Capitulo I ─ 「 ᴀᴄᴏʀʀᴀʟᴀᴅᴏ 」

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Tengo la sensación de que alguien me sigue, pero no sé qué mierdas hacer. Las calles son estrechas, algunas sin salida y la luz en esta zona tan apartada del centro de la ciudad, están tan descuidadas, que no consigo ubicarme.

Para qué habré aceptado hacer una quedada con Tay y sus amigos tan lejos de la ciudad. Beber se puede beber en cualquier parte... ¡Joder!

Sherin caminó cada vez más deprisa, temiendo realmente por su vida.
Hacía cosa de media hora que había caído en la cuenta de que no era fruto de su imaginación o el terror que tenía a caminar solo a altas horas de la noche. Realmente alguien seguía sus pasos desde mucho antes.
Alrededor de cuarenta y cinco minutos por calles que en la vida había visitado y ni una sola persona se había cruzado. Si encontrase a alguien, podría marcarse un farol y confundir o ahuyentar a su perseguidor.

¡Joder, joder , joder! Necesito salir de esta maldita zona.
Vamos Sherin, piensa. Ubícate, maldita sea.

Enredó los dedos en su cabello negro azulado, a causa de la frustración por sentirse tan bloqueado, y en cuestión de segundos, optó por echar a correr. Sabía que aunque tuviese que recorrer una y mil veces todas y cada una de las laberínticas calles, encontraría el final, aunque fuese el punto de partida.

Corrió una y otra vez, encontrándose con muros que hacían crecer la frustración del joven, pero a pesar de ello continuaba buscando. Se sentía como un insecto en una tela de araña, y era realmente aterrador.
Frenó en seco y rugió acuclillándose, para entonces esconder la cabeza entre sus piernas. Rápidamente se incorporó, golpeándose con la palma de la mano la frente y deslizándola seguidamente por su rostro hasta cubrirse la boca en su totalidad.

Tarde, muy tarde.
Aquel grito seguramente ya había informado a su perseguidor del punto exacto en el cual se encontraba, por lo que echó a correr con mayor intensidad, dando lugar a tal ansiedad en su cuerpo, que sentía como sus pulmones se cerraban y como su tensión bajaba con ello.

¿Qué acabo de hacer? ... Oh, joder...
Sherin, gilipollas, te acabas de sentenciar.

Sus ojos se tornaron borrosos por las lágrimas que no tardarían mucho en brotar y, a causa de ello, la sombra de su perseguidor era casi invisible para él.
Corrió unos cinco metros más, giró hacia la derecha y ahí estaba; la salida.

La he encontrado. Se acabó, todo se acabó... ¡Bien hecho, Sherin!

Miró hacia ambos lados de su posición y dispuesto a correr esos últimos metros como alma que lleva el diablo antes de ser alcanzado, tragó saliva, apretó los dientes al mismo tiempo que hacía lo mismo con ambos brazos pegados a sus costados y... se bloqueó.
Sentía su presencia. Mucho más cerca que antes, haciendo la situación mucho más aterradora.
Entonces una jovial carcajada tras de otra invadieron sus tímpanos y su ansiedad aumentó al mismo tiempo que su pecho se contrajo, provocándole un dolor infinito.

Uh... ¿A dónde crees que vas, preciosidad?―.

Vale. Esto no es cierto... Esto es mentira.
Estás para que te encierren, Sherin.

El joven comenzó a reír a carcajadas, desencajadocreyéndose que realmente había sido fruto de su imaginación, pero el atacante se acercó por detrás a su oído y respiró con fuerza, rodeando su pecho con firmeza; obligándolo a creer.
Se giró y ahí estaba. Le costaba visualizar la figura que le sujetaba y, a pesar de no hacerlo con demasiada fuerza, comenzó a hiperventilar totalmente estático. ¿Qué mierdas había hecho él para meterse en algo así?

―¿Qui-quién eres tú?―Sollozó y al fin sus ojos liberaron esas lágrimas que creía disipadas―¿Qué es lo que quie...? 

No fue capaz de terminar la frase, pues aquella persona colocó su dedo índice sobre los labios de Sherin y él comenzó a temblar.

―Shh... No llores, bebé―.

Sintió como aquel dedo recorría la fina línea de sus labios, pero aquel joven no quería permitir su continuación y los frunció con fuerza, enfureciendo a la figura que lo sostenía. El agarre de su torso fue aflojado, recibiendo en su lugar un firme tirón a sus largos cabellos y, sin remordimientos, tiró de él para dominarle y salirse con la suya.

Muerto de miedo, estiró sus brazos buscando los bolsillos de su larga cazadora vaquera, pero no llegaba a alcanzarlos y, por lo tanto, coger el móvil y pedir ayuda, no era una opción; debía pasar al plan b.
Esperó unos segundos y comenzó a gritar con todas sus fuerzas, con el escaso aire que se mantenía almacenado en sus pulmones, entonces cayó en la cuenta de que se había pasado una hora corriendo en lugar de pedir ayuda. Tal había sido su bloqueo, que sólo se le había ocurrido huir y ahora se arrepentía de ello.

―¡Cállate, joder! Eres toda una molestia―.

Y nada más escuchar aquellas palabras, su mente imaginó infinitas cosas en las que podría tornarse la situación y rompió a llorar de verdad, con ganas, siendo consciente de que era lo único que su atacante le permitía hacer.
¿Sería que eso le gustaba? ¿Acaso le hacía sentir superior ver a su víctima tan vulnerable ante sus actos?

Y en menos de lo que dura un parpadeo, su cuerpo fue sacudido y golpeado hasta ser estampado con excesiva brutalidad contra el frío suelo de piedras.
Su cabeza comenzó a doler. Escuchó un pitido invadir sus oídos y con ello su mente.

Todo perdió sentido, incluído él.


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✎ La canción de cabecera, fue uno de los principales motivos por los que empecé a escribir esta historia. Recomiendo escucharla al mismo tiempo que se lee, para ambientar correctamente la lectura.

✎ Espero que os guste como va siendo desarrollada y, de ser así, hacédmelo saber y nos vemos dentro de un mes.

✎ Si hay algún detalle que creáis que deba ser mejorado o algún modo de seguir desarrollándola de manera más interesante, espero también esas opiniones.
✎ ¡Muchas gracias por llegar hasta aquí! ♡

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