- ¿Qué pasa? ¿Por qué os ponéis así? ¿Qué he dicho?- decía Cinia notando como un millar de preguntas más venían a su mente.- ¿Quién soy?
Ésta última pregunta resonó en la cabeza de Cinia, como si de un conjunto enorme de velas se trataran dichas preguntas, una ya se había apagado; había soltado la pregunta que la impedía dormir día sí, día también.
Ventisca fue la primera en reaccionar acercándose a la chica y acariciando su mejilla, y aunque iba a decirla algo, Flora se adelantó:
- Nosotras podemos hacer la misma pregunta, sabes ésto y más y nos has aparecido en el bosque como si no supieras nada, a mí no me mientes niña, tú sabes más de lo que aparentas.
Cinia se estaba empezando a hartar de la desconfianza de Flora hacia ella, pero antes de que pudiera contestar, Aura lo hizo por ella:
- Vamos, se la ve asustada, no parece estar mintiendo, simplemente está extrañada...
- Y tenemos que ayudarla- interrumpió Ventisca, mientras ofrecía a la muchacha una cálida sonrisa.
Aura hizo un gesto a Fatuo señalando unos libros de una de las tantas estanterías de la sala.
La segunda hada abrió uno de ellos y comenzó ojear diferentes títulos:
- A ver... ¿Fantasmas y como defenderte de ellos? Me da que no es el que necesitamos... ¿Plantas de tierra azul? Tampoco... ¿Hechizos avanzados?... ¡¿Dónde estará?!- Fatuo empezó a pasar las hojas a la velocidad de la luz, desesperada.
- Fatuo, ¿qué buscas?- preguntaba Flora
De repente Fatuo encontró su libro y dió un salto de alegría, se acercó a Cinia corriendo y le enseñó una página con una mujer de cabello ondulado oscuro y un vestido blanco con broches plateados y dorados, y aspecto majestuoso.
A Cinia le dió un vuelco al corazón cuando reconoció el rostro de la mujer
- Es... Es mi madre...- tartamudeó Cinia
- Y tú madre fue la líder de las Brujas Blancas.
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Pregúntale al viento
FantasyNo te obsesiones con los recuerdos, o puede que te pierdas en ellos