Capitulo 3

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—¡Ay, Dios! ¡Quiero saberlo todo! —La voz cantarina de Lyric me despertó. Balbuceo algo ininteligible y me giro hacia la mesa de noche para ver la hora: seis y media. ¿Seis y media?. Me levanto de la cama y miro a los lados, mi hija está justo enfrente de mí, mirándome con una sonrisa tan, pero tan grande, que me desconcierta.

—¿Qué haces despierta? —le susurro. Está con su pijama aún y tiene la cara recién lavada. Lyric me miró como si yo fuese un chiste.

—¿Qué haces despierta, dices? Te trajo en brazos hasta tu habitación a las tres y cuarenta. —Enumera con demasiada emoción contenida—. Se quedó a dormir en tu habitación, contigo, abrazados en la cama. —«Ay, no», pienso yo al oír a mi hija—. Y acaba de salir de aquí hace menos de cinco minutos. Creo que la cocina jamás estuvo más silenciosa que en el momento en el que él pasó sin camisa y descalzo.

Miro el piso por inercia: los zapatos de Lucas están justo ahí. El estómago se me revuelve.

—Yo no..., no lo recuerdo —culmino poniéndome de pie y yendo al baño. Mi hija me persigue metiéndose en él. Me quito...

Veo mi cuerpo en ropa interior y todo me da vueltas. Le atino al inodoro cuando el vómito sale de mi boca. Las arcadas son horribles. Pero más horrible es no poder recordar nada más que él y yo en el restaurante y luego la palabra hotel.

«¿Tuve sexo con él en el hotel y me trajo a las tres de la madrugada a la habitación y se quedó a dormir conmigo? —me pregunto—. No puede ser, no me siento... como de haber tenido sexo. ¡Oh!, bueno, no sé cómo me sentiría de todos modos, porque hace muchos años que no tengo nada parecido, pero..».

—¿Sabes cuál es mi hipótesis?

—Tardan dos semanas en aparecer síntomas de embarazo, Lyric. No vas a ser hermana mayor —escupo levantándome del inodoro y bajándolo.

Me lavo la cara mientras mi hija refunfuña.

—Mi hipótesis es que bebieron tanto que ninguno de los dos recuerda nada. Porque la habitación apesta a alcohol. Apesta de verdad. ¿Y esos ronquidos? No sé cómo puedes dormir con ellos, pero uno, por amor, hace lo que sea. — parlotea como una psicópata mientras me doy una ducha y cepillo mis dientes. Cuando creo que se cansó de hablar y se ha ido, la encuentro en mi cama y le pregunto:

—¿Cuál es tu otra hipótesis?

—No tuvieron sexo —murmura con pesar y luego me mira—, pero eso es bueno, porque no lo hubieses recordado. ¿Y cómo sabrías que es el amor de tu vida?

—Lyric, solo le pido a Dios que te dé sueño para que vayas a dormir y dejes a tu mamá en paz. —Miro el techo mientras ella se acuesta en mi cama.

—¿Por qué tanta molestia? ¿Qué tal la cena?

La cena... Saboreo cada plato que comimos y cada uno de los gestos de Lucas. Se veía tan... feliz. Y yo me sentía tan completa.

—Supongo que bien —agrega al ver mi sonrisa. Voy al armario y saco un vestido—. ¿Y saldrán otra vez?

—¿Puedes dejar de preguntar cosas íntimas, Lyric?

—Soy tu hija —me regaña.

—¡Y yo soy tu mamá! —Le lanzo mi mirada asesina, haciendo que salte de la cama. Bien, con ella funciona.

—¡Bien, bien! Solo quería detalles y cuando te vi en brazos...

—¿Cómo me viste? —lo pienso y gruño.

—Pues él pasó por mi habitación contigo en brazos para ver si estaba en la cama y si estaba bien. Yo lo ayudé a entrar a tu habitación y...

—Ya, no me digas nada más. —La despacho. Lucas realmente se pasó de la raya al ir a la habitación de Lyric, conmigo inconsciente en sus brazos.

Lleno de Secretos -SAGA HBGH 1- EN PAPEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora