2: Al asecho

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El sol comenzaba a brillar y el canto de los gallos anunciaba el comienzo del día, mientras la molesta luz se filtraba por la ventana de aquella rubia con resaca que rogaba por el cesar de su terrible jaqueca. El ruido de las aves en el exterior era armonioso, pero en su cabeza retumbaba como cañonazos en el campo de batalla de esas horribles guerras territoriales. Tapó su cara con la almohada y gritó allí a todo pulmón, maldiciendo la hora en la que decidió tomar licor de frutilla y no jugo de uva, descargando así toda el enojo que le producía su mala decisión.

Ella se puso de pie lentamente, fregando sus ojos con una mano y con la otra rascando su nuca. Se estiró y por fin logró despegarse de la cama, en ropa interior claro está, porque la enana era lo suficientemente carente de pudor como para dormir en ese estado aún no siendo su casa, y con la ventana abierta. Pasó su mano por sus mejillas, recorriendo el camino de saliva que había fluído de sus labios, se puso el par de gafas redondas y algo pequeñas que había tirado a un costado de la cama y se dirigió al baño, pues aunque no lo quisiera, tenía un trabajo por comenzar aún.

Entre pequeños bostezos lavó su cara, mojó y acomodó un poco su enmarañado cabello dorado y lavó sus dientes. Buscó algo de ropa en una valija que yacía en un sillón de piel, y mientras cubría su cuerpo con una musculosa blanca notó que estaba siendo observada. Rápida tomó un cuchillo y se acercó a la ventana abierta, lo que la observaba atentamente era un gato negro azulado, de ojos tan profundamente azules que parecían tener el mar encerrado en ellos.

_Nyeh, sólo un animal inútil

_Meow! "Inútil tu madre!"

La jóven bruja transformada en un gato lanzó un arañazo a la cara de la rubia, quien la lanzó lejos y se cubrió la herida con su mano.

_Maldito gato feo! Nyeh de todas maneras va a sanar, pero se sintió bien lanzarlo nyehehe

Ya vestida salió de su habitación y se dirigió a la cocina, donde la esperaba el alcalde, el sheriff y dos criadas que estaban sirviendo el enorme desayuno para los tres. La pequeña comía con los mejores modales que podían existir, pues no le daría el gusto a nadie de verla actuar como "una sucia cazarecompensas", claro que para ella no había mejor manera de disfrutar la comida que comiendo cómodamente, o como animal hambriento. Disfrutó cada bocado dejando a los caballeros e incluso a las criadas sorprendidas, pues hizo polvo sus estereotipadas ideas sobre como ella era.

Terminada la comida se levantó de la mesa para nuevamente dirigirse a su habitación a buscar el equipamiento para salir en busca de aquella extraña cabaña de la que se hablaba. Antes de retirarse el alcalde la llamó.

_Que necesita señor alcalde

_A dónde se dirige?

_Iré a por la bruja más cercana, tal vez incluso saque información de ella

_Llamaré al equipo de búsqueda y caza, ese lugar es peligroso

_No lo necesito gracias, estoy acostumbrada a hacerlo sola, ellos sólo me retrasarán

_Como usted diga señorita Shore, pero segura no necesita nada?

_Quisiera que dejara los documentos que le pedí ayer en mi habitación, asi los leeré en mi regreso

_Hablaré con el sheriff, y tenga cuidado

_Ajam, adiós

La chica se colocó un par de guantes de cuero sin dedos, con la parte superior con ligeras puntas de un metal especializado, se puso una camisa blanca y una chaqueta también de cuero duro y algo pesado. Un par de botas cortas cubrían sus pies y unos pantalones algo holgados sus piernas. Se colocó una escopeta en la espalda y un cinturón con balas, pequeños explosivos hechos por ella misma y dos puñales y así salió a donde le dijeron que se encontraba la misteriosa cabaña, en la parte del bosque donde nadie quería entrar.

Haunting Game (Lapidot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora