Mientras escuchaba a The Doors no pude evitar pensar en cómo me presentaría mañana en su habitación de hospital, ¿tendría que llevar algún presente? No. Creo que es muy prematuro. Ni siquiera la conozco lo suficiente para saber qué tipo de flores le gustan, además, ¿y si ni siquiera le gustaban las flores? ¿Y si detestaba los peluches? No sé sus gustos musicales ni a qué se dedica en su tiempo libre.
Tal vez solo tengo que llegar y presentarme tal como lo soy, supongo que puedo intentar mostrarle un poco de mi sentido del humor y quizás así pueda hacerla sonreír un poco. ¡Por Dios! ¿Cómo será su sonrisa? ¿Será hermosa? ¿Tendrá unos bonitos dientes de comercial dentífrico? ¿Tendrá trabajos de ortodoncia como el que tuvo Sam hace años? No lo sé. No pude ver bien las facciones de su rostro aquella primera vez que la vi en Hall's.
—¿Puedo pasar? —Anna está junto a la puerta, con la pijama aún puesta y su cabello cayendo sobre sus hombros.
—Adelante, ¿qué sucede?
—He estado pensando en Irina... También en Katherine de hecho. Esta es la primera vez que te interesas por alguien más además de ella e Irina ni siquiera te conoce.
Se sienta en la cama de Sam, con las piernas cruzadas, tomándose los tobillos como solía hacerlo en frente del árbol de navidad cuando el momento de abrir los regalos llegaba.
—Suena como una locura, lo sé. Quizás también suena ridículo, ese tipo de cosas sólo pasan en películas, el chico que pierde la cabeza por una chica en el segundo en el que la conoce. Créeme, no estoy mágicamente enamorado de ella, no es amor a primera vista, ni siquiera sé cómo explicar por qué estoy interesado en ayudarla. Pero quiero hacerlo, y no quiero que me hagas más preguntas al respecto, no tengo respuestas para ninguna de ellas.
Mi hermana fija la vista en el bulto de ropa que está sobre la cama. Toma algunas camisetas y las dobla con la única intención de dejar libre el espacio. Una vez que todas estuvieron listas, se encaminó hacia el armario para dejarlas en su lugar, se quejaba de lo desordenado que es Sam.
—¡No sé cómo pueden vivir así! En tanto desorden y... ¿Qué hace mi maquillaje aquí?
Anna saca del armario un estuche circular. Pensé que Sam ya lo había regresado a su lugar pero tal vez se olvidó de hacerlo, aún así fingí que desconocía la razón por la cual lo teníamos escondido entre nuestra ropa.
—Ben, ¿has visto mi... —Sam, al ver a Anna con la polvera en la mano, decide retomar su camino hacia el corredor —. No interrumpo, seguiré buscando.
—¿Por qué mi maquillaje estaba entre tus cosas? Llevo días buscándolo.
—Estoy saliendo con alguien. —Deja escapar Sam, yo me acomodo en la cama solamente para ver de qué forma iba a escapar de Anna—. Al rasurarme me corté y no quería que viera la herida, digo, ¿qué idiota a mi edad se corta con el rastrillo?
—Iré a tomar un baño y después me iré al trabajo. —Parece que Anna compró la historia de Sam—. Ben, te veo en un rato en el hospital.
Anna dejó la habitación y Sam decidió acostarse en su cama, dejando escapar un suspiro de alivio, yo fui hacia el clóset para tomar mi camisa para el trabajo y ponérmela antes de ir a desayunar con mi mamá.
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Dulce perfección
RomanceIrina tiene un sólo objetivo en mente: convertirse en la primera solista de la compañía de danza en NYC, sin importar cualquier cosa que tenga que hacer con tal de estar ahí. Una serie de sucesos llevan a Irina a conocer a Ben, el front man de una b...