Capítulo 7: Tan cerca pero a la vez tan lejos ...

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Cojo el pomo de la puerta  y lo giro con suavidad, abro la puerta y me adentro en la entrada de la habitación.

Nada más entrar veo a Edward en el suelo hecho un ovillo y temblando .

Me acerco hacia dónde está el y me arrodillo a su altura, los rayos de la luna que atraviesan la ventana iluminan debilmente el rostro de Edward.

- Edward?

Me acerco más y veo que varias lágrimas se deslizan discretamente por sus mejillas.

En un movimiento instintivo acerco la mano a su cara y seco con el pulgar sus lágrimas.

A pesar de que varias lágrimas se deslizen por sus mejillas Edward cierra con fuerza los ojos para evitar que salgan.

- Edward, Edward- le digo mientras le sacudo el brazo, pero Edward parece no querer despertarse, me siento a su lado y  acerco mi boca a su oído y vuelvo a susurrarle su nombre.Edward abre lentamente los ojos y parpadea varias veces.

- Qué haces aquí?- pregunta Edward

- Ver si estabas bien, ahora me voy.- cuando me dispongo a levantarme su mano agarra mi brazo.

- No te vayas- dice con cara asustada- no, hoy.

Lo miro y a través de sus ojos veo miedo, tristeza, oscuridad. Es como una sombra que envuelve a Edward, que le oprime y no le deja respirar. Su comportamiento me convence para que me vaya, pero su mirada triste en estos momentos hace que me quede con él , aunque sólo sea esta noche, aunque sólo sea este momento, aunque sólo sea esta debilidad.

Me siento a su lado y empiezo a acariciar su cabello, lo hago en silencio prefiero no decir nada y que se desahogue, por el rabillo del ojo veo cómo Edward suelta varias lágrimas que cada vez són menos frecuentes, mientras le voy acariciando su pelo observo cómo poco a poco Edward va cerrando los ojos y cae en los brazos de Morfeo.

Poco después yo también me duermo, y nos dormimos, juntos, en el silencio de la noche.

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Parpadeo varias veces acostumbrándome a la fuerte luz matinal que ilumina la habitación ... pero esta no es mi habitación...noto un peso en mi hombro, me giro y veo a Edward profundamente dormido, y recuerdo lo que pasó anoche .

Me levanto del suelo lentamente y apoyo la cabeza de Edward en la cama con suavidad.

Todo mi cuerpo está adolorido y me duele sobremanera el cuello, me acerco con pasos silenciosos hacia la mesita de noche y miro el reloj que marca las nueve de la mañana, tengo que darme prisa para preparar el desayuno, antes de irme de la habitación hecho una última mirada a Edward y una duda asalta mi mente¿ Me tratará igual después de lo sucedido? ¿ Después de conocer su lado débil?

Me dirijo a la puerta, la cierro y me adentro en el pasillo giro hacia las escaleras, pero una figura al fondo del pasillo me sobresalta.

Me acerco con curiosidad hacia ella hasta que al final distingo la figura de Marcos, está recostado de lado en la pared y de brazos cruzados, parece enfadado, camino hasta quedar enfrente de él.

Alargo mi brazo hacia él y poso mi mano sobre su hombro , Marcos, al notar mi mano se mueve hacia un lado liberandose de mi tacto.

- Marcos... Pasa algo?- le digo confundida

Marcos eleva su cara y me mira fijamente.

- Y a ti? Te pasa algo?

- A mi?- pregunto confundida.

- Si, a ti- dice incorporándose- , te he visto salir de la habitación de Edward.

- Si, anoche fui a ver si estaba bien porqué oí un ruido. Y me quedé dormida en su habitación.

- Parece que tienes poca memoria verdad? Acaso no te acuerdas que hace unos días estuvo a punto de pegarte y si no es por mi te habría hecho daño?

- Si, pero anoche estaba llorando, estaba tan débil.

- Me da igual, acaso has olvidado lo que te hizo?

- No, no lo he olvidado, pero no iba a dejarle solo.¿ Sabes? A veces puedes resultar muy pesado. No necesito que te preocupes por mí cada dos por tres se cuidarme sola.

- No, no sabes hacerlo. Pero tranquila, no me preocuparé más de ti.

- Marcos, lo estás exagerando demasiado, además soy su asistenta, recuerdalo.

Dicho esto me giro hacia las escaleras pero la voz de Marcos me detiene.

- Y sobretodo cuando estés con él no olvides lo que te hizo, porqué recuerda que ese es su verdadero carácter, no el que viste la otra noche. Dicho esto bajo las escaleras y me dirijo a la cocina, abro la nevera y cojo varios huevos para hacer un tortilla francesa para el desayuno, casco un huevo en el bol, y mientras voy montando la clara voy pensando en la pelea que he tenido con Marcos, ¿porqué tiene que ser así? ¿acaso se cree que soy una chica indefensa? Quizás lo sea pero se apañarmelas sola, además lo de la otra noche con Edward no fue como una reconciliación, ni mucho menos.

No puedo sacar de mi mente como estaba Edward ayer noche , parecía un perro abandonado que necesitaba amor, en verdad el es así pero no quiere demostrar esa faceta al mundo, pero lo que vi ayer no era normal, tendré que averiguarlo para poder ayudarle.

Mientras voy poniendo la mesa oigo unos pasos detrás de mi.

Me giro y me encuentro a la madre de Edward y Marcos , envuelta en un caro batín de seda rosa y el pelo lleno de rulos dispuestos cuidadosamente en cada recoveco de su teñido pero canoso cabello.

-Buenos días, cómo ha dormido?- le pregunto mientras sirvo la mesa.

- He dormido un poco mal, no estoy acostumbrada a dormir en un colchón tan blando.

- Bueno, si quiere se lo puedo cambiar.

- No te preocupes, aún me quedan varios días para poder acostumbrarme al colchón, pir cierto, Marcos me ha dicho que no se iba a quedar a desayunar osea que no hace falta que le sirvas el desayuno.

- Voy preparando el café mientras baja Edward a desayunar, no se mueva.

Después de un largo rato hirviendo el café oigo cómo Edward entra en el salón y se sienta en su silla mientras habla con su madre.

Coloco los cafés en las bandejas, y me adentro en el salón.

- Pues creo que después de desayunar estaría bien verdad?- dice Ángela dirigiéndose a Edward.

- Supongo- dice Edward con un tono ausente.

- Mina, estaba hablando con Edward, que te parece si después de desayunar empiezo a enseñarte las piezas que vais a bailar?

- Cómo usted desee- digo sumisamente.

- Pues entonces no perdamos tiempo!- dice Ángela  en tono animoso.

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- Primero empezaremos por un bals- dice Ángela. Mina situate delante de Edward, cógele la mano derecha con la tuya, y coloca la izquierda en la parte  baja de su espalda. Tú , Edward, cógele la mano izquierda a Mina y coloca la otra en su cintura.

Me acerco nerviosa hacia Edward le cojo la mano y coloco la otra en la parte baja de su espalda. Espero que no se de cuenta de lo nerviosa que estoy .

Edward hace lo indicado y coje mi mano cómo si de cualquier cosa se tratara. No sé porqué me he puesto tan nerviosa si al fin y al cabo a el no parece importarle la reducida distancia que nos separa.

- Ahora que ya estais colocados podeis empezar.

Ángela nos enseña brevemente los pasos y empezamos a bailar en medio del salón. Damos vueltas y vueltas, tengo miedo de que Edward se caiga por eso intento guiarle y  llevar un ritmo más suave.

Amor y olvido(en edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora