Capítulo cinco {parte dos}

120 12 4
                                    

Mientras Charlotte continuaba cepillando sus dientes, el celular vibro igual como hace unos quince minutos. 

'' Lo siento linda, surgieron unos problemas, ¿te veo luego? 

Harry ''

Charlotte suspiro bruscamente y volvió a llorar, no por él, sino que odiaba sentirse ''feliz'' aunque fuera por unos malditos minutos y luego que le arrebataran aquello. <<Ya está, no llores. De seguro su gato murió o se le cortó la luz  y debe ir a pagarla.., miento, ¿quién saldría con una gorda como yo?>> pensó Charlotte mirando se en el espejo y tratando de sonreír. No lo pensó ni dos minutos, se encontraba hincada en frete del ''baño'', con los dedos dentro de su boca, en la garganta.. el ácido comenzo a salir, le ardió la garganta, ¿pero qué importaba? ese era el valor que debía pagar por ser gorda. Tenía que dejar de ser gorda, así nadie nunca le querría como ella deseaba, sólo quería ser amada. Una vez en su vida, que le amarán de verdad, con locura, con pasión y para ello debía ser skinny

xxxxxx

- ¿Y el chico del otro día en el bar, Char? - preguntó Dayana tomando un sorbo de café, Charlotte levanto la vista del libro muy atenta, ¿qué le interesaba a ella?. 

- ¿Qué pasa con él? - preguntó Charlotte haciendo como que no le interesaba ni en lo más minímo. 

- ¡Oh, vamos!, te llevo a tu casa.., ¿no paso nada? - preguntó Dayana haciendo un pequeño juego de cejas. 

- Eh, ¿por quién me tomas?, ¿por una puta?, ¿qué crees?, ¿qué tuvimos sexo o qué?. - respondió fría, molesta, y sobre todo enrabiada, no le agradaba mucho la idea de recién conocer a alguien y follar unas horas después. 

- Ay, cielo, no te molestes. Es simple, ¿lo hicieron sí o no? - preguntó otra vez Dayana con su estúpdio jueguito de cejas. 

- ¿Es una joda verdad?, no. - respondió Charlotte, sintiendo se ofendida. Era virgen, no iba a perder su virginidad con un sujeto al cual acaba de conocer. Aquello debía ser especial, él debía quererle a ella y ella a él, como en los libros, como en las películas. 

- Te comía con la mirada. - confirmo Dayana, con toda la seguridad del mundo. 

Y ni si quiera Charlotte lo supo, pero cuando Dayana termino aquella oración, Charlotte no sintió felicidad, sintió como si le rasgaran un poquito el corazón o le pincharan el trasero. Ella no quería eso, quería a alguien que le amara, que le protegiera, no a alguien que le mirase como si fuera comida, ella no era comida, era un ser humano. 

- Cállate Dayana, ¿te haz tomado algo? - preguntó Charlotte tratando de no sonar muy grosera.

- ¡Qué va chica! me he tomado unos vasitos de vodka, pero unos poquitos nada más. - dijo Dayana con un sonrisa que mataría a cualquier hombre que pase por su lado. - ¡No he bebido nada! - dijo un rato después más seria al ver que Charlotte, se lo había creído. 

- Bueno, te creo. - respondió la ojicafé tratando de sonar con seguridad. Error. 

- Si quieres créeme, si no, púdrete. - Dayana le lanzó un beso y comenzó a reír. Sí, definitivamente estaba colocada. - Bueno, bueno, ¿llegó tu padre con tu madrastra? - preguntó Dayana dando le un mordisco al trozo de chocolate. 

- Sí, ayer por la mañana. - Respondió Charlotte y con eso concluyó su conversación. 

Charlotte tomo su mochila de mezclilla y se dirigió a la salida de la cafetería para irse a la clase del Dr. Martínez. La clase pasó rápida cosa que le extraño a Charlotte; a la salida había quedado en irse con Effy. 

Breathe Me |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora