¿Destinados..? (Yaoi)

Capítulo 1_ ¿Eres tú?

Pov Liam.

Entré a la cafetería en la cual trabajaba, saludé a mis compañeros y fui a la sala de empleados para ponerme mi uniforme. La cafetería se llamaba "Perle Noire" y era una de las más conocidas en el centro de la ciudad. Para mi era un lugar mágico en el cuál el agradable a olor del café nunca cesaba.

Cuando terminé de vestirme salí del vestuario y me puse a trabajar tranquilamente. Tomaba las órdenes, las llevaba a mis compañeros en la parte donde preparan las comidas y luego las entregaba a los clientes. Trabajo fácil, rápido, entretenido y con muy buena paga y propinas; era perfecto.

Pude ver que mis compañeros estaban sonrojados y peleando por ver quién atendería la mesa numero 19. Sin siquiera preguntar, les saqué la lengua y fui a tomar la orden de la mesa sin fijarme quién había causado tanto alboroto. Apenas llegué, pude ver a un hermoso alfa que vestía un lujoso terno negro con detalles en un negro más obscuro. El hombre estaba acompañado por una hermosa alfa que se aferraba a su brazo con sus uñas postizas pintadas de un rojo cereza que no le quedaba para nada.

- Hola, lamento la espera. ¿Qué van a pedir? - Dije con una sonrisa amable sin molestarme en siquiera olfatearlos. No quería oler el asqueroso olor a feromonas que debía estar expulsando esa alfa para atraer a ése adonis que, al parecer, también había bloqueado su olfato por el mismo motivo.

- Un espresso doppio - Dijo mirando el elegante menú donde se mostraban todas las opciones que tenía la cafetería - Y una porción de postre "Isla flotante".

Asentí con la cabeza, aunque él no me estuviese viendo, y anoté todo en una pequeña libreta de cuero marrón.

- Muy bien, señor. ¿Y usted, señora? - Pregunté amablemente y vi como la mujer se ponía visiblemente roja de la molestia.

- Señorita, ignorante. - Me corrigió y yo contuve una pequeña risa  - Traeme un caramelo macchiato y un tiramisú, más vale que sea rápido o iré a quejarme con tu jefe, niño tonto.

- Lo traeré rápido, "señorita" - Escupí casi por completo la última palabra - Y espero que pueda ser más educada, el señor podría salir huyendo y usted perdería esas joyas.

Dije insinuando que era una interesada y escuché una pequeña risa del alfa que por fin se dignaba a levantar su cabeza y verme.

- Eres un chico muy inteligente. Pero, te recomiendo aprender a cerrar la boca de vez en cuando así evitarás poblemas. - Me sonrió formando una curva perfecta con sus labios que lo hacía ver incluso más hermoso. - Espero que sigas mi consejo.