Nuestro destino no ha sido escrito

Capítulo I

Será suficiente decir que soy Isaac Dávalos, el joven que cometió el peor error de su vida, amar a una persona y no poder expresárselo en su debido momento; el proceso es conocido por los jóvenes de ahora y no se necesita mayores detalles sobre mi persona.

Sé que nadie recordará lo que sucedió, ni el porqué. Es por eso que voy a narrar esta historia tranquilamente, lo único que sé es que un fragmento de esta historia quedará grabado dentro de ustedes, y en verdad ese es el fin que busco al contarles una parte, la más dolorosa, de mi vida hasta esta corta edad. Debo imaginar que ahora muchos se cuestionan sobre una simple imaginación mía, pero en realidad ruego que no les toque vivir algo similar, es muy doloroso e incómodo, más que todo si ocurre en la etapa de la adolescencia. Francamente siempre se me vino a la mente y sé que es verdadero; las críticas de una persona, buenas o malas, te ayudan a mejorar en pequeños espacios donde ni tú mismo veías errores. Esa es una de las razones por la cuales odio ser una persona sociable, no porque tenga miedo a que otros vean mis desaciertos; sino porque quiero ser yo, quien descubra ello y los mejore personalmente. Esa es una de las cualidades que me define como persona, quizá distinta a muchas que conozco. Puede sonar esto algo inútil pero son las características que posee cada individuo, y si yo criticara el desliz de la gente, sé que terminarían avergonzados porque son muy notorios a simple vista. Eso es lo que detesto de las personas en particular, por ello se me familiarizó esta frase "usualmente el que se la pasa criticando sabe cómo vivir la vida de otros menos la propia" esto puede traducirse de distintas maneras, pero lo primordial es que hay que tratar de ser conscientes de uno mismo y no incomodarles la vida a otros. Me sucedió algo similar con ciertas personas pero no daré detalles porque quizás reciba más críticas de parte de ustedes.