento de cumplir una meta más en sus vidas.
Por lo cual, algunos no dudaban en demostrar su alegría y gritar a los cuatro vientos que por fin lograrían portar una toga oscura junto con su diploma. Otros disimulaban la excitación solo riendo por aquellos que no lograban contenerla.
En un rincón más apartado del salón de fiesta se encontraba una chica de brillante cabello azul medianoche, sentaba con desgano mientras sostenía una vaso de plástico que contenía una bebida rojiza. A su lado su amiga hacia todo lo posible por llamar su atención, pero lamentablemente la joven de ojos azules estaba inmersa en sus pensamientos
Siete años... Siete largos años en que estaba aun tontamente enamorada de un chico que apenas veía y que ni siquiera repara en su presencia. Debería estar feliz como sus compañeros por estar próxima a graduarse, pero no tenía caso. Ese día en concreto la dejaba con el corazón pesado y con muchas ganas de ahuyentar a las parejas enamoradas que pasaban al frente de sus ojos para ir a la pista de baile con una manguera de agua a presión. Un lento suspiro salió de sus labios, no era justo. Hacía ya bastante tiempo en que había tomado la decisión de dejar su amor enterrado y en el pasado, sin embargo, era inútil. Sus sentimientos aun florecían en su pecho cuando divisaba una cabellera dorada, y los nervios amenazaban nuevamente con ahogarla.
A pesar que ya podía decir oraciones más coherentes cuando charlaban, aun permanecía el bochornoso sonrojo en sus mejillas como una colegiala. ¿Pero que podía hacer ya? Se había rendido.
Pero su corazón parecía no querer escucharla.
Y para empeorar las cosas estaba sumamente confusa por su compañero de batalla. Comenzó a sentir emociones que supuestamente solo debían pertenercele al joven modelo de ojos esmeraldas... Y era algo que le había estado pasando desde hace meses, no sabía que pensar al respecto.
¿Era posible que ya estaba enamorada de Chat Noir dejando a un lado su amistad? O ¿Podría ser que su corazón estaba desesperado por buscar un amor que fuera correspondido?
Aunque sabía de ante mano que el gato revoltoso no sentía nada más por ella, no como Marinette por lo menos... Él solo tenía ojos para Ladybug, la súper heroína de todo París. No a una torpe y tímida chica que a pesar de los años seguía siendo prácticamente la misma.
Se enamoro por segunda vez sin olvidar su primer amor y ninguno podría ser correspondido alguna vez...
Perfecto estaba destinada a morir solitariamente de amor.
¿Por qué había tenido que venir a la fiesta más melosa del año?
Ah sí... por que la habían prácticamente arrastrado en contra de su voluntad.
—¡Marinette!
La aludida chillo por lo bajo frotando su brazo que había sido víctima de un cruel pellizco.
—¿Qué?—pregunto alejándose unos centímetros de la peligrosa morena.
Alya la observo con severidad cruzándose de brazos
—¿Es que piensas quedarte sentada toda la noche?
La pelinegra bufo aburrida.
—No toda la noche, solo lo suficiente hasta ahogar mis penas en ponche y en aperitivos—murmuro tomando un poco más de la dulce bebida.
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¿Un pequeño Catbug?
أدب الهواةTras pasar varios años, Marinette comienza a tener sentimientos muy profundos por su compañero de batalla. Quizás el mismo amor que tiene hacia Adrien, pero que había decidido olvidar finalmente. Sin embargo, una noche tanto Chat Noir como Marinette...