Extra 1

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- Muy bien Tsu-kun, ya estamos aquí, ¿por qué no vas a jugar un rato con los demás niños mientras mami y papi van a ponerse al día? – Nana sonrió dulcemente y empujo un poco a su hijo para incentivarlo a ir a jugar con un grupo de niños que estaba cerca de allí.


- Pero mami... - Él no quería ir, el solo quería estar con mami y papi...


- Sin peros Tsu-kun, anda, ve a jugar. – Era hora de que comenzara a jugar con otros niños, ya tenía 6 años y muy pronto comenzaría la escuela. Además, ellos también necesitaban un descanso, Tsu-kun tenía mucha energía...


Y así, el pequeño Tsuna se quedó solo en frente de un grupo de chicos jugando lo que parecía ser un juego de atajar el balón, en medio del parque, y con sus padres sentados en una banca cercana, poniéndose al día entre ellos, pues ninguno había tenido mucho tiempo para eso con un niño de 6 años detrás de ellos, ya sea para jugar, comer, o por algún pequeño incidente aquí y allá, tal y como cualquier niño adorable y cariñoso con sus padres, por no decir que también el pequeño era increíblemente tímido.


-... Mami... - Susurro Tsuna, casi temblando, pero sabía que, si corría a buscarla, ella y papi le darían un pequeño regaño y terminaría de vuelta allí, o incluso peor: ellos hablarían con los otros niños para que pudiera jugar...


Honestamente, Tsuna no quería estar allí, por no decir jugar con otros niños, el solo quería ir a casa, comer algo de la deliciosa torta que hizo mami, jugar un rato con Bunny-chan y quizás con Mr. Pato un rato, luego hacerle alguna travesura a papi, y finalmente colarse en la cama de sus padres y dormir entre ellos ahora que podía, había oído decir que papi se iría en unos pocos días, así que... tenía que aprovechar todo lo que pudiera. Tal vez debería preguntar de nuevo porque papi no se podía quedar, no entendía porque papi tenía que trabajar, o porque tenía que hacerlo tan lejos de casa... ¡Boink!


- Hey, tonto, ¡devuelve la pelota! – Tsuna pestañeo, ¿devolverla?, pero si...


- No seas tan grosero Nii-chan, tu eres quien casi se la estampa en la cara... - Regaño una niña de pelo negro, haciendo casi un puchero.


- ¡Porque tu no atajaste como debías! – El chico, al parecer como uno o dos años más grande que ella, se veía molesto y muy avergonzado.


- Es que la lanzaste como tres metros por encima de mi cabeza. – Se quejó la chica haciendo énfasis con las manos.


- Tsk... - Se cruzó de brazos.


- En fin... - La niña miro a Tsuna con una sonrisa amable. - ¿Quieres jugar con nosotros?


La verdad es que a la niña le dio un poco de pena ver al chico por sí solo, había visto todo mientras esperaba a que por fin le lanzaran la pelota otra vez, y viendo como el chico parecía querer encontrar una roca, levantarla, abrir un hueco lo suficientemente ancho y profundo para meterse allí, meterse y finalmente poner la piedra sobre él, decidió preguntarle... porque era demasiado obvio que él no se iba a acercar a ellos. Y la oportunidad perfecta llego al estilo "pelotazo" en la cara, aunque el chico tenía muy buenas reacciones como para salvarse de un tatuaje...

Flamas y PelotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora