Brühl, Alemania

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Harry sonrió con picardia, lanzándose sobre los brazos de Louis una vez este sacó la fotografía de su novio frente a la estatua.

Estaba muy feliz, recientemente había descubierto su amor hacia cierto tipo de prendas que consideraba muy bonitas y Louis lo había aceptado más que gustoso.

Llevaba puesto un pequeño short de color azul cielo con encaje blanco en el borde y un suéter de lana negro que había metido dentro del borde debido a que era demasiado largo y no quería que opacara nada de él.

Una vez el rizado estuvo de vuelta con Louis, el mayor hizo un ademán, bajando rápidamente por el borde los shorts de Harry, para evitar que se viera más piel.

El rizado rio. "Ya basta, Lou. No se me ve nada." Se burló, dándole una sonrisa tierna a su novio.

Louis se cruzó de brazos. "Está demasiado corto, casi puedo ver tus bolas colgando. Eres mío y no permitiré que nadie vea lo que es mío, ¿entiendes, bebé?"

Harry sonrió de lado, jugando con sus dedos entrelazados. Asintió suavemente cuando sus mejillas comenzaron a arder, nunca podía controlar cuando se sonrojaba. "Entiendo, Lou."

"Dilo." Louis demandó, con una mano sobre la barbilla de su novio, mirando sus ojos verdes destellar de emoción, nunca podría dejar de tener ése efecto en Harry y ésa era la mejor parte.

"Soy tuyo." Harry murmuró. Sus dedos llegaron hasta su cintura y presionó fuerte en el borde de los shorts, justo dónde sabía que comenzaban las bragas que sabía que él estaba usando.

"¿De quién eres?" Preguntó, metiendo poco a poco sus dedos dentro de la prenda.

"Soy tuyo, papi."

Louis sonrió ampliamente, liberando a Harry de su agarre enseguida, a lo que el pequeño gruñó, frunciendo el ceño debido a la falta de los dedos de su novio sobre su piel.

Hacía apróximadamente tres días que Louis no se atrevía a tocarlo y Harry ni siquiera sabía por qué, pero claro que ahí era cuando entraban sus millones de inseguridades.

¿Será que a Louis no le gustaba el nuevo cambio drástico en su manera de vestir? ¿No le gustaba la forma en la que su cabello estaba creciendo? Harry podría pasar toda la noche haciéndose miles de preguntas acerca de por qué pasaba lo que pasaba, pero simplemente no podía llegar a la verdad de la situación.

"¿Estás enojado conmigo?" Se atrevió a preguntar horas más tarde, cuando estuvieron almorzando en Phantasialand, el mejor parque de diversiones de toda Alemania.

Louis casi se atragantó con sus papas fritas. "No, claro que no amor", dijo tan rápido como se lo permitió, sosteniendo la mano de Harry por encima de la mesa, "¿por qué lo dices?"

"Es que... Es tonto", se excusó con un puchero, mirando el plato lleno de ensalada que Louis había pedido para él, "no me has tocado en tres días. ¿No te gusta como me visto ahora?"

"¿Qué?" Louis pregunta incrédulo, con ojos azules perdiendo su brillo al ver a Harry, "no, amor. Me encanta, estás siendo tú mismo. Me gusta mucho cómo te vistes, ¿sí? Nunca pienses lo contrario."

Louis se puso de pie y se sentó junto a Harry, acariciando su brazo con mucho cariño, utilizando sus dedos sobre este, con las yemas haciendo que el vello de su cuerpo entero se erizara.

Harry chilló bajo su toque, echando su cabeza hacia atrás inconscientemente, pasando una mano a lo largo de su cuerpo mientras imaginaba que eran las grandes de Louis acariciando su piel.

"Dime qué quieres, princesa." Louis murmuró, con su mano libre sobre el muslo derecho de Harry, apretando este con suavidad pero siendo suficiente como para que Harry esbozara un gemido cargado de desesperación.

wanderslut | larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora