College boy ; Jin

4

Le dije al profesor que tenía que recoger algo que se quedó en el salón.
Después entré por el portafolio y me fui corriendo para que nadie viera mi cara sonrojada.

Pero antes de salir me di cuenta que Jin me seguía viendo sin ninguna expresión en la cara.

Me sentí tan alegre de que el me haya defendido, pero por otra parte me sentí avergonzada por la manera en que salí corriendo sin hacer reverencia al profesor, ya que hacerlo es algo muy importante en nuestros valores y de seguro cuando me viera me iba a regañar.

Entré al salón de clases y le entregué el portafolio al profesor, rápidamente tomé mi lugar y me quedé pensativa, averiguando el porque de Jin defendiendome, más porque el no me conocía.

Kan So Ra, la chica que se sienta a un lado mío se la pasó preguntándome en toda la clase (que por cierto, no me dejó concentrarme) porque estaba tan pensativa, obviamente no le dije el porque, nadie tenía que saberlo.

Y Jungkook como siempre, hablando con su amigo Taehyung por el celular.
De hecho, el profesor se dio cuenta y le quitó el celular por una semana, me reí internamente.

Terminaron las clases, Jungkook y yo salimos de la escuela y nos dirigimos al departamento. No le hablé en todo el camino porque traía puestos sus audífonos y cuando hace eso no le pone atención a nada de su alrededor.
Yo caminaba atrás de el, pensando en Jin.

Estaba tan distraída que no vi una piedra delante de mi y tropecé cayendo de cara en el suelo. Comienzo a pensar que tengo muy mala suerte.

Y lo peor es que Jungkook siguió caminando sin darse cuenta que me había caído. Le grité para que me ayudará y nunca me hizo caso.

Comence a resignarme de que el viniera por mi, así que hice el intento de levantarme y no pude, mis rodillas y mis manos dolían mucho.

La gente pasaba de mí, como si fuera un fantasma. Hasta que alguien me tendió la mano. La tomé sin ver la identidad de la persona y al levantarme vi ese hermoso rostro que siempre aceleraba mi corazón.

Era Jin.

Viendo que no podía caminar, sin previo aviso tomó de mi cintura y me cargó cómo un costal de papas.

—No creas que te estoy ayudando porque quiera, me daba pena que nadie te hiciera caso—. Habló Jin.

—A-aun así gracias, aunque no me tenías que cargar así, puedo caminar sola.

—Pues ahorita vi que no podías.

No le respondí, dejando que siguera caminando conmigo arriba de el.

Llegamos a un parque y me sentó en la primera banca que vio. Se inco en frente de mi y me revisó las rodillas y las manos. Al darse cuenta que sangraban me habló de nuevo.

—Voy a la farmacia de en frente, no te muevas de aquí—. Se levantó

—Si, como si pudiera—.Dije sarcásticamente.

Después de unos cortos minutos llegó con una bolsa llena de benditas y alcohol. Se inco de nuevo para curarme, dolía mucho pero me aguante el dolor para que no viera que soy una coyona. Término de colocarme todo.

—Ya esta, para la otra fíjate por donde caminas—. Me dedicó una sonrisa leve.

—Muchas gracias, tendré cuidado.

Le dije que podía caminar sola, así que antes de irse me despeino un poco acariciando mi cabeza y se fue.