Capitulo 4
Ha llegado el momento, me desperté y desayuné mucho, después de todo necesito estar bien alimentado para la batalla; nos subimos a un aerodeslizador, que nos lleva al campo de batalla, ahí me inyectan mi rastreador; llegamos al cuarto debajo de los tubos que nos llevan a la arena, el vestuario es negro y no es tan abrigado, eso significa que va a haber calor, Fury se despide de mi y me desea mucha suerte; cinco segundos, me subo al tubo extraño (no sé como se llaman y no me he molestado en averiguarlo), se cierran las puertas y empieza a subir, un gran rayo de luz me cega y no puedo ver bien como es el campo; me llega un olor: mar; después puedo ver claramente, estamos en una isla, la mayor parte es bosque, seguramente habrá un río por ahí.
- ¡Damas y caballeros! ¡Que empiezen los vigésimo sextos Juegos del Hambre!
El contador empieza en 60, en lo que pasa el tiempo examino todo, veo a Elisa y le hago una seña con los ojos de donde vernos, derrepente, sin siquiera imaginarlo, una explosión suena, alguien se ha bajado de su "base" y ha volado en pedazos, todos quedan asombrados y con miedo, diez, nueve, mi corazón agita tan rápido que no controlo la adrenalina, uno, suena el gong y salo corriendo lo más rápido que puedo, pero, no hacía el lado contrario, me encuentro corriendo hacia la Cornucopia, ya es demasiado tarde para cambiar de curso, la adrenalina corre demasiado por mis venas, llego a la Cornucopia, tomo una mochila café, una bolsa la cual parece que contiene cuchillos y una espada, cargo la mochila en mi espalda y la espada la atoro en el cinturón, salgo corriendo hacia el bosque, de la nada, siento un dolor muy fuerte en mi costado, en menos de un segundo me encuentro tirado en el suelo, un primer golpe da en mi cara, eso me deja ver claramente, Haitch, el tributo del 11 me ha tacleado y ahora planea matarme, ya no tengo escapatoria...
"Es el fin - pienso - No, no puede ser, no puedo dejar a Elisa sola, no ahora"
Un segundo golpe da contra mi cara, siento la sangre recorrer mi boca, en un momento de adrenalina, logro sacar un cuchillo de la bolsa, reuno todas mis fuerzas en mi puño y golpeo, Haitch sale impulsado hacia atrás, tomo el cuchillo por el filo y lo lanzo, lo he hecho.
He hecho mi primer muerte en los Juegos.
La culpa y la adrenalina corre por mi cuerpo, sin pensarlo dos veces, tomo mis cosas y salgo corriendo al bosque, un dolor en mi talón, demasiado fuerte, la primera flecha ha dado con su objetivo, logro sacar la flecha dando brincos mientras esquivo una segunda flecha, la adrenalina hace que el dolor se valla, llego al bosque y logro perderme entre los árboles, mientras corro sin camino, choco con un cuerpo, Elisa, me alegra demaciado verla, sin hablar, señala hacia una diirección y sin pensarlo, la sigo, después de unos minutos de correr, llegamos al borde del bosque y se convierte en arena, encontramos una cueva, perfecta para esconderse.
- Quedemonos aquí, unos días, parece un buen escondite, descansa en lo que yo veo si hay algo que nos sirva como red para pescar
- Está bien, voy a ver si en la mochila hay una bolsa para dormir
Efectivamente, hay una bolsa para dormir en la mochila, Elisa la toma, se acuesta y queda dormida inmediatamente, los cañonazos empiezan a sonar y los cuento, trece en total, busco en la mochila y lo que encuentro es bueno: 2 botellas, una red para pescar, frutas secas, carne seca, iodo para purificar el agua, un cuchillo y algo que parece ser una pomada; tomo la red y la pongo en el mar para ver si logramos capturar un pez para mañana, de no ser así, tendré que buscar en el bosque; el dolor de mi talón ha vuelto, así que tomo agua del mar y me la pongo en la herida, un ardor de alivio me relaja y unto la pomada. Ya es de noche, el sello del Capitolio ilumina el cielo y suena el himno, aparecen los caidos este día: el hombre del 3, ambos del 5, la mujer del 6, ambos del 8,9 y 10, el hombre del 11 y ambos del 12; y pensar que yo hice una de esas trece muertes.
Me quedo pensando toda la madrugada, hasta que por fin está amaneciendo, Elisa se ha despertado y ha montado una guardia para que pueda descansar un momento; cuando me levanto, Elisa ya ha sacado la red, atrapamos a tres peces, hacemos una fogata y cocinamos uno, esperamos que la luz del amancer esconda el humo de la fogata y la apagamos, me decido ir de caza al bosque, al regresar a la cueva, me ha ido bien, dos animales que parecen ardillas, un ave y un sapo que encontré brincando sin rumbo.
Han pasado dos días y no se escucha un cañonazo, está todo muy tranquilo, eso no le gustará al Capitolio, esta noche me toca hacer guardia. Es tan de noche que a penas puedo ver mi mano, pero todo está muy callado, tan callado que empiezo a escuchar pisadas en las hojas secas del bosque, se escuchan más cerca, en posición de defensa tomo mi espada, listo para lanzarla o atacar, una figura sale de entre los árboles pero no me ve a mi, alcanza a ver nuestra comida, se acerca para robar algo cuando yo por instinto lanzo la espada, le acerta justo en el pecho, un cañonazo hace que Elisa despierte de golpe y vea el cadáver tirado, lo peor es que ambos lo reconocemos, el tributo del Distrito 6, Crush, el mismo que me acertó con una flecha en el talón, al parecer, también traia su arco, así que lo tomo el arco y el carcaj, el cuerpo lo dejo flotando en el mar, ya que se aleja, un aerodeslizador se lo lleva.
- Yo vuelvo a hacer guardia esta noche -le digo a Elisa, ella no niega, está tan asustada como yo, ya he matado a dos tributos, ¿Acaso me estoy convirtiendo en una bestia de los juegos del Capitolio? Esta pregunta suena una y otra vez en mi cabeza, pero mis pensamientos son callados por el ruido del mar, volteo hacia el mar porque esto me extraña y puedo ver claramente lo que se avecina: un tsunami.
El Capitolio ya se habrá aburrido y quieren empezar a ver sangre,
- ¡Elisa! ¡Elisa despierta! -le grito a Elisa que despierta sobresaltada - Toma tus cosas, ¡tenemos que irnos ya!
Elisa confundida toma sus cosas y ve la gigante ola que se acercaba con rapidez, entramos corriendo al bosque e ibamos lo más lejos que podíamos de la costa.
"No podemos seguir así -pienso - La ola nos alcanzará"
- Elisa tenemos que trepar ese árbol -le grito señalando un árbol de siete metros de altura
Empezamos a escalar y cuando llegamos a una rama grusa a una altura suficiente y que estaba apuntando al lado contratio de la ola, la abrazo fuerte y me aferro al árbol; la ola choca, es una fuerza tan grande que no sé si podré soportarla, pero pasa rapidamente. Seguida de la ola, dos cañonazos, me pregunto de quién serán, una vez que ha pasado el peligro decidimos quedarnos ahí a dormir.
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Triunfo Negro
Fanfiction"Esta es mi historia, soy Brid Obsten, del Distrito 7, tengo 15 años, mi padre murió en un acesinato con un hacha, tengo dos hermanos menores que me importan más que mi vida."