The dungeon of Sheol

¡Dormir es lo mejor!

Poco después de haber "despertado por primera vez" en este mundo, volví a dormir. Me encontraba muy agotado.

Tras unas horas, desperté nuevamente. Esta vez, me encontraba un poco más calmado, y no me costaba tanto ver como hace un rato. Se podría decir que fui capaz de adaptarme a la situación tras un largo y tranquilo sueño.

Lo primero que hice fue empezar a observar mi ambiente. 

Lo único que me rodeaba ahora mismo era una inmensa cueva, y no podía ver luz. 

También, estaba solo. Las personas de hace un rato probablemente estaban más lejos. 

Y...

¿Qué hago?

Así, acabé durmiéndome sin hacer nada más...

[Un rato más tarde]

Escuché un ruido, y rápidamente, me desperté.

-¡GROAHHHH!

Eso fue... ¡¿Un lobo?!

De repente, se asomó un lobo, y comenzó a observar los alrededores, estando bastante alerta. Tras confirmar que solo había un bebé, comenzó a acercarse lentamente.

Había entrado en pánico. Pensar que no pasé ni tres y días y ya estaba apunto de morir... ¿Tanta es mi mala fortuna?

Intenté moverme, pero apenas y podía rodar ligeramente. No había forma en la que escapara así.

Pensé, y pensé, pero nada se me ocurría.

El lobo estaba frente a mí. Este comenzó a olerme.

Estaban saliendo gotas de sudor frío de mi cuerpo. 

Oh.

No...

¡No!

¡Me oriné! ¡¿Es en serio?! Estar con un "pañal" empapado... Si es que así se le puede decir, ya que solo es tela envuelta que forma una forma similar a la de uno...

-¡No!

Escuché un grito, de una voz ligeramente aguda.

-¡TOMAAAAA!

Ahora, escuché otro de una persona con una voz más grave. Lo cierto, es que no entendía bien lo que decían, ya que era otro idioma, aunque me hacía una idea.

De un puñetazo, un hombre mandó a volar al lobo, el cual no podía distinguir bien los olores debido a que me oriné, y no podía concentrarse u oír adecuadamente debido a mis llantos. Ser un bebé es tan patético... Aunque creo que me salvó la vida...

El lobo se levantó, y comenzó a correr en dirección al hombre.

La mujer cercana a él levantó su mano, le apuntó, y gritó:

-¡Fireball!

Tras eso, una bola de fuego apareció cerca de su mano, y esta fue disparada al lobo.

El animal fue quemado vivo poco después. Y, bueno, yo... Estaba algo impactado por la escena que acabo de ver.

-¡Oye! ¡Vamos a ver si el bebé esta bien!(Hombre)

Ambos me levantaron, y tras verme un largo rato, soltaron un suspiro de alivio.

-¡Phew!... Es la primera vez que se mete un animal en nuestro hogar...(Hombre)

-Sí... Creo que vamos a tener que mejorar las defensas, y ya no deberíamos volver a salir a cazar juntos...(Mujer)

-¿Y si llevamos al bebé con nosotros?(Hombre)

-¡Oye! ¡No seas estúpido!(Mujer)

-Bueno, bueno... Solo fue una idea...(Hombre)