Prólogo

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Si todo fuera diferente, si todo dejara de ser tan complicado, si todo lo que ha pasado dejaran de ser recuerdos... La complejidad de la vida siempre ha sido un misterio para todos, pero es lo bonito de ello. Querer comprender, intentar saber si todo lo que nos ocurre es acción del destino o mero hecho de la casualidad. Las casualidades, son algo tan ambiguo, pensar que las cosas pasan por coincidencia y a la vez preguntarse ¿y si esto tení­a que ser así­? Ha pasado mucho desde entonces, ha pasado mucho desde mi mayor casualidad. Nunca me habí­a ocurrido algo así y la verdad es que el asombro por lo que estaba ocurriendo a mi alrededor iba en auge. Si lo hubiera sabido...me refiero, todo esto, si lo hubiera sabido lo hubiese evitado. Ahora no puedo hacer nada, todo lo que quedan son recuerdos. Recuerdos de lo felices que fuimos aquellos días, recuerdos de lo maravilloso que fue conocerle, recuerdos de él. Siempre había tenido una opinión fija de la gente como él, siempre había mantenido una idea en mi cabeza. Pensé que aquella pequeña casualidad no era más que eso, una casualidad. Hoy, sin embargo, me cuesta mantener esa idea en la cabeza después de todo lo que ha pasado. Ahora todo es diferente, veo las cosas de manera distinta, con unos ojos distintos. Tampoco soy la misma, tengo una mentalidad más compleja y eso ha sido gracias a él. Cuesta creer que dejes entrar a una persona en tu vida y cambie tu mundo entero, pero eso hizo él, le deje entrar en mi mundo y me hizo ver las estrellas. Me cuesta creer que todo haya cambiado tanto, me cuesta admitir que todo comenzase con un "hola" y haya acarreado toda una serie de acontecimientos. Me gustaría seguir viviendo en el pasado y revivir cada momento uno por uno, pero sé que no puedo, todo lo que queda es recordar. Solo me queda presionar ese botón de repetición y rebobinar hasta el momento en el que todo comenzó. Y permanecer sentada, esta cálida tarde de verano, bajo la lluvia mojándome la cara, sentada en este banco. Permanecer rebobinando y pulsando aquel botón en mi mente una y otra vez. Aunque sé que todo no fue un camino de rosas, que han quedado algunas espinas clavadas que han dejado abierta una herida que todaví­a no he podido cerrar. Sé que el corazón todaví­a está en disputa con la cabeza. Y sobre todo sé que me cuesta salir de la locura en la que me he metido y atar la cuerda que me une a la razón. Odio pensar que todavía me queda algo de esperanza, odio verle con malos ojos, odio no poder rebobinar. Es increíble cómo han podido cambiar las cosas desde entonces en apenas dos segundos, la vida da muchas vueltas. Él lo solí­a decir y no puedo estar más de acuerdo, como la vida es de una forma y que en cuestión de segundos cambie a ser de otra. La vida viene y va como un boomerang. La amistad, la familia, el amor... son solo una serie de factores que van apareciendo a medida que pasa el tiempo. Y no siempre es fácil, muchas veces ignoramos como actuar y la primera idea parece ser la mejor pero no nos damos cuenta del peso que tienen nuestros actos. Por eso lo sigo intentando, sigo teniendo esperanzas y por más que pulso ese botón mis esfuerzos son nulos. Pero lo necesito, necesito rebobinar y explicarme porque él es el primer pensamiento nada más despertarme y el último al irme a dormir. Necesito saber porque le odio pero a la vez le sigo queriendo, necesito saber porque no puedo vivir sin él, necesito saber cómo con sola una sonrisa mi cabeza volvió loca.

La vida es una canción, una canción en repetición. Una canción que suena en tu cabeza una y otra vez y no te cansas de escuchar. Una canción compuesta por una serie de botones que nos permiten rebobinar, parar, pausar, avanzar... una canción que acabará al final de nuestros días. Pero hoy toca rebobinar, toca volver a aquella tarde frí­a de diciembre. Toca volver a aquel dí­a que tanto recuerdo y no para de repetirse en mi cabeza. Es momento de rebobinar, porque,como dice Melendi, lo que un dí­a fuimos quedará grabado en las cenizas de la eternidad.

 Es momento de rebobinar, porque,como dice Melendi, lo que un dí­a fuimos quedará grabado en las cenizas de la eternidad

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Con solo una sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora