Lagarto

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Cuando los jóvenes sufren de amor.


En un lugar lejano llamado konoha vivía un joven y guapo Hokage, cuya esposa, novia desde la infancia, esperaba a su primer hijo, cuando éste nació provocó regocijo en toda la aldea, pues era el bebé más lindo que jamás se halla visto, un doncelito rubio, de mejillas regordetas con extrañas marquitas que el conferían una ternura sin igual, el niño sin duda tenía una extraña belleza y se presagiaba que tendría un gran corazón, gentileza y valentía.

Un bello chico sentado en un viejo tronco caído platicaba con un trio de niños que afanosos relataban lo ocurrido en su misión, mientras el doncel pacientemente armaba una corona de flores.

_ ¡Y no atrapamos al gato hasta después de tres horas de haberlo encontrado!_ Exclamó uno.

_ Nos tomó toda la mañana_ Completó el que portaba lentes mientras se acomodaba estos por el puente de la nariz.

_ Naruto-Nichan, ¿Por qué tu no haces misiones como nosotros?_ preguntaba el chico castaño cuyo nombre era Konohamaru.

_ Supongo que porque soy hijo del cuarto no me está permitido hacerlo_ Contestó paciente, terminado la corona y colocándosela en la cabecita a la niña tan bien portada que recibió el regalo con adoración al soltar un gemido de admiración por el presente._ Además nunca me llamo la atención, así que no interesa._ Le quitó importancia al asunto.

_ ¡Oye, Naruto-Nichan! ¿Has visto a Sasuke-kun?_ Dijo esta vez Moegi, muy emocionada, ya que el Chico era bastante guapo y muy fuerte ante sus ojillos de Gennin. Inmediatamente el chico rubio se puso nervioso y soltó gotitas por todos lados al querer cambiar de tema.

_ N-no, no lo eh visto estos días, jejeje_ Río atolondrado y rascándose la nuca.

_ Oh, es cierto, Yo tampoco lo eh visto_ Dijo el castañito._ De hecho no ha pasado por la oficina del Hokage en toda la semana_ Pensaba con un dedo en la barbilla y mirando al cielo.

_ Desde la semana pasada, ¿no?_ Habló esta vez la chica.

_ Debe estar en una misión muy importante afuera de la aldea, apuesto que es de rango S._ Mencionaba el chico con catarro. Sin que se dieran cuenta, el ojiazul tenía los ojos blancos y redondos, se había puesto azul al imaginar al Uchiha en una tarea de la aldea muy peligrosa, arriesgando su vida, quizá estaba muy mal herido, los compañeros de su equipo muertos y él a duras penas respirando. Una gran mortificación le cegó el corazón.

Konohamaru se dio cuenta de su sincera preocupación, no por nada el rubito estaba enamorado del muchacho pelinegro, como muchas otras jóvenes casaderas del pueblo.

_ Descuida, Naruto-Nichan, Sasuke está bien él es muy genial_ Dijo con gentileza a su amigo rubio.

_¡¿Q-Quien se va a preocupar por ese Teme!?_ Refunfuñó de pronto para dejar en claro que no le importaba el joven ojinegro.

Naruto convivio con Sasuke desde hace mucho, a veces tenia riñas, chiquitas, cosa de nada, la mayor parte del tiempo el azabache le molestaba con su aire de playboy y con otras cosas, pero la mayoría de las ocasiones intentaba robarle un besito al rubito que por nada se dejaba, por más que le gustara el Uchiha, Naruto sentía que su relación era muy extraña, pero a la vez presentía que tal vez así debía de ser, pues jamás había tenido ningún amigo en su corta vida.

_Sasuke-san es el mejor de su generación por lo que escuche, además del más popular._ Continuó con el tema el niño con lentes.

_ ¿Ne? ¿Naruto-Nichan, tú y Sasuke-kun van a casarse?_ Una pregunta tan despreocupada pero tan intensa y comprometedora sólo podía ser realizada por la chica del grupo. En esta ocasión el Uzumaki no sólo se puso nervioso sino que además se sonrojo en supremacía, acompañado de una disimulada sonrisa de disfrute por tan generoso sueño.

Lagarto CornudoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora