Prólogo.

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Era la hora del té, la señora Timms había llegado, como siempre, a la hora acordada. Mientras que Elze estaba desde ahí cinco minutos antes.

Lila estaba emocionada, sus dos amigos peluches ya estaban ahí, su fiesta de té iba a ser la mejor.

Las tazas verdes, las cuales eran iguales que los ojos de la niña, estaban llenas con té y un pequeño terroncito de azúcar flotando sobre el líquido caliente.

En el medio de la mesa había una gran variedad de galletas de chocolate y vainilla y, en el centro de la mesa, un hermoso pastel blanco con flores comestibles de color verde, Lila tenía ganas de probar aquél pastel lleno de cosas deliciosas.

Pastel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora