-Qué pasa si.... ¿Te digo qué no? -Pregunté, con una mirada desafiante
-Te arrepentirás -Río, y me devolvió la misma mirada
-¿A Si? -Lo miré manteniendo la mirada -¿Y qué harás?
-Hoy no haremos más que ver una película -Rió
-Bueno... pierdes tú en ese caso -Reí triunfante. Pero no se rendiría tan fácil
-Otra cosa -Afirmó- Puedo hacer que te arrepientas con otra cosa
-¿Y qué es? -Reí nuevamente
-No te diré -Me sacó la lengua y se rió. Que infantil. Pero aún así lo amo
-Dices eso porque no tienes nada en mente -Reí y a continuación la saqué la lengua. Ok, éramos dos infantiles
-Claró que sí y es que... -Puso cara de pensativo- No te besaré más -Rió maliciosamente. Tipo: BUAJAJAJA
-Ok -Reí
-Ay! Amor, ¿Tanto te cuesta hacerme un café? -Hizo un pucherito demasiado tierno. Demasiado perfecto
-Mmm... Si tan solo lo pidieras AMABLEMENTE y no tan imperativamente, lo haría _Remarqué la palabra "AMABLEMENTE"
-Mi amor -Se acercó a mí a centímetros de rozar nuestros labios- Me harías un café... Porfis.. -Agudizó su voz en la última palabra, lo que me hizo estallar en carcajadas
-Así me gusta y...-Sonreí, sabía que se enfadaría- No
-Uff... Martina por favor..¿Qué tengo qué hacer para que me hagas y caso y me hasgas un maldito y estúpido café? -Su pucherito no tardó en aparecer
-Nada... sólo que no hay ganas de hacerlo -Parecía convincente. O eso creo
-Tini... Te conozco como a la palma de mi mano, y se que estás bromeando conmigo -Rió- Pero por lo que más quieras en este preciado mundo te pido que me hagas un café, por favor!
-De acuerdo -Reí
Mientras hacía los cafés Jorge me observaba, parecía un acosador.
Ñee. Terminé de hacerlos y le entregué el suyo, a lo que respondió agradeciéndome. Contesté un muy educado (nótese el sarcasmo) "De nada"
Tomámos el café sentados en la mesada de la cocina, no hablabámos, solo nos quedamos pensando mientras nos mirábamos fijamente.
Dejé las cosas en la cocina, limpié todo, y fuimos a sentarnos al sofá, él me dijo:
-Amor -Alzé mi vista para encontrarme con sus ojos verdes- ¿Tu sabías que yo te amo?
¿Cuántas veces me había dicho eso? Igual, no importó, porque contesté, igual que siempre
-Awww.. mi amor.. ¿Tu sabías que yo también?
Me tomó de las mejillas muy suavemente, me acercó a él y pronunció:
-Te amo tanto, tanto, tanto Martina, que ni te imaginas
Luego de eso, acortó la distancia y me besó, lo besé, nos besamos. Fué muy mágico, pidió acceso para entrar a mi boca, y así, encontrar nuestras lenguas. Una guerra e lenguas se desató, y nadie quería que parara. El beso, hermoso beso, fue interrumpido por algo, o mejor dicho alguién, que curiosamente, se cayó de las escaleras.
Estallé en carcajadas, al ver a Xabi en el piso, tirado, adolorido, por haberse caído de las escaleras. Pobre, aunque no podía parar de reír, y las lágrimas me estaban apareciendo (lágrimas de risa, obviamente), lo ayudamos a levantar entre fuertes carcajadas, tan pegadizas que hasta Xabi se nos unió, riéndo como nosotros.
Cuando nos calmamos, Xabi preguntó, alzando las cejas de manera repetida:
-¿Qué estaban haciendo, pequeños traviesos?
-Nada malo -Afirmó Jorge
-¿Puedo preguntar algo? -Dijo Xabi
-Ya lo estás haciendo -Que chistosín que me salió mi novio
-Jaja.. -Rió sarcásticamente- ¿Cuántas veces se han besado?
Wow que preguntá.. no escuchas una pregunta de esas todos los días, con "sinceridad", decidí responder
-Pocas
Dos pares de ojos se posaron en mí, y al estar un tanto "incómoda", respondí
-Bastantes -La mirada sobre mí se intensificó más- Ok, muchas
Los dos asintieron y se cruzaron de brazos, felicitándome, supuestamente
-Estaban realizando la previa de esta noche, supongo -Y el "Inoportuno Xabiani" Apareció
-Por lo menos podemos -Jorge se burló de que él no puede tener relaciones sexuales porque Fran está embarazada. Que malo que es!
-Que pesado eres -Exclamó un Xabiani frustrado- Ya quiero que nascá el bebé
-¿Para tener relaciones sexuales con Fran? -Uff.. a veces mi novio llegaba a ser cansador
-Si -Xabi le siguió la corriente- Y también para ver a mi primer hijo, Inútil
Todos sonreímos y Xabi se acordó de que le tenía que avisar algo a Yoyi
-Oye...Yoyi a llamado Ruggero
-¿Qué quería? -Preguntó Jorge, bajando la mirada
-Quería hablar contigo -Continuó Xabi . Y la curiosa Martina saltó:
-¿Quién es Ruggero?
-Alguien a quién jamás conocerás -Respondió Jorge
-Yoyi... -Dije- No te pones triste por nada, tú siempre quieres que conozca a tus amigos, en cambio, esta vez me dijiste que no lo conocería jamás, algo pasó que yo no sé
Jorge y Xabi estaban mudos y Yoyi ni me miraba
Cansada, tomé su barbilla y la levanté, obligandolo a que me mirara
-Jorge... Puedes confiar en mí...Ahora solo, respóndeme... ¿Qué ocurrio? -Pregunté, muy curiosa, y a la vez, preocupada
-Xabiani, puedes dejarnos a solas un momento, por favor -Pidió
Xabi asintió y subió las escaleras
-Jorge? -Lo miré fijamente a sus bellos ojos verdes-¿Qué ocurrió? Cuéntame
Jorge me llevó de la mano hasta el sofá, donde nos sentamos... y comenzó a contarme la historia:
-Ruggero era un amigo. Yo hace tiempo, salí con una chica llamada Lodovica -los celos surgieron-, Rugge era mi mejor amigo, en ese tiempo ni siquiera conocía a Xabi, y bueno........ Lodovica me engañó con Ruggero. Un día, fuí a su casa, a la casa de Lodovica, era nuestro aniversario de 6 meses, su mamá me prohibía pasar. Le pregunté desesperado que pasaba, y de pronto, siento gemidos de Lodovica, entré, no me importara lo que su madre me dijera, subí rápido las escaleras y abrí la puerta de la habitación de Lodovica, allí estaba ella... tenien-do sexo con Rugge -Continuaba Yoyi con los ojos llorosos y con un nudo en la garganta- Salí corriendo lo más rápido que pude, tiré en el camino lo que le había comprado, lloré, como no te imaginas, yo la amaba y ella... me engañó... con unos de mis mejores amigos! -Gruñó-, ellos, desde ese momento se han tratado de comunicar conmigo, pero yo, yo no los dejo hacer nada, y se lo dejé muy claro a Rugge. Un día fue a mi habitación, el recién nombrado a pedirme disculpas, lo insulté y lo golpeé, lo eché de mi casa. Nunca más volví a verlos o a hablaro con ellos, desde ese día...
