Decidí buscar suerte en otros amores.
Busqué en el arte aquella emoción de la que carecían nuestros besos.
Y encontré esa chispa ansiada, pero también soledad.
Entonces busqué en otros labios aquello que se nos arrebató.
Y lo encontré.
Pero no eras tú.
Error tras error fui avanzando sin ti,
pidiendo más de lo que todos podían darme.
Pidiendo más de lo que podía incluso mi corazón pagar.
Me adentré en el vacío de las drogas.
Y busqué ahí un triste consuelo.
Busqué en cada cigarrillo consumido el veneno de tus mentiras.
Me embriagué en alcohol,
a falta de tus caricias,
hasta perder la conciencia.
Mas todo esto es culpa mía.
El hecho de que ahora tus dedos se enreden con otros,
y tus sonrisas sean correspondidas
no es casualidad.
Yo lo pedí así,
porque no pude dar más,
ni aceptar que estábamos acabados.
Ahora tus labios están felices
danzando con otros,
unos que no son míos.
Y yo estoy bien con eso
porque, simplemente,
no puedo pedir más.