Roller Coaster

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Se había ensimismado en salir con Yuta aquel mes.

El acercamiento de ambos era bastante notorio para cualquiera, ahora incluso compartían las comidas sin que la madre de Yuta lo dijera. Fueron suficientes los días en los que pasaron más tiempo juntos para que Yukhei notará lo complicado que era el beta.

No hablaba de cosas personales, siempre manteniendo la carismática sonrisa que lo caracterizaba. Yukhei había sentido el rechazo ligeramente disimulado con amabilidad.

Odiaba eso.

Tanto que muchas veces podía llegar a ser odioso con el contrario, tratándolo de idiota y luego retractándose internamente.

"Quiero ir a ese parque de diversiones."

Yuta alzó una ceja con diversión. "Pensé que pasabas muy ocupado viéndome por tus binoculares mientras salía." Se burló mientras llevaba arroz a su boca.

"Idiota." Le dijo mientras se ruborizaba al haber sido descubierto.

"Si tanto quieres ir, puedes pedirle a uno de tus amigos de la universidad."

Yukhei hizo una mueca ofendida mientras se cruzaba de brazos, estaba a punto de gritarle lo mucho que odiaba vivir con el cuando el japonés volvió a reír.

"¿No tienes amigos? Pobre bebé."

El chino le lanzó un alga de su plato en la cara, mientras se levantaba y lo señalaba con el dedo.

"Quién quiere ir contigo, iré a preguntarle a mis compañeros que son más gracioso, agradables y divertidos que tú."



Se quejó internamente cuando se vio a si mismo solo en el gran parque de atracciones. Odio a la vida, a Japón, a Yuta, a las parejas que pasaban tomadas de la mano. Tuvo más de una oportunidad para pedirle a un compañero que lo acompañara, pero fue demasiado tímido, y no quería verse con alguien que no fuera el idiota japonés.

Caminó un poco mientras miraba cuales atracciones tenían la fila más vacía, y así poder formarse tranquilamente. Esperar era algo que no deseaba hacer solo. Probó las menos populares y luego paró a comer algo cuando su estómago gruñó. Se sacó algunas fotos para enviarlas a su familia, aunque posiblemente le preguntarían porque andaba solo.

Una mano revolvió sus cabellos mientras intentaba tomar una foto del lugar, desconcentrándolo mientras la toma salía borrosa.

"Oye que se supone que-"

"Sorpresa." La sonrisa del contrario le hizo fruncir el cenio.

"¿Qué se supone que haces aquí?" preguntó enojado, alejando la mano del contrario.

"¿Yo? Nada, solo vine por un poco de aire fresco."

"Aja, y yo te creo."

"Deberías."

"Ven, te llevaré a una atracción divertida y luego comeremos helado."



Tuvieron que sacarlo entre dos personas del juego mecánico.

Su cuerpo temblaba y le dolía la garganta. Maldita montaña rusa. Maldito Yuta.

"Creo que deberemos volver a casa." Susurró el japonés mientras sentaba al más alto en una de las bancas del parque. "Hey, ya pasó."

"Te odio." Fue todo lo que dijo antes de que una arcada le hiciera devolver toda la comida que llevaba en el estomago. Un escalofrío le recorrió la espina dorsal mientras veía la escena. No era ni siquiera medianamente romántico.

"¿Hay algo más que desees hacer?"

"¿Matarte cuenta?"

"No." Rió el japonés y entonces dio un brinco de la banca y lo miró con ojos traviesos, YuKhei tuvo una nueva arcada mientras sus tripas se revolvían. "Ya sé que podemos hacer."



Aquella noche la señora Nakamoto pego el grito al cielo, ambos jóvenes llegaban lo suficientemente tarde para ser sospechoso, el estado de YuKhei era lamentable y Yuta aguantaba la risa mientras la mujer gritaba y los señalaba a ambos.

Llevaban pearcings en las orejas, Yuta había sido lo suficientemente valiente para hacerse más de tres, mientras YuKhei apenas se hizo uno parecido al de su acompañante. Se quedaron en la entrada durante una hora reflexionando acerca de sus acciones antes de poder retirarse a sus respectivas habitaciones. 



☀️

He vuelto por fin, espero que puedan disfrutar del capítulo, la idea de esta mini historia es que puedan disfrutarla 💓 algo ligera para mi propio gusto.

Dejen sus comentarios y estrellitas.

Mil gracias a todas/os. ☀️💓

🐼

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