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Solte un suspiro y me estire con pereza, habíamos tenido un arduo viaje de muchas horas en auto

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Solte un suspiro y me estire con pereza, habíamos tenido un arduo viaje de muchas horas en auto. Luego de que mi padre tomara la desición de mudarnos después de la muerte de mi madre gracias al cáncer, ambos decidimos que iniciariamos de nuevo, en un nuevo lugar con nuevas personas y nuevos recuerdos, ademas, estabamos cansados de las ruidosas calles de New York, por lo que nos mudamos a un pequeño pueblo; Derry.

En este mismo pueblo, mi madre había pasado sus años dorados, jurando que vivió las más grandes aventuras de su vida hace 27 años. Con mi padre nunca le creímos, todas esas aventuras sobre una "cosa" que se transformaba y raptaba niños, lo encontraba absolutamente estupido, pero mamá se veía tan feliz cuando contaba esas historias que no me atrevía a decirle nada.
 
Antes de venir a Derry, investigue un poco sobre el pueblo, era muy extraño que hubieran tantas desapariciones de niños, así que casi llegue a creer las historias que contaba mamá, pero eso de que un payaso se come a los niños lo veo muy poco probable, por lo que simplemente decidici pensar que tal vez había un loco en el pueblo ó los niños se escaban, perdían o caían al río, aunque todas las opciones son horribles, de algún modo me tranquilizaron, odio los payasos.

Cuándo mis pies tocaron el suelo luego de horas de viaje, porque sí, viajamos de New York hasta aquí, en auto. Le sonreí a papá, se veía bastante felíz y lo entendía, aquí no teniamos que preocuparnos de nada, solo de comenzar de nuevo, conecentrandonos en nosotros dos. Papá abrió el maletero del auto, solo teníamos nuestra ropa y dinero, el camión de mudanzas llegaria mañana por la mañana, bajamos las maletas y por fin entramos a la casa, era bastante grande y con segundo piso, el jardin era espacioso, pero casi no había césped, literalmente solo habia tierra y maleza.

—¡Papá! Ire a escoger mi habitación.

—¡Claro! Solo ten cuidado con que un payaso te coma— en estos momentos me arrepiento de hablarle de todo eso.

—Si claro, muy gracioso— puse los ojos en blanco.

Ignorando lo ultimo que me dijo, subí corriendo las escaleras, llegando al ultimo escalón me tropecé con este, haciendo que mi barbilla golpeara contra el piso de madera.

—Mierda— susurre, dolía como el infierno, corrí hacia la primera puerta que encontre, pero no era el baño, tampoco la segunda ni la tercera, quedaba la ultima puerta así que esa debería ser. Abrí la puerta de madera rápidamente.

—Por fin...

Cuando me mire al espejo me di cuenta que salia sangre de mi barbilla, no era tanta, pero seguramente quedaria una cicatriz luego, suspire, solo espero que una semana más se quite, no me gustaría entrar a la escuela con una cicatriz.

—¡Cariño! ¿Estas bien? ¿Por qué te oías tan alterada?— grito papá desde las escaleras.

—¡No es nada, simplemente me resbale y me golpee!— le grite de vuelta, aún desde el baño— ¡Pero ya estoy bien, así que no te preocupes!

—¡Esta bien¡ Avisame si necesitas algo— escuche sus pasos alejarse, me tranquilice cuando se fue, no queria preocuparlo, desde el accidente de mamá se había vuelto un tanto sobreprotector.

Cuando por fin el dolor cesó, me propuse a elegir finalmente la que seria mi nueva habitación, no queria la más grande, esa se la dejaria a papá. Revise cada uno de los cuartos hasta que encontré uno que me gusto, las paredes eran amarillas(mi color favorito) era bastante grande, pero no tanto, tampoco tenia tantas cosas como para colocar en esta.

Baje a buscar mis maletas, estaban apiladas junto al inicio de la escalera, pero no se escuchaba a papá, lo busqué por el primer piso pero no había rastro de él, y no escuche cuando subí. Me dirigí corriendo a la ventana para mirar para fuera, me parecía escuchar su voz desde el jardin delantero, cuando mire a traves de las cortinas estaba parado en la acera hablando con los que parecían ser los vecinos, al medio de los dos adultos estaba de pie un niño que parecía ser de mi edad con cara de aburrido, era bastante lindo, usaba unas gafas gigantes de nerd, pero seguía siendo lindo.

Ignorando lo que vi hace unos segundos, agarre mi maleta y la subí con dificultad por la escalera, desempaque toda mi ropa y la ordene en el closet que había en el cuarto. El mueble ocupaba aquel espacio ya que antes de venir aquí, papá mando un camión de mudanza por adelantado, para que cuando llegaramos tuvieramos camas, algunos muebles y ese tipo de cosas.

Con pereza me coloqué el pijama, habíamos llegado a Derry  alrededor de las 7pm, y ya eran pasadas las nueve, no cené, estaba demasiado cansada como para eso.

Me quede dormido con el pensamiento de que mañana podía ir a investigar Derry y al curioso niño de anteojos gigantes de la casa de al lado.

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