Capítulo 2 : No me compadezcas

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Me dirijo al fondo del pasillo y  me paro enfrente de la puerta de Edward ( que está al lado de la mía) estoy muy nerviosa, no se que reacción va a tener y eso me inquieta mucho.... debatiéndome

unos segundos golpeo la puerta tres veces y oigo un "pasa" de parte de Edward así que entro.

Nada mas entrar lo veo  sentado en un sillón escribiendo en un ordenador. Es muy alto, tiene el pelo castaño  claro y sus ojos.... son de un verde precioso, no son como los de una persona ciega porqué el no está realmente ciego, pero debajo de ellos puedo observar unas notables ojeras, tiene un aspecto descuidado, y tiene una incipiente barba de hace semanas. Va vestido con unos tejanos y una camisa azul arrugada aún con ese aspecto desarreglado tiene una belleza impactante. Desprende un aura triste, y  su cara refleja el dolor que aún sigue latente durante estos años. Observo cómo escribe en el ordenador, al principio teclea unas cuantas frases pero después las borra, insatisfecho del resultado de ellas en la página. Después se revuelve el pelo con frustración se para unos segundos y vuelve a teclear. Es un proceso mecánico que se repite una y otra vez podría pasarme horas observándolo. Sus gestos me hipnotizan y me dejan ahí parada observándole. Después de estar un rato  en medio de la habitación sin decir nada, reacciono y me acerco poco a poco dónde esta Edward, pero él oyendo mis pasos se levanta y avanza torpemente. Durante un rato rastrea la habitación en mi busca, no me ve, y de repente tropieza con el pie de la lámpara. Voy ayudarlo e intento levantarlo, pero el me rechaza y se levanta solo.

- No me hace falta tu  ayuda para levantarme - dice con furia- se hacerlo solo, por cierto, quién eres , y porqué has estado tanto rato en la habitación sin decir nada? Gracias a tu estupidez me has hecho caer.

Tener su cara a escasos centímetros  hace que me ponga aún más nerviosa aunque me relaja que casi no me pueda ver.

- L-lo si-siento- digo apenas logrando articular palabras.

Edward se aleja unos pasos de mí y me pregunta con un deje de desdén:

-¿ Quién eres y que haces aquí?

-Me llamo Mina, he venido a comunicarle que me han asignado como su asistenta personal.

- No necesito que nadie cuide de mí.

- Pero usted está practicamente ciego, necesita ayuda.

-  Ya te he dicho que no!¿ Es que no me oyes? Ya estoy bien solo, no necesito ayuda y menos la tuya!

- Si que necesita ayuda! Está muy descuidado ...............

- ¿Además de estúpida eres sorda?

Con furia me dirijo a la puerta, pero antes de cerrarla grito con furia: Es normal que le compadezcan! Ha estado durante mucho tiempo autodestruyendose con la muerte de Clara y encima encerrado en esta mansión sin querer salir!  Sus insultos no me afectan yo me voy a quedar aquí le guste o no- sentencio.

Cierro la puerta con un fuerte golpe y me dirijo a la habitación,

me tumbo en la cama y cierro los ojos pensando en Clara, en la mansión , en cómo ha cambiado mi vida radicalmente tan sólo unas horas, y finalmente me duermo pensando en Edward.

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Me despierta del mundo de los sueños el ruido que hace mi móvil, me levanto de la cama, me dirijo al bolso, rebusco  hasta que al final lo encuentro al fondo.

Lo enciendo y veo que són las 21:00h de la noche, dentro de poco me llamarán a cenar así que

tengo que arreglar mi cara y mi pelo . Entro en mi móvil y veo que tengo un montón de mensajes y llamadas perdidas de mi novio o mejor dicho, mi exnovio. Debatiéndome entre leerlos o no decido ser fuerte y no leerlos, si los leyese me pondría aún peor.

Amor y olvido(en edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora