Salí de casa, necesitaba tomar el aire... Tal vez me estaba volviendo loco... Ya no sabía ni que creer.
Fui a donde estaba el carro, subí, arranqué y pisé fuerte el acelerador. Derrapando salí del garaje.
¿Estaba loco?... Tal vez... Pero mejor ser un loco borracho que un loco...
Seguí el camino que me llevaba al club de Dina. Estaba más solitario que de costumbre. No se oía música, todo silencioso. El rótulo luminoso seguía parpadeando, a punto de fundirse.
Me acerqué a la puerta y había un cartel:
" traslado " y más abajo indicaba la nueva ubicación.
Dina ya me había hablado de esto, ya iban semanas que los guardias controlaban estas calles.
Subí de nuevo al carro, hoy iba a beber, así que seguí la dirección del cartel.
Manejaba a gran velocidad, por el expreso, prendí un blunt. El humo disperso a mi alrededor difuminada mi visión hasta que se desvanecía fundiéndose con la brisa nocturna de las ventanillas.
De nuevo exhalé el humo y ha media que iba nubladose mi vista el rostro de ELLA se iba dibujando en él.
Un destello de luz hizo que frenara, de nuevo aquel rótulo luminoso azul y rosa: Dina's Club.
Estacioné, El de seguridad era el mismo, ya me conocía, no hizo falta decir nada para que me dejara entrar.
Dina estaba en la barra, me dirigí a ella.
- Hola - Saludé.
- Hola Bad ¿ Quieres algo de beber? - Preguntó
- Sí, cinco tequilas - Respondí.
Me los sirvió. Los bebí seguidos.
- ¿Algo te preocupa? - Pregunté.
- Nada Bad, cosas de negocios.
Yo asentí, sabía que poe alguna razón no quería contarmelo.
- ¿ Y Valentina? - Pregunté.
- Bueno... Desde que la dejaste plantada sin coche... - De pronto recordé, debía estar molesta conmigo - Tiene el día libre.
- ¿ Vive donde siempre? - Pregunté de nuevo.
- Sí... - Respondió en voz baja.
Yo me levanté y me dirigí a la salida.
- Bad... - Me giré -Ten cuidado... -No sabía a que se refería, quizás a que había bebido demasiado...
Subí al carro, mi cel empezó a sonar, era un número privado, no contesté.
Llegué a casa de Valentina, llamé a la puerta.
- ¿Sí? - Contestó.
- Soy Bad .
- ¿Bad? - Dijo sorprendida - Sube...
Subí, me abrió, estaba igual de preciosa que siempre, con un albornoz y una toalla en la cabeza, acababa de salir de la ducha.
Al verme se quedó quieta, sin respiración, de pronto me abrazó fuerte y yo a ella. Luego me dió una cachetada.
-! Eso es por olvidarte de mi!- Al momento se arrepintió - Lo siento - Se disculpó acariciando mi cara.
Me agarró de las manos.
- Estás helado... Ven... - Me llevó al sillón y me dió una manta.
Me acosté y puse mi cabeza en su regazo mientras ella me acariciaba. Yo ya sabía que ella estaba enamorada de mi pero yo no lo estaba de ella y no quería romperle el corazón.
- ¿Que tal has estado corazón? - Preguntó de forma dulce.
- Bueno... - Recordé todo lo que me había pasado pero no quería aburrirla con mis problemas, solo quería mirarla y memorizar cada detalle de su rostro - Te he hechado de menos...
Sí, le dije lo que quería oír. Me incorporé y la besé, ella me respondió el beso.
Me deshice de su toalla mientras iba besando cada parte de su cuerpo, en su espalda tenía varios moratones.
- ¿ Y esto? - Pregunté preocupado.
- Nada me caí - Respondió nerviosa.
De pronto llamaron a la puerta.
- Oh no, es él - Dijo asustada.