Unknown Known 4: Black |BTS|

Capítulo 32

—Rayos...— este fue saliendo poco a poco, cayó al piso. —Ustedes sí que saben cómo hacer una guerra.

—Como si nosotros la hubiéramos iniciado...— susurro Rebecca.

—¿A no? — pregunto Jae Joong con cierto sarcasmo en sus labios.

—Tú has declarado la guerra, no vengas con quejas.

—Respóndeme una pregunta...— exclamo Jackson.

—¡¿Qué?! — grito Jae Joong, completamente enfadado.

—¿Si tu mueres, que pasara con Heliux?

—¿Por qué quieres saber?

—Tengo una teoría, tu eres el único vínculo entre ambas dimensiones, y quiero saber si con tu muerte, todo esto terminaría...

—¡Tsk! — Jae Joong apretó la mandíbula y se quedó callado, dándonos a entender que Jackson se encontraba en lo cierto.

Sin Jae Joong, y con el aparato en las manos de Juls en White Field, pues digamos que Hyung Seong no podría hacer mucho, sus planes serian estancados.

—Bien...— susurro Jackson, tiro su arma al piso y sacó su pistola, quitándole el pestillo de seguridad y disparándole a Jae Joong directamente en la cabeza.

—¡Jackson! — grito Rebecca.

Todos nos quedamos completamente inmóviles, ya que esto no había sido planeado y mucho menos pensábamos terminar con la vida de Jae Joong, pero no sabíamos lo que pasaba por la mente de Jackson.

—Creo que por fin esto termino...— susurro Jackson.

—¿Tan seguro? — le pregunto JiMin.

—Eso espero...— Jackson tiro su arma al lado del cadáver de aquella persona y se dio la vuelta, rumbo al auto el cual lo llevaría de regreso a la base, la cual es considerada la casa de muchas personas aquí.

—¿En serio termino? — pregunto Rebecca.

—Así parece...— susurro Mark a su lado, este fue el segundo en dejar caer su arma al lado de la de Jackson, paso su mano por la cintura de Rebecca y la acerco hacia él. —Creo que por fin podremos hacer todas esas cosas que habíamos estado planeando.

—Esto se siente raro...— confeso ella. —Tantos años luchando, que ya uno se acostumbra.

—Tienes razón...— Mark apoyo su cabeza en el hombro de su amada. —Creo que llego el momento de acostumbrarnos a hacer otras cosas.

—¿Cómo qué?

—En vez de practicar con las armas, podemos prácticas besos y abrazos.

—Mark...— lo llame por su nombre.

—¿Si? — volteo a verme.

—Se te cayó este caramelo. — le dije sarcásticamente. —Perdone que los interrumpa, pero pueden ponerse cariñosos al regresar a la base.

—Cierto...

Ya todos queríamos ir a casa, y abandonar aquel campo de batalla, en la cual perdimos a muchos.

—Es hora de regresar...— susurro alguien detrás de mí.

—¿Regresar a dónde?

—A casa...

—Recuerda que esta no es mi casa, Yoon Gi.