Capitulo 3

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Nuestro unicornio Shining Armor ya llevaba 3 semanas con aquella seria familia y aunque la primera semana se la pasó muerto de aburrimiento, el resto fue más llevadero gracias a cierta potrilla rosada con la cual cada día jugaba después de hacer su guardia por la granja de rocas.

Pero lo más extraño era en que esas 3 semanas no habían rastros de los ladrones pero él no confiaba en eso ya que al ser entrenado siempre lo preparaban para cualquier evento inesperado.

Actualmente vemos al unicornio almorzando con la familia Pie un platillo especial de Cloudy Quartz el cual era una deliciosa sopa de rocas... si lo que leyeron.

-*No puedo creer que le agarre el gusto a esto* – pensó el unicornio llevándose una cucharada de esa sopa a su boca.

La primera vez que vio el extravagante platillo se quedo con los ojos cuadrados cuando había una roca en su sopa ¿Cómo diablos se podía comer una roca? Hasta una mosca es comestible, asquerosa pero comestible.
Vio a la familia pensando que era una broma de mal gusto, a pesar de que ellos no lucían como una familia bromista claro a excepción de Pinkie; pero grande fue su sorpresa cuando los vio masticar la roca como si nada... hasta incluso la potrilla rosa.

-Muchas gracias – dijo Armor dejando el plato completamente limpio... si, se comió la roca.

-Yo también acabe mamá – se expreso con una gran sonrisa Pinkie.

-Estuvo delicioso querida – agradeció seriamente Igneous Rock recibiendo un simple gracias de su esposa – es hora de trabajar.

Los miembros de la familia se fueron a seguir trabajando en la granja de rocas mientras Shining iba a continuar su guardia hasta que callera el sol.

-*Ojala esa sopa no me haga sufrir de piedras en los riñones* – pensó irónicamente aunque en verdad esperaba no sufrir de eso en un futuro porque según oyó de ponis que padecían de eso era como vivir en el mismísimo tártaro a la hora de ir al baño.

Por fin llego al lugar donde hacia vigilancia y por lo visto el día se estaba apiadando de Shining ya que el sol no estaba tan fuerte como otros días.

-Bendita seas Celestia – agradeció a la princesa a pesar de que esta no lo escuchara.

-¿Por qué es bendita Celestia?

El unicornio dio un salto de improviso a un lado llevándose un casco al pecho, pero se tranquilizo al ver que solo era Pinkie que lo veía con una gran sonrisa.

-Debes dejar de hacer eso me pones en vergüenza que una potrilla sorprenda a un soldado de la guardia real – bromeo con ella sacudiendo su crin esponjosa.

-Jijiji – se rio la potrilla con las mejillas un poco sonrojadas.

Dos semanas que pasaron cuando se conocieron, desde ese momento se hicieron más cercanos ya que cada día después de hacer su guardia Shining siempre jugaba alguno de los diversos juegos que proponía Pinkie, eso la entretenía tanto a ella como al unicornio que cada momento que pasaba al lado de la potrilla le recordaba todos los juegos con su hermanita.

-¡Oye Shining hay que jugar a las escondida! – propuso contenta la potrilla saltando alrededor del unicornio.

-Alto hay pequeña conoces las reglas, primero hago mi guardia y después jugamos – le dijo firmemente.

-Ah por favor no seas aburrido.

-Sabes muy bien que tengo que cumplir con lo que me encargaron porque...

-Si sigues las ordenes que te dieron y demuestras tu responsabilidad estarás cada vez un paso más a cumplir tu sueño de ser el capitán de la guardia real – repitió la potrilla haciendo el mejor esfuerzo por imitar la voz del unicornio.

Shining SmileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora